Novak Djokovic se muda a Grecia tras ser acusado de "traidor" por el gobierno serbio
El tenista serbio Novak Djokovic, actual número cuatro del ranking mundial y una de las figuras más reconocidas del deporte internacional, atraviesa un fuerte enfrentamiento político en su país. El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, lo calificó de "traidor" luego de que el jugador apoyara las protestas estudiantiles que reclaman elecciones anticipadas tras una tragedia ferroviaria en Novi Sad que dejó 16 muertos.
Ese distanciamiento con el poder político derivó en la decisión de Djokovic de mudarse a Grecia junto a su familia. Según medios locales, ya instaló su residencia en el exclusivo barrio de Glyfada, en Atenas, donde inscribió a sus hijos Stefan y Tara en un colegio privado. Además, fue visto entrenando en el club de tenis Kavouri y se reunió recientemente con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis.
Un traslado con impacto deportivo
La mudanza de Djokovic no solo tiene consecuencias personales, sino también deportivas. El jugador es propietario del Torneo ATP de Belgrado, que ya anunció su traslado a la capital griega. La próxima edición del certamen se disputará en Atenas en noviembre, lo que marca un cambio significativo en el calendario y representa una pérdida para Serbia, que veía en este evento una oportunidad para proyectar su imagen internacional.
De ídolo nacional a cuestionado
Durante años, el gobierno serbio celebró a Djokovic como uno de sus símbolos más valiosos, un icono popular que llevó el nombre del país a lo más alto del tenis mundial. Sin embargo, su apoyo explícito a los estudiantes cambió esa relación. En redes sociales, el jugador expresó: "Como alguien que cree profundamente en el poder de la juventud y el deseo de un futuro mejor, creo que es importante que sus voces se escuchen".
Con 38 años, Djokovic mantiene un nivel competitivo de élite —recientemente llegó a semifinales del Abierto de Estados Unidos—, pero su perfil crítico hacia la política interna lo ha colocado en el centro de la polémica.
En una entrevista previa, el tenista había afirmado que Belgrado era su hogar y que allí sentía un vínculo especial con sus raíces. "Viajé durante décadas y me faltaba pasar tiempo con mi gente, hablando mi idioma y compartiendo con mis padres y amigos", había dicho. La decisión de mudarse muestra un giro drástico en esa visión y refleja hasta qué punto el clima político se volvió adverso.
La crisis política en Serbia
Las protestas que respaldó Djokovic comenzaron tras la tragedia ferroviaria de Novi Sad, atribuida a corrupción estatal. Ese episodio desencadenó una ola de indignación que provocó la renuncia del primer ministro Milos Vucevic, aunque Vucic se mantiene en el poder, desestimando los reclamos de elecciones anticipadas.
El gobierno respondió con dureza: más de 100 profesores fueron despedidos por apoyar las manifestaciones, mientras que medios independientes enfrentan restricciones. Vucic, por su parte, acusa a los estudiantes y a sus aliados de intentar desestabilizarlo y los califica de "terroristas".
No es la primera vez que Djokovic se pronuncia sobre temas sensibles en Serbia. En 2023, tras un triunfo en Roland Garros, escribió la frase "Kosovo es el corazón de Serbia. Paren la violencia". En aquella ocasión explicó que, como figura pública e hijo de un hombre nacido en Kosovo, sentía la obligación de expresar su postura en defensa de su pueblo.
Su involucramiento en cuestiones nacionales ha despertado tanto admiración como críticas. Ahora, al trasladar su residencia a Grecia, Djokovic parece iniciar un nuevo capítulo en su vida personal y deportiva, marcado por la tensión con el gobierno de su país de origen.