Sorpresa: Volkswagen y PSA festejan sus resultados a nivel mundial en un difícil 2019
Volkswagen y PSA han sido los dos únicos grupos automovilísticos que consiguieron elevar su beneficio en 2019, a la espera de las compañías japonesas que aún no cerraron su ejercicio fiscal.
El consorcio alemán obtuvo un beneficio neto atribuido de 13.346 millones de euros en 2019, lo que supone un incremento del 13% en comparación con el año anterior, y una facturación de 252.632 millones, un 7,1% más, tras lograr récord de ventas con casi 11 millones de autos patentados en todo el mundo.
Además, la multinacional con sede en Wolfsburgo se vio beneficiada de un menor impacto por el del caso de la manipulación de vehículos diésel, conocido como ‘dieselgate’. Registró unos efectos extraordinarios de 2.300 millones, frente a los 3.200 millones de 2018.
Por su parte, PSA consiguió cerrar 2019 con un beneficio neto récord pese a vender un 10% menos de vehículos (unos 3,5 millones de unidades), gracias a que se centró en la comercialización de modelos con mayor rentabilidad.
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El consorcio automovilístico francés ganó 3.200 millones de euros, lo que supone un incremento del 13,2% respecto al ejercicio precedente. El efecto favorable del mix de producto y del precio también compensó el descenso de sus patentamientos.
La multinacional francesa, en pleno proceso de fusión con Fiat Chrysler Automobiles (FCA), también obtuvo el curso pasado una facturación récord, de 74.700 millones de euros, un 1% más frente a 2018.
Sin embargo, hay que matizar que los fabricantes japoneses aún no cerraron sus cuentas correspondientes al año pasado y estas podrían sufrir un impacto negativo por el coronavirus.
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En este contexto, Toyota contabilizó un beneficio neto atribuido de 2,01 billones de yenes (16.775 millones de euros) en los nueve primeros meses del año fiscal japonés -de abril a diciembre de 2019, lo que se traduce en un incremento del 41,4% respecto al mismo período del ejercicio previo.
La subida del beneficio del conglomerado nipón se debe al incremento de sus matriculaciones mundiales, así como a la estrategia de reducción de costes que está llevando a cabo, que le permitió ahorrar 110.000 millones de yenes (916 millones de euros).
De su lado, Daimler y Ford experimentaron una fuerte caída de sus ganancias.
El grupo alemán redujo un 66,7% su beneficio neto atribuido en comparación con 2018, hasta 2.400 millones de euros, por costes extraordinarios derivados del ‘dieselgate’ y de problemas en la producción; mientras que el resultado de Ford se vio afectado por un impacto de 2.200 millones de dólares (2.000 millones de euros) vinculado con un reajuste contable en relación con los fondos de pensiones de sus trabajadores, por lo que su beneficio neto atribuido se redujo un 98,7% frente al ejercicio precedente, hasta 47 millones de dólares (42,7 millones de euros).
Para Renault, 2019 fue un año para olvidar.
El grupo francés entró en números rojos por primera vez desde 2009, al registrar unas pérdidas netas de 141 millones de euros en comparación con los 3.302 millones de beneficio que obtuvo en 2018. La principal razón del hundimiento de las cuentas de la corporación del rombo fue el descalabro en la contribución de Nissan, con 242 millones (1.509 en 2018).