Las "Big Four" logran eludir una condena de fraude pagando u$s91 millones
Ernst & Young LLP llegó a un acuerdo por u$s18 M de dólares para resolver la porción de su participación en una acción de clase que acusó a las "Big Four" de contabilidad por fraude por sobrefacturación del precio de viajes corporativos a sus clientes.
El acuerdo preliminar debería significar un final para el litigio por las facturas de viajes que tuvo contra las cuerdas durante los últimos tres años a las mayores firmas de contabilidad y consultoría en una corte estatal en Texarkana, Arkansas.
En una acción relacionada el brazo americano de la firma de consultoría francesa Capgemini SA, que compró los activos de consultoría de Ernst en el año 2000, también llegó a un acuerdo por u$s2 M de dólares para resolver su porción en el juicio.
El juicio de Texarkana puso al descubierto la forma de hacer ganancias de algunas firmas de servicios profesionales de contabilidad -en los últimos años- y de que manera manejaron su política de reintegro de gastos por viajes con sus clientes.
Modus operandi
La operatoria consistió en obtener fuertes descuentos corporativos por volúmenes contratados en forma mayorista con las agencias de viajes mientras cargaban el costo total de las facturas sin descuentos a sus clientes.
En buen romance las "Big Four" se quedaron con las rebajas y facturaban el total de los gastos a sus clientes.
Costo económico de los acuerdos
La acción de clase que iniciaron los clientes a las "Big Four" las obligó a cambiar su política corporativa en la materia. En efecto, desde ese momento las compañías de contabilidad comenzaron a trasladar los descuentos obtenidos en forma directa a sus clientes.
Pero a su vez debieron afrontar costos económicos enormes para zafar de la condena por fraude. Es que las empresas alegaron haber utilizado el procedimiento pero sostuvieron que no se trató de una práctica ilegal y fraudulenta.
El parate de las acciones mediante acuerdos individuales obligó a PricewaterhouseCoopers a desembolsar U$s 54,5 M de dólares, a KPMG LLP y su unidad de consultoría BearingPoint U$s 17 M de dólares y ahora a Ernst & Young U$s 18M de dólares.
El futuro
La cuestión no acabaría aquí ya que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, inició una investigación sobre estas prácticas de facturación con respecto a las contrataciones gubernamentales.
De la misma forma otros organismos tienen "en la lupa" a Ernst & Young, entre otros la Security Exchange Commission, que investiga si la firma violó su independencia de auditor cuando acordó con la unidad de servicios al viajero de American Express el denominado acuerdo de participación en ganancias, aceptando rebajas y descuentos globales e indiscriminados de aerolíneas para clientes corporativos.