Cambio de huso horario en Argentina: qué implica el proyecto aprobado en Diputados y cómo afectaría la vida cotidiana

La Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto impulsado por el radical Julio Cobos que propone modificar el huso horario oficial de la Argentina, pasando de UTC -3 a UTC -4. La iniciativa, que ahora deberá ser tratada en el Senado, busca alinear la hora oficial con la ubicación geográfica del país, promover un ahorro energético, mejorar la salud y favorecer la integración regional.

Huso horario: qué establece el proyecto 

El proyecto aprobado establece que la Hora Oficial de Argentina se ubique en UTC -4 durante el invierno, con la posibilidad de que el Poder Ejecutivo disponga el retorno a UTC -3 en los meses estivales. Es decir, se recuperaría el llamado horario de verano, algo que el país aplicó en distintas etapas pero abandonó en 2007, cuando la Ley 26.350 fijó de manera permanente el huso UTC -3.

La propuesta también invita a los países del MERCOSUR a coordinar sus husos horarios para facilitar las relaciones comerciales, bancarias, bursátiles y de transporte. Además, la Secretaría de Energía y CAMMESA deberán realizar estudios periódicos sobre el impacto de la medida en materia de consumo energético.

Los beneficios esperados del cambio horario

El proyecto de Cobos enumera una serie de ventajas vinculadas a energía, salud, educación y calidad de vida:

• Ahorro energético: al aprovechar más horas de luz natural en la mañana, se reduciría el uso de electricidad y gas, especialmente en invierno.

• Mejor descanso y salud: los ritmos biológicos (circadianos) estarían más alineados con la luz solar, lo que podría mejorar el sueño y reducir problemas cardiovasculares.

• Educación: los estudiantes comenzarían las clases con mayor claridad, favoreciendo la atención y el rendimiento.

• Seguridad: más luz en las primeras horas del día reduciría riesgos en la vía pública.

• Integración regional: coordinar con países del Mercosur facilitaría las operaciones financieras y el comercio.

Las desventajas que advierten los especialistas

Aunque la medida genera expectativas positivas, también plantea desafíos y riesgos:

• Oscurecerá más temprano: las actividades sociales, deportivas y comerciales vespertinas podrían verse afectadas.

• Impacto laboral y comercial: la coordinación con países que mantienen UTC -3 requerirá ajustes en empresas y transacciones.

• Turismo y recreación: la pérdida de luz natural en la tarde puede afectar actividades al aire libre.

• Confusión inicial: como en todo cambio de horario, los primeros días pueden generar desajustes en la rutina.

Qué dicen los estudios científicos

El debate sobre el cambio de huso horario en Argentina también tiene respaldo científico. La doctora Andrea Pattini, del CONICET Mendoza, advirtió que la diferencia entre la hora solar y la oficial impacta negativamente en la salud: altera los ciclos de sueño, aumenta la dependencia de la luz artificial y genera mayor consumo energético.

Otros estudios internacionales, como uno publicado en la revista JAMA Neurology, señalan que los cambios de hora pueden afectar el reloj biológico durante varios meses, incrementando el riesgo de infartos e insomnio crónico, sobre todo en grupos sensibles como niños y personas con autismo.

Antecedentes del cambio de hora en el país

Argentina modificó varias veces su horario oficial en las últimas décadas. En 1969, pasó de UTC -4 a UTC -3, apartándose de su huso geográfico natural. Más tarde, en distintas gestiones se aplicó el horario de verano con cambios estacionales.

En Mendoza, por ejemplo, se implementó en 1991-1992 y nuevamente en 2004, durante la gobernación de Julio Cobos. A nivel nacional, la Ley 25.155 de 1999 había restablecido UTC -4, pero fue derogada por la Ley 26.350 en 2007, que fijó UTC -3 como base permanente.

Qué pasará si el Senado lo aprueba

De convertirse en ley, el cambio de huso horario en Argentina significará atrasar una hora los relojes en todo el país. Esto implicará amanecer y anochecer una hora antes respecto de la situación actual, con efectos directos en la rutina diaria de millones de argentinos.

El Gobierno tendría la potestad de establecer cada año si durante el verano se aplica nuevamente el UTC -3 para aprovechar más luz por la tarde, como ocurre en muchos países.