El "Indice iPad 2" y el por qué la Argentina es el segundo país más caro del mundo para comprar la tablet de Apple
En la Argentina, todos los "chiches" tecnológicos despiertan grandes pasiones. Y los dispositivos tipo tabletas no son la excepción.
Por el contrario, tras el furor que generó el desembarco de la iPad 2, allá por el mes de mayo, distintas empresas anunciaron que comenzarán a ensamblar sus propios equipos en el país y así aprovechar el boom de ventas que los expertos auguran para estos productos.
Así es como hasta el momento fueron presentados ante el Gobierno 16 proyectos para producir en Tierra del Fuego unas 200.000 unidades sólo el primer año, con posibilidades de duplicar cómodamente esa cifra durante el siguiente período.
Sin embargo, la punta de lanza la sigue teniendo Apple con su dispositivo que revolucionó el mercado nacional y global. Tal como señaló un alto directivo de una de las cadenas de retail autorizadas para la venta de artículos de esta marca en la Argentina, y que pidió mantener su nombre en reserva, "la iPad 2 no se compara con ningún otro producto, por diferencias de prestaciones, diseño y rendimiento".
El gerente consideró además que "si bien el Gobierno está incentivando a que las compañías comiencen a ensamblar tablets en el sur del país, muy difícilmente Apple radique una planta a nivel local. Tiene centralizada su producción en Asia y si mira a la región privilegia a Brasil".
De este modo, descartó que, al menos en el mediano plazo, el dispositivo de la manzanita pueda llevar el clásico sticker "Made in Argentina", como ya sucede con diferentes productos de marcas de peso, como Blackberry, HP o Sony.
Y si bien la tablet ideada por Steve Jobs, a la hora de cruzar la Aduana, no se ve impactada -por el momento- por trabas formales a la importación, ni debe soportar un sobrecosto logístico -como sí sucede con muchos de los artículos que se ensamblan en Tierra del Fuego-, la realidad muestra que la Argentina se ubica en el podio de los países más caros del mundo.
Según el relevamiento realizado por iProfesional.com, un consumidor local debe pagar mucho más, en dólares, por el mismo dispositivo que un comprador del Reino Unido, Australia, Alemania, China, Noruega o Chile, por citar sólo algunos ejemplos.
En concreto, en la Argentina, una persona que quiera hacerse de este dispositivo en su formato "más full", es decir, el de 64 GB con 3G, deberá pagar unos u$s1.350, un 65% más que en mercados como Canadá, uno de los países con los precios más bajos -medidos en dólares-, tal como se puede observar en la siguiente infografía:

También hay enormes diferencias si se traza un comparativo con los valores que se manejan en la "meca del shopping" de los argentinos, como es el caso de Miami.
Allí, para hacerse del dispositivo más sofisticado habrá que desembolsar unos u$s887 -impuestos incluidos-, casi u$s500 menos que en una tienda ubicada en Buenos Aires.
Así, visto de este lado de la frontera, la iPad 2 cuesta un 52% más que en la ciudad de las palmeras y edificios vidriados.
Sin embargo, no es necesario hacer miles de kilómetros para encontrar brechas significativas: basta cruzar la cordillera y entrar a un comercio en Santiago de Chile para comprobar que cualquier cliente puede llevarse el mismo equipo por un precio equivalente a u$s964, es decir, casi un 30% menos que en la Argentina.
Incluso, se dan casos realmente insólitos: a pesar de que Uruguay se encuentra bajo el mismo régimen arancelario del Mercosur y es una economía significativamente más pequeña, la tablet de Apple cuesta menos que en el mercado local.
Y no es necesario recurrir a una gran cadena de electrodomésticos. Por ejemplo, en la tienda "Crespi - La Buena Onda" -reseller oficial de Apple- cuya casa central se encuentra en la ciudad de Tacuarembó y que vende desde artículos de bazar hasta muebles, se comercializan las iPad 2 -en dólares- a precios entre 3 y 5% más bajos que en la Argentina, tal como se puede apreciar haciendo clic en este link.
Cabe destacar que todos los valores relevados -para hacer comparable la muestra- corresponden a distribuidores autorizados, por lo cual no se incluyó en la muestra a sitios de venta alternativos, como puede ser el caso de MercoLibre.
Estas brechas de precios explican por qué en los últimos años creció de manera sostenida la utilización de las tarjetas de crédito en el exterior para la compra de estos artículos.
De hecho, si se consideran estos precios "de lista", a un argentino que viaja a Chile o a Estados Unidos le terminará resultando más económico comprar un dispositivo e ingresarlo a la Argentina aun pagando la tasa aduanera que se cobra al excederse de la franquicia de u$s300.
Sin embargo, los distribuidores locales se defienden echando mano a tres argumentos que no son menores:
• Por un lado, los compradores, en algunos casos, se ven beneficiados con descuentos que ofrecen los plásticos de algunos bancos, del orden del 10%.
• El otro punto que juega a favor es la ventaja de la financiación: en un contexto inflacionario como el actual, la posibilidad de pagar una tablet en 12 cuotas y sin interés se convierte en un atractivo "anzuelo".
• Finalmente, un aspecto no menor es la garantía, que protege al usuario local frente a fallas propias del equipo, un punto de muy difícil resolución si la unidad fue comprada en el exterior.
No obstante las ventajas mencionadas, esto no minimiza el hecho de que los argentinos tengan -por cuestiones impositivas y arancelarias- que pagar mucho más que los consumidores de otros países, especialmente aquellos que tienen ingresos en dólares más elevados.
Un simple ejemplo sirve para graficar esta situación:
• En la Argentina, considerando un salario promedio de alrededor de u$s1.000, se necesitan 28 días hábiles de trabajo para acceder a la tablet más costosa.
• Como contrapartida, y a pesar de la crisis, en varias ciudades europeas, un empleado con un ingreso medio estimado en u$s2.500 requerirá tan sólo de 9 jornadas de labor para adquirir el mismo equipo. Es decir, 19 días menos.
La "ruta" del iPad 2
Si bien, tal como se explicó anteriormente, estos dispositivos por el momento no padecen trabas oficiales a la importación, los empresarios locales se quejan de los fuertes aranceles y los altos costos que requiere nacionalizar este tipo de productos. Es decir, la cadena de impuestos y tasas que se van acumulando desde que el producto toca tierra hasta que puede salir finalmente de la Aduana.
En diálogo con iProfesional.com, Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores, se quejó de que los costos para importar un producto en la Argentina están por encima del promedio mundial y esto, sin dudas, "termina impactando en el precio final que paga un consumidor por este tipo de bienes".
En la consultora Carrier y Asociados tienen una visión similar: "Básicamente, en la Argentina se paga más por la tecnología porque los costos de nacionalización son muy altos en comparación con los de otros países. Entre aranceles aduaneros, IVA y demás impuestos, la carga tributaria se hace sentir y mucho".
Para cotejar esto, los expertos aseguran que basta con mirar los valores que se manejan en Chile que, en términos logísticos, está a una distancia similar que la Argentina respecto a Estados Unidos -desde donde la tablet llega por vía aérea-.
En el país vecino estos dispositivos se encuentran entre 25% y 30% más baratos, básicamente porque el Arancel Externo Común en ese mercado -es decir, la tasa que paga un producto importado para cruzar la Aduana- en general tiende a ser cero.
Como contrapartida, desde uno de los representantes oficiales de Apple en el país se quejaron de que, en el caso de la Argentina, "para ingresar un producto hay que pagar un arancel del 16%. Posteriormente, hay que considerar otros costos que llevan a que al precio al cual arriba la iPad haya que sumarle, de movida, un 40% extra. Y esto es sin contar la rentabilidad".
Y ese 40% incluye, además del mencionado arancel: ingresos brutos, impuestos varios, cargos administrativos, seguros, honorarios de despachante de Aduana, costos laborales y, además, un "colchoncito" que se arma el retailer para poder reponer el producto en un contexto inflacionario como el que exhibe el país.
Así, para algunos expertos, los altos precios en dólares no sólo responden a cuestiones arancelarias y logísticas, sino que también influye, y mucho, el fenómeno del atraso cambiario.
Sucede que en una economía en la cual durante los últimos años los costos internos, en pesos, corrieron muy por encima de la tasa de devaluación, se terminan encareciendo, en dólares, todos los valores asociados a la comercialización de cualquier producto en relación a otras economías que viven una dinámica inflacionaria menos pronunciada.
Según Santisteban, para muchos empresarios "es casi una cuenta de almacenero: los empresarios locales importan un producto que puede valer u$s100 pero después saben que le tienen que sumar toda una serie de gastos que van en aumento. Y ahí es cuando termina encareciéndose el precio final en relación a otros países".
Así, para el experto, la suba de precios que se fue acumulando en los últimos cinco años "claramente provocó un desfasaje" que ahora termina impactando en el valor final.
¿Se viene la era de la "escasez"?
La Argentina no es, justamente, el paraíso para los importadores.
Según un relevamiento de la OMC, el país es el más proteccionista del mundo y en el que más se echa mano al recurso de las licencias no automáticas, un instrumento que exige contar con aprobación oficial para ingresar calzado, indumentaria, repuestos para autos, tractores y vehículos de alta cilindrada, entre otros cientos de artículos.
Y las notebooks, netbooks y smartphones no escaparon de este "cerrojo" que viene implementando el Gobierno con mano férrea. Esto fue lo que provocó, meses atrás, un notable faltante de artículos con la marca de la manzanita en los comercios autorizados.
Así, el "lema" que se impuso durante buena parte del año fue "llevate la notebook que podés, no la que querés", tal como informara recientemente iProfesional.com.
Sin embargo, el gerente de la cadena comercializadora de productos Apple que accedió a dialogar con este medio, destacó que las dos generaciones de iPad se vieron beneficiadas por el hecho de que no existe ninguna normativa que impida su ingreso libre y directo al país.
Pero en el sector, dan como un hecho que es cuestión de tiempo para que esto cambie y las tablets diseñadas por Steve Jobs caigan en las redes de las licencias.
Son numerosos los argumentos que se manejan al respecto:
• Por un lado, la Presidenta dejó en claro cuál será la política comercial de su segundo mandato al declarar que no quiere que se importe "un solo clavo", en tanto pueda fabricarse en el país.
• En este sentido, si bien en general se trata de procesos de ensamblado, hay 16 proyectos para comenzar a producir tablets en la Argentina. Y la regla generalizada que el Gobierno viene aplicando desde siempre es que un producto con sello de Tierra del Fuego, como contrapartida, sí o sí debe ser protegido frente a la importación.
• Además, el manejo de las licencias no automáticas pasó del "contemplativo" equipo del Ministerio de Industria a manos del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien abiertamente le viene declarando la guerra a todo producto que llega del exterior.
Así, en el sector dan como un hecho que el Gobierno buscará privilegiar los artículos con marcas como Samsung y RCA que, en breve, comenzarán a llegar del sur del país, posiblemente poniéndole fin a la "zona liberada" de la que venían gozando las tablets de Apple.
Para el directivo de la cadena de la manzanita, "esto sería un grave problema, porque es un nicho en el que para 2012 apostábamos a un fuerte crecimiento. Va a ser difícil porque no le vamos a poder decir a la casa matriz que nos aguanten dos o tres meses hasta que nos salgan las licencias, porque lo que falta en el mundo es stock".