General Motors sugiere una apertura gradual de las exportaciones al nuevo gobierno de Brasil
Antes de que Jair Bolsonaro fuera elegido presidente de la República, el presidente de General Motors Mercosur, Carlos Zarlenga, le dijo al futuro ministro de Hacienda, Paulo Guedes, que Brasil se puede transformar en un gran polo de exportación de vehículos. "El principal requisito está garantizado: producción en gran escala", dijo.
Sin embargo, Zarlenga garantiza que el sector alcanza niveles de eficiencia internacionales desde las puertas de las fábricas hacia adentro. Pero la ineficiencia del lado de afuera requiere cambios difíciles y profundos.
"La posibilidad de que Brasil consiga un día ser un exportador de autos tan competitivos como Corea del Sur, pasa por una reforma fiscal, además de cambios laborales y un paquete de mejoras en la infraestructura del país", dijo el directivo.
En este contexto, Zarlenga sugirió a Guedes que el gobierno promueva una apertura del comercio exterior que tenga como objetivo no solamente el acuerdo con Europa sino también con otras regiones, y que incluya a Argentina y México en dicho contexto. Pero la complejidad para realizar todos estos cambios requiere que el proceso de apertura sea gradual.
Pocas horas después del resultado de la elección presidencial, Zarlenga parecía aliviado con el fin de un marco de indefinición que se arrastró a lo largo de meses, tal como dejó entrever en una entrevista con el medio brasileño Valor.
“Durante todo el 2018 la pregunta era cómo quedaría el escenario político. Muchos esperaban que esta respuesta surgiera con más claridad a comienzos de año. Pero sólo
llegó hacia fines del mismo”, dice.
Le entusiasma la expectativa de un juego con reglas más claras a partir de ahora. Las primeras declaraciones de Bolsonaro, con la promesa de que el ajuste fiscal será
prioridad en su gobierno, también le agradó al ejecutivo.
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“Creo que el equipo económico presentado es bueno y probablemente hará cambios en ese sentido”.
Zarlenga también propone una revisión de Rota 2030. Según él, el programa automotriz que se acaba de lanzar no ofrece una planificación de los puntos importantes, como la electrificación de los vehículos, o incluso planes para mejorar la competitividad.
Sin embargo es optimista con relación al mercado brasileño en 2019, y prevé la venta interna de vehículos en 2,8 millones de unidades, un 27,2% más que en 2017, primer año de recuperación del sector.
Entre otros temas, Zarlenga opinó sobre los índices macroeconómicos que mejoraron en Brasil. "La economía viene de una contracción profunda. Con un poco de previsibilidad tendremos crecimiento. Las variables están ahí. En nuestra industria, con la confianza del consumidor veremos más actividad", dijo.
En cuanto a las señales que espera del futuro equipo económico brasileño, el directivo reiteró que para la industria automotriz es importante una apertura comercial gradual. "Ya tenemos lo fundamental, que es la escala. Pero falta competitividad", dijo.
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Considera que el nuevo gobierno tiene la oportunidad de promover esta apertura fijando un plazo, y hasta entonces existen tres puntos importantes a resolver.
- El primero es una profunda reforma fiscal.
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- El segundo la reforma laboral.
- En tercer lugar, se debe avanzar en la infraestructura, principalmente la logística.
Llegado el tema de la relación del nuevo Gobierno con el presidente de la Argentina, Mauricio Macri, Zarlenga dijo que piensa que ambos quieren cosas muy similares. Un hecho interesante fue ver que Macri resultó uno de los primeros en interactuar con Bolsonaro.
Por último, sobre el futuro de la automotriz y las inversiones, confirmó que habrás más desembolsos. "Siempre pensamos a largo plazo. Una elección no cambia eso. Sin embargo, yo diría que dentro de GM lo que más se esperaba este año era la previsibilidad, reglas claras para pensar en nuestro negocio de cara al futuro. Esperamos que esto sea más claro ahora en el período de transición. También será importante acompañar los 100 primeros días de gobierno".
En cuanto a como los afecta la falta de competitivdad a sus planes agregó: "sacando a la Argentina, la industria no es una gran exportadora. Para mí, exportar un auto a Argentina es como si “exportáramos” de São Paulo a Rio Grande do Sul. Y no se trata solamente de una cuestión de cambio. Cuando hacemos inversiones tenemos que pensar en productos que se pueden vender en otras regiones. Y, para ello, tenemos que competir con muchos países que son fuentes de producción, como México, Corea, Tailandia. Somos multinacionales. La decisión de asignar capital en un país u otro es global. En la actualidad, el 80% de las inversiones hechas tanto en Brasil como en Argentina son decisiones globales. ¿Y cómo conseguimos inversiones para proyectos que atiendan más allá del mercado local? Siendo más eficientes que México, Tailandia, Corea", finalizó.