Es difí­cil recuperar el dinero robado de una caja de seguridad

Alfio Basile, ex Director Técnico de la Selección Nacional de fútbol y actual entrenador de Colón de Santa Fe, lo acaba de padecer. En 1992, Basile denunció el robo de 122.000 dólares de una caja de seguridad que alquilaba en un banco y presentó testigos que declararon haberlo visto llevar esa suma hasta la bóveda.

En primera instancia, la Justicia le dio la razón y le ordenó al banco resarcir al ex jugador por el monto robado mas intereses. Pero en abril de este año, la Cámara Nacional Comercial revocó la sentencia, considerando que las pruebas aportadas no eran sólidas (el fallo está disponible en "Documentos Asociados"). En caso de robo, lograr que el banco restituya los valores que se poseí­an en una caja de seguridad puede resultar difí­cil.

No existen estadí­sticas precisas de cuánto dinero poseen los argentinos en cajas de seguridad, ya que cuando se realiza un contrato de locación, el cliente no tiene la obligación de declarar lo que deposita. Pero de acuerdo con el INDEC, los argentinos tendrí­an unos 25.000 millones de dólares guardados en cajas de seguridad, el colchón y otras alternativas similares.

Esta ventaja que poseen los usuarios de cajas de seguridad de no tener que declarar lo que guardan allí­, tiene su contrapartida en que los bancos no se quieren responsabilizar por lo depositado. "Por ejemplo, yo le alquilo a alguien un departamento con caja de seguridad. Si a esa persona la asaltan, ¿me va a responsabilizar a mí­ por lo que tení­a dentro de esa caja de seguridad?", explica el Dr. Oscar Couso, especialista en Derecho Bancario.

La seguridad puede fallar

Sin embargo, en caso de robo no todo está perdido para los damnificados. El principal argumento de los clientes es que alquilan una caja de seguridad para proteger mejor sus bienes. Mientras que los bancos invocan el caso fortuito que representa un robo y que por más medidas de seguridad que se tomen, nunca pueden ser 100 por ciento inviolables.

Si bien son pocos los casos, en ciertas ocasiones la Justicia falló en contra de un banco por considerar que la seguridad no era suficiente. Couso describe un caso de estas caracterí­sticas, donde la entidad financiera tuvo que resarcir a su cliente: "no se derivó la responsabilidad del banco por el lado del contrato de la caja de seguridad, sino más bien por un lado de negligencia en cuanto a las medidas de seguridad que tení­a que reunir la bóveda", sostiene Couso.

Es cuestión de demostrarlo

Algunos especialistas opinan que la solución para evitar estos inconvenientes pasa por hacer el depósito en la bóveda acompañado por un escribano que certifique lo depositado. Pero Couso no está de acuerdo, ya que sólo los autorizados por el banco pueden ingresar a la bóveda: "el escribano puede llegar hasta la entrada de la bóveda y no puede dar fe de que el cliente guarde en la caja de seguridad el monto que declaró que iba a depositar. Y por otra parte, él puede estar certificando un depósito, pero no un retiro. En el peor de los casos, un cliente puede ir con el escribano, y al otro dí­a retirar el dinero depositado".

Para Couso, una de las pocas formas de acreditar los valores depositados en una caja de seguridad es a través de una declaración jurada de ganancias que especifique dicha tenencia.

Martí­n Burbridge

La entrevista completa al Dr.Couso está disponible en "Documentos Asociados"