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ALERTA

Merval 25

Merval 25
05/10/2004 - 03:00hs
Merval 25

Los í­ndices bursátiles fueron creados para marcar la evolución de un mercado en base al promedio de cotización de sus empresas listadas. Así­ fue como en el año 1986 nació el í­ndice Merval de la bolsa local. Este indicador esta basado en un método de cálculo que pondera las acciones de mayor liquidez y la cantidad de operaciones que se efectúan en las mismas durante cada trimestre. En función de dicho cálculo matemático se determina cuales serán las empresas que integrarán dicho í­ndice y en que medida incidirá su valor en el promedio total de puntos de dicho Merval.

Dado que para este cálculo se considera a las acciones que integran hasta el 80 % del total operado entre todas las empresas cotizantes, el concepto abarcativo del í­ndice era lo suficientemente amplio como para que en él, estén representados la mayorí­a de los sectores de la economí­a nacional. Pero con los años estos conceptos se han ido desvirtuando.

Tras la apertura de los años 90, muchas empresas extranjeras comenzaron a tomar posición en las compañí­as nacionales. En un principio estas empresas formaban una subsidiaria local con nombre y representación propia. Las acciones de la filial local se colocaban en el mercado accionario y ese capital giraba entre los millones de inversores que se distribuí­an a lo largo del mundo. Pero sobre finales de dicha década, muchos de estos Holdings decidieron canjear sus acciones de la filial nacional, por acciones de la empresa madre que tiene sede en otro paí­s y se rigen por las reglas de los mercados internacionales.

Al ser tan voluminoso el canje de empresas argentinas por extranjeras y siendo que nuestro paí­s comenzó a generar una gran desconfianza entre los inversores sobre el principio del siglo XXI, fue grande la migración de capitales hacia estas acciones de empresas internacionales, lo cual deterioró el mercado local llevándolo a ser simplemente una sucursal de otros mercados. Entonces se tomo una decisión muy importante que fue la de crear un í­ndice denominado Merval Argentina que solo estarí­a compuesto por empresas nacionales y no se tendrí­a en cuenta para el calculo, la incidencia de compañí­as extranjeras mas allá de que estas tuvieron un volumen superior a las de bandera local.

Ese indicador fue útil durante muy poco tiempo. Sucedió que durante buena parte del 2001, los inversores huyeron de las empresas argentinas en busca de protección, por lo cual las compañí­as españolas y americanas eran las divas del momento, pero todo cambio con la devaluación y los capitales solo buscaban gangas entre las compañí­as locales que aparecí­an en los paneles como muy bajas en sus cotizaciones. Así­ nuevamente el Merval tradicional comenzó a tener vigor y estaba en plena vigencia, en tanto que el Merval Argentina fue quedando de lado, dado que ya no habí­a motivo para discriminar entre Nacional y Extranjero puesto que la competencia habí­a desaparecido.

En estos últimos meses, la situación no solo se ha consolidado, sino que se ha profundizado a tal punto que ahora las empresas nacionales que integran el í­ndice Merval son solo 11, puesto que se han visto beneficiadas por el fuerte ingreso de dinero de inversores institucionales y fondos externos. Esto produjo una concentración violenta del volumen de operaciones donde solo 4 compañí­as se llevan mas del 69 % del volumen de operaciones. En base a ellos, muchos sectores de la economí­a nacional no están representados en dicho indicador bursátil simplemente porque sectores como el bancario o el siderúrgico han copado la escena. Así­ fue como surgió la idea de crear el Merval 25 donde las veinticinco empresas de mayor participación diaria en el mercado puedan conformar un í­ndice que sea representativo de la mayorí­a y que refleje en su conjunto el ritmo de la actividad económica y el sentir de los inversores.

Claro que las empresas de mayor operatividad siguen pesando demasiado dentro de su composición, lo cual margina al resto de las integrantes, pero al menos es un paso para poder dejar en claro que todos los sectores económicos deben pesar a la hora de trazar la evolución del mercado, sobre todo cuando las compañí­as de menor capitalización suenan en la actualidad como las más atractivas para un futuro no muy lejano.