El plan del Gobierno porteño con los puestos de diarios y flores abandonados

En el marco de un plan de reordenamiento del espacio público, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires inició un operativo para retirar de las veredas los puestos de diarios y de flores que se encuentran en estado de abandono. La medida busca no solo mejorar la estética urbana y la circulación peatonal, sino también solucionar problemas de higiene y seguridad que se generan en estos espacios en desuso. A la fecha, más de 50 puestos ya fueron retirados, y el operativo continúa en marcha.

La acción del Gobierno porteño cobra especial relevancia en un contexto donde los tradicionales kioscos de diarios enfrentan un cambio de paradigma. La reciente desregulación del Gobierno nacional, que los habilita a diversificar su actividad y funcionar como puntos de entrega de productos postales, reabre el debate sobre la importancia de mantener estas estructuras en funcionamiento. Sin embargo, en el caso de la Ciudad, el foco está puesto en aquellos que, por su inactividad prolongada, se han convertido en un problema para el entorno urbano.

Por qué retiran los puestos de diarios en Ciudad de Buenos Aires

Desde el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad, a cargo de Ignacio Baistrocchi, se confirmó que el plan de retiro de puestos abandonados está plenamente operativo. El ministro subrayó que "el espacio público tiene que estar al servicio de los vecinos" y que un puesto cerrado durante años genera "suciedad, obstruye la circulación y perjudica a quienes viven o transitan la zona". Actualmente, hay 1.144 puestos habilitados en la vía pública, divididos entre 797 de diarios y 348 de flores. De este total, la administración porteña ya retiró 89 que estaban en estado de abandono.

En lo que va de este año, se removieron 53 puestos, de los cuales 51 eran de diarios y solo 2 de flores. Esta cifra se suma a los 36 retirados durante el año anterior, lo que da una idea de la magnitud del problema de abandono. Las autoridades porteñas continúan evaluando la situación de otros puntos de venta que llevan un largo tiempo sin actividad y advierten que, si sus propietarios no los adecuan, también serán retirados.

El criterio para la remoción es la inactividad prolongada comprobada. El proceso es el siguiente:

1. Antes de proceder, se intima a los dueños a regularizar su situación.
2. Inspectores del Gobierno porteño realizan visitas periódicas para constatar si el puesto está operativo o no.
3. Si un puesto con permiso está definitivamente cerrado, se evalúa la baja del mismo y se procede a su retiro.
4. En el caso de que esté abandonado y además no cuente con la habilitación correspondiente, se lo secuestra de forma directa.
5. Los puestos removidos son llevados a un depósito en el barrio de La Boca, donde se guardan por dos meses.
6. Si en ese lapso el propietario no paga la multa y lo retira, el puesto se envía para su disposición final.

La Ciudad comenzó a remover puestos de diarios que llevan tiempo sin ser utilizados

Puestos de diarios: un cambio de era y un nuevo propósito

El plan porteño se da en un momento bisagra para los kioscos de diarios y revistas. Tradicionalmente puntos de encuentro y de información, estos puestos vieron su rol en la sociedad diluirse con el avance del periodismo digital. La venta de periódicos en papel cayó de forma drástica y muchos se volvieron obsoletos.

Sin embargo, un reciente decreto del Gobierno nacional les da un nuevo respiro. La normativa habilita a los puestos de diarios a funcionar como puntos de entrega y recepción de productos postales, lo que les permite adaptarse a la nueva realidad del comercio electrónico. Esta nueva función, que incluye la entrega de paquetería, productos de e-commerce e incluso documentos importantes, como tarjetas de crédito y DNI, les ofrece una oportunidad de reconversión.

Esta medida del Gobierno nacional elimina la regulación estatal de la actividad, devolviendo la competencia de ordenamiento a los municipios. En este sentido, la decisión del Gobierno porteño de retirar los puestos abandonados puede interpretarse como un paso más en la adecuación de estos espacios a la nueva normativa, eliminando aquellos que ya no tienen razón de ser y dejando el camino libre para que los que sí estén en funcionamiento puedan reconvertirse y seguir existiendo en el nuevo contexto del mercado.