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La falsificación de marcas, un delito olvidado

Es lo que afirma Hernán Zavalí­a Lagos a INFOBAEprofesional. Para el abogado de Nicholson & Cano, la falsificación no tiene condena social y por eso está en crecimiento
19/10/2004 - 03:00hs
La falsificación de marcas, un delito olvidado

El problema de la falsificación de marcas afecta todos sectores de producción, moviliza una importante mano de obra y su esencia está en atacarse a las marcas más prestigiosas. Las sanciones no se aplican con seriedad.

Nada más que las cifras relativas a la industria textil son aterradoras: 50% de la ropa fabricada en la argentina es de origen ilegal o es falsa. Los centros de comercialización que operan con mercaderí­a ilegal se multiplicaron por 4 a lo largo del paí­s en los últimos 3 años (fuente:Cámara Argentina de la Indumentaria). 

¿La falsificación es el problema más grave que enfrentan las empresas en cuanto a sus marcas?

- Sin dudas. Las empresas deben lidiar cada vez más con la imitación fraudulenta.  La falsificación propiamente dicha es uno de los casos más frecuentes pero trambién se agregan los usos ilegí­timos de la marca.

El caso de usos ilégitimos aparece cuando alguna persona que tení­a alguna vinculación con la marca pero que, una vez terminada la relación comercial (por ejemplo, cuando vence la licencia), sigue aprovechando el envión del uso de esa marca para beneficio propio y sin autorización de su titular.

¿Qué recursos tienen las empresas?

- La empresa se entera, consulta a sus abogados y ahí­ se lanza un procedimiento de búsqueda de pruebas. El primer objetivo es secuestrar los bienes. Después se verá si también se recurre a la ví­a civil para obtener el resarcimiento de los daños.

Algunos abogados critican la lentidud del procedimiento en la Justicia. ¿Es así­?

- Lo mejor es llevar el caso bien armado, recolectar las pruebas previamente, tanto sea con escribanos, con filmaciones, con compra de productos en infracción, para que el juzgado pueda recibir todo ordenado y constate los hechos a través de funcionarios públicos. Eso le da agilidad al procedimiento.

¿Aumentaron las falsificaciones a raí­z de la crisis económica?

- Hubo un aumento por la crisis pero también por el avance tecnológico, que diversificó la delincuencia y abrió el juego a más actores. Pero hay otro elemento que impulsa al delito y es que la falsificación no tiene una condena social, tanto desde el punto de vista del delincuente como del que compra.

¿Cuáles son las técnicas de falsificación?

- Depende del producto, pero con la tecnologí­a disponible, las impresiones láser, por ejemplo, permiten una salida de producto impresionante. Ellos no se preocupan por la calidad del producto que colocan dentro del envase, lo único que les preocupa es que el envase se vea tal cual.  Por ejemplo hubo muchos casos de una marca de jabón en polvo que literalmente destrozaba las máquinas de lavar.

¿El consumidor está protegido desde el punto de vista legal?

- Creo que sí­. Con la ley y con el régimen de defensa del consumidor que lo cubre desde el ámbito del maltrato, está bastante bien amparado. Con las empresas es otra cosa. Pero el tema es más de fondo. Es más bien una cuestión cultural porque mientras no nos afecte el bolsillo no nos vamos a preocupar mucho, existe esa sensación de que no es tan delito.