Con la formalización del incremento de la base mínima imponible del impuesto interno, que afecta a los 0km, el mercado automotor sufrirá grandes cambios a partir de septiembre, y los beneficios que existieron hasta el momento, muchos de ellos basados en precios que subían por debajo de la inflación, empezarán a evaporarse.

De acuerdo a la nueva disposición oficial, se establece que, de precio de venta al público, los 0km serán afectados con un recargo del 20% a partir de los $2.00.042, mientras que sufrirán un aumento del 35% a partir de los $3.700.000.

En la práctica, la primera escala implica una tasa real efectiva del 25%, mientras que en la segunda escala asciende al 50% en la práctica. 

Las cifras establecidas parecen no afectar a muchos modelos, por ser consideradas bastante elevadas para un auto de marca masiva. Sin embargo, son los valores que ya alcanza cualquier vehículo del segmento medio de automotrices como Chevrolet, Renault, Ford o Peugeot, entre otras.

Por otro lado, en el caso de la alta gama, la suba termina por repercutir en todo el portfolio de productos, dejando sin excepciones a las importadoras que habían logrado, en algunos casos, mantener los modelos más chicos exentos del gravamen o impactados solo por la primera escala.

Precios en aumento

La preocupación de las automotrices es grande en este nuevo escenario. En realidad, se esperaba una suba de la base mínima imponible mayor a la establecida, a fin de poder evitar que golpee a tantos modelos.

El problema que engloba a toda la industria es que, los valores de los autos, subieron tanto por la inflación en pesos como por la suba del dólar, dos variables que impactan directamente en este sector.

"Este impuesto ya afecta a las versiones mas equipadas del segmento SUV B Mercosur, y a los sedanes segmento C, tanto del Mercosur como de México", explicó Ernesto Cavicchioli, vicepresidente de Hyundai Argentina.

"Este sería el criterio lujo según la consideración de las autoridades del actual gobierno. Así, el mercado pierde versiones o las mismas son desequipadas para evitar pagar el impuesto. Desde el punto de vista del consumidor no tiene sentido pagar un 25% del valor del modelo solo por algún equipamiento extra, ni hablar de un 53,8% de la segunda escala", comentó el directivo.

Por otro lado, recordó que cuando la ex presidenta Cristina Kirchner reinstaló el impuesto en 2008, impactaba en vehículos de u$s61.000 con un 11% de tasa efectiva, mientras que ahora impacta a partir de los u$s25.000 y la tasa efectiva es del 25%.

"Esta nueva base afectará vehículos importados con precio público de u$s25.800 con un 25% de tasa efectiva que, de seguir el ritmo actual de devaluación diaria, terminará impactando en noviembre a autos de u$s23.500 antes de la nueva actualización a partir de diciembre (considerando una devaluación del 3% mensual como la que lleva a cabo el BCRA)", agregó el vicepresidente de Hyundai.

La segunda escala, por otro lado impacta con un 53,85% en vehículos de más de 59.700 dólares.

De esta manera, la base del impuesto se actualizó un 12% cuando la devaluación hasta agosto fue del 24 por ciento. Es decir, se actualizó solo el 50% de la devaluación, y es por este motivo que cada vez afecta a más modelos y versiones.

Modelos en la mira

En este escenario, las consecuencias que se ven en el mercado son distorsivas y se prevé que empiecen a faltar variedad de producto, pérdida de equipamiento de seguridad y confort.

Así, quedan al borde las versiones más equipadas de los SUV del segmento chico, como es el caso de Chevrolet Tracker, con un valor de su modelo tope de gama en $2.036.000.

Chevrolet Tracker, al borde del impuesto.

Otra de la misma categoría, la Ford Ecosport, queda en la misma situación. La versión Storm, la tope de gama, tiene un precio de 2.060.000 pesos.

Ford Ecosport Storm, por encima de los 2 millones de pesos.

Volkswagen, por su parte, ofrece en esta categoría el nuevo T-Cross, líder en ventas. Lo extraño es que la marca conserva tres de sus versiones a $1.941.000, que son las más equipadas, y todas se ofrecen con el mismo valor. De "tocarlo", probablemente caigan debajo del gravamen.

VW T-Cross, con tres versiones al mismo valor.

En el caso del Jeep Renegade, que se posicionó como uno de los más vendidos de su segmento, tiene dos versiones sin impuestos, una de ellas, la Longitude, en $1.928.100, mientras que la más completa ya superó los $3.200.000 y quedó bajo las garras del primer escalón.

Jeep Renegade, con una versión con impuestos.

En el caso del Jeep Compass, el hermano mayor de Renegade, también quedó con una única opción por debajo de los $2.000.000, siendo el resto alcanzados por el gravamen.

Estos dos casos de Jeep son emblemáticos ya que la marca, desde que los fabrica en Brasil, logró "democratizar" estos vehículos convirtiéndolos en más accesibles, estado que empieza a perder con este impuesto.

En la misma categoría del Compass, modelos como Ford Kuga, el nuevo Renault Koleos, y el recién llegado Citroën C5 Aircross, quedan todos alcanzados por la primera escala y superan los 3 millones de pesos.

Sedanes medianos

La categoría de sedanes medianos viene perdiendo fuerza en el mercado. Sin embargo, son muchas las marcas que conservan algún modelo en su oferta, ya que todavía existen compradores dispuestos a elegir estos modelos, especialmente por su comodidad para el uso familiar.

Sin embargo, esta categoría es una de las que más riesgo corre de ser captada por el impuesto, y la mayoría de las propuestas se encuentran al borde.

Algunos casos emblemáticos son los modelos de producción nacional, como el Peugeot 408 y el Citroën C4 Lounge, que se fabrican en El Palomar, y tiene un precio de $1.994.500. En agosto el valor era de 1.840.000 pesos.

Citroën C4 Lounge, fabricado en la Argentina, cerca del impuesto.

En el caso de Chevrolet, el Cruze, otro mediano fabricado en la Argentina, también supera los $2 millones en su versión tope de gama, quedando al borde del abismo.

Volkswagen, por su parte, compite en la categoría con el Vento mexicano. Ahora, ofrece una sola versión (la GLi, más deportiva, no figura en el listado de precios). Sin embargo la Highline, aparece en septiembre impactada por el impuesto, con un precio de 2.895.950 pesos.

Por otro lado, sus modelos deportivos del segmento B, como el Polo y Virtus GTS, tienen un precio de 1.941.000 pesos.

El Toyota Corolla ya paga impuesto interno.

Toyota, otra marca líder en el segmento mediano, ya tiene el Corolla con suba de precios: la versión tope de gama tiene un valor que supera los $2.500.000. Mientras tanto, una versión intermedia, promedia los 2.300.000 pesos.

El tema en este caso es que no hay stock y las próximas entregas, en la mayoría de los concesionarios, están pactadas para 2021, momento en que el impuesto habrá sido nuevamente retocado y los precios, seguro, serán más elevados. Por lo cual, nadie sabe cuánto saldrá este modelo mediano.

Proyecciones

Además del impacto del impuesto interno, en el mercado consideran que la compra-venta de autos está en su última etapa para aprovechar oportunidades.

Por un lado, se desvanecen las ventajas de comprar con dólar blue, con modelos 0km que suben de precio más de lo esperado ante la falta de stock y la vuelta de los "sobreprecios".

Por otro lado, sin oferta, las promociones y bonificaciones también empiezan a eliminarse.

De esta manera, el corto veranito que permitió que las ventas se mantengan los últimos meses (aún con fuertes caídas comparadas con 2019), empiezan a evaporarse.