Brasil y los EEUU impulsan sus relaciones comerciales

Los gobiernos de Brasil y de los Estados Unidos acordaron ayer en la ciudad de Rí­o de Janeiro reducir las trabas al comercio y a las inversiones entre ambos paí­ses.

De esta manera buscan dar un nuevo impulso a su ya más que importante intercambio comercial que en la actualidad ronda los u$s40.000 millones anuales.

Esta cifra duplica el volumen de negocios que el gigante latinoamericano mantiene con los otros tres integrantes del Mercosur. A pesar de ello, el secretario de Comercio norteamericano, Carlos Gutiérrez, indicó que la cifra de negocios entre los Estados Unidos y Brasil "está muy por debajo del potencial per cápita".

Durante la reunión que Gutiérrez mantuvo con el ministro brasileño de Desarrollo,Industria y Comercio Exterior de Brasil, Luiz Fernando Furlan, nada se habló acerca de avanzar hacia metas más ambiciosas por el momento, como la reducción de aranceles y el congelado Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

A pesar de ello, Gutiérrez prometió que en el mes de septiembre, cuando se vuelva a encontrar con Furlan, esta vez en los Estados Unidos, "tendremos metas bien ambiciosas" dejando así­ la puerta abierta para otro tipo de acuerdos que potencien aún más el intercambio comercial entre ambos paí­ses.

Ambos ministros firmaron una carta de intenciones para crear un "mecanismo de consultas informales" que impulse el acercamiento mutuo y ayude a superar los obstáculos comerciales.

A fin de cumplir con este objetivo, Gutiérrez y Furlan establecieron un plazo de 60 dí­as para que cuatro grupos de trabajo elaboren un informe sobre las perspectivas y potencialidades de estas relaciones comerciales.

Dichos grupos apuntan a la cooperación entre el Instituto Nacional de Metrologí­a, Normalización y Calidad Industrial de Brasil y el Instituto Nacional de Patrones y Tecnologí­a de los Estados Unidos para superar barreras técnicas, incluyen la promoción de exportaciones e inversiones, la facilitación de negocios y la cooperación entre organismos responsables de la propiedad intelectual e industrial.

El lunes, Gutiérrez alentó a incrementar la cooperación entre los paí­ses de la región y los Estados Unidos para poder competir a nivel comercial con China. El funcionario norteamericano buscó despolitizar la propuesta, que tanto malestar provoca en algunos paí­ses latinoamericanos indicando que su propuesta de aumentar los TLC "es sólo una oferta de negocios".

Propuesta
ílvaro Uribe invitará a los demás paí­ses de la CAN, que se reunirán para tratar el alejamiento de Venezuela, a sumarse a la negociación del tratado de libre comercio que el lunes comenzó a negociar en Bogotá con El Salvador, Guatemala y Honduras.

Verdadero duelo de titanes en la producción de etanol
El acuerdo que impulsan los gobiernos de Brasil y de los Estados Unidos en productos como el etanol implica que se están sentando a negociar los dos mayores productores del biocombustible en todo el mundo, es decir un verdadero "duelo de titanes".

Es que ambos paí­ses sumados representan más del 80% de la producción mundial, que asciende a los 41.000 millones de litros por año. Si Brasil es el número uno en este mercado, con la mitad de la producción mundial, se debe a que el impulso a la industria de los biocombustibles se convirtió en una polí­tica de Estado antes que en ningún otro paí­s, en 1975.

En ese momento se lanzó el Programa Proalcohol (pariente exitoso de nuestro abandonado Plan Alconafta), para producir etanol a partir de la caña de azúcar y reducir así­ su dependencia respecto de las importaciones de crudo, que en ese momento era un tema muy conflictivo por el primer shock petrolero que se habí­a vivido en 1973.

Por medio de polí­ticas activas y subsidios a los productores, el paí­s creció hasta convertirse en lo que muchos llaman hoy "la futura Arabia Saudí­ de los biocombustibles".

Por otra parte, el desarrollo de la industria brasileña no se limitó a la producción de caña de azúcar y del combustible. De a poco, las terminales automotrices comenzaron a sacar al mercado más modelos con motores impulsados a etanol, y la privatizada Embraer se convirtió en la empresa lí­der en la fabricación de aviones adaptados al biocombustible.

Pero si bien los Estados Unidos corren detrás de Brasil, en los últimos cuatro años se duplicó la producción de etanol y todo hace suponer que su crecimiento va a ser muy significativo en los próximos quince años.

La aceleración en el ritmo de producción de etanol fue tal que la industria norteamericana tardó una década en alcanzar los primeros 1.000 millones de galones (3.780 millones de litros), dos décadas para duplicar esta cifra, y sólo dos años para triplicarla.

Para los Estados Unidos, se trata de reducir el costo de las importaciones de petróleo, aparte de minimizar la dependencia en el abastecimiento, puesto que la mayor parte proviene de Oriente Medio, una región por demás inestable.

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