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"Amnistía" de Trump al acero y aluminio argentinos: ¿mero gesto comercial o mensaje político?

La Argentina, junto con otros países, quedaron fuera de la lista negra. Para analistas, hay señales más allá del impacto comercial
28/01/2020 - 06:42hs
"Amnistía" de Trump al acero y aluminio argentinos: ¿mero gesto comercial o mensaje político?

La secuencia fue fiel al estilo Trump: primero sorprender, luego dialogar. Esto ocurrió con los aranceles al acero y al aluminio que exporta la Argentina a los Estados Unidos y cuya controversia fue leída antes y ahora bajo un tinte político.

Hace más de un mes, cuando Macri estaba por dejar el gobierno, más precisamente el 2 de diciembre, el presidente estadounidense publicó una serie de tuits que sorprendieron a Alberto Fernández y a los colaboradores que estaban a un paso de asumir el poder.

En la red social, Trump anticipaba que iba a castigar con un alza de aranceles a los productos derivados de estos metales argumentando que la fuerte devaluación del peso, así como también del real, dado que la medida además alcanzaba a Brasil, ponía en riesgo a sus productores (nota de color: en el tuit también mencionó que se perjudicaba a los agricultores de EE.UU., un razonamiento que pocos entendieron).

El hecho de que faltaran apenas ocho días para el ascenso de Fernández fue leído en términos políticos. De hecho, hubo analistas que consideraron esto como una advertencia de Washington tras el fin del mandato de un gobierno completamente alineado como fue el de Mauricio Macri.

Además, se trata de un sector clave, dado que ambos productos generan para la Argentina un ingreso de divisas cercano a los u$s700 millones anuales, solo por ventas hacia los Estados Unidos.  

En este contexto, desde la administración de Fernández trataron de abordar el conflicto, al menos públicamente, desde una óptica comercial. Tras la confirmación oficial desde la Casa Blanca de que la Argentina pasó a estar en la "lista blanca", el canciller Felipe Solá habló de una buena gestión de la embajada en Washington y de una estrategia diplomática que "defendió bien, con solidez", la posición del Gobierno.

Sucede que, si la Argentina no hubiese sido incluida en esta suerte de "amnistía", las empresas hubiesen tenido que abonar un arancel de hasta el 25% para el caso del acero, y del 10%, para el aluminio. Hay un dato importante: Argentina no fue el único país beneficiado. Australia, Canadá, México, Corea del Sur y Brasil también forman parte de las naciones que entraron en ese grupo.

Así y todo, los analistas le atribuyen un significado político.

"A esta altura, Trump se ha vuelto un poco previsible. Planteó los aranceles como una forma de iniciar una conversación. Los aranceles para el presidente de EE.UU. no están asociados tanto al proteccionismo como a un tema de relacionamiento geoestratégico", plantea Marcelo Elizondo, consultor y experto en comercio exterior.

"Estar en la lista de los países no perjudicados claramente significa algo. Y ese algo es que no busca conflictos con la Argentina. Seguramente no apunte a un nivel de amistad bilateral como la que tenía con Macri, pero es una señal positiva. Hace pensar que no quiere tensión ni distanciamiento", recalca el experto, quien igual agrega que "esta versión que estamos viendo no es la del Trump más duro, como sí lo era en los comienzos".

En paralelo, Miguel Ponce, exsubsecretario de Industria y Comercio, también coincide en señalar en que se trata de un gesto "positivo".

"No hacer efectiva esa medida con la que había amenazado puede leerse como una señal hacia la Argentina y hacia la región. Trump sigue notando que la influencia de China y de Rusia se acrecienta, ya sea de manera directa o indirecta", explica, si bien señala que, como contrapartida, el acuerdo con el gigante asiático también sirvió para descomprimir la tensión diplomática y comercial en la propia Casa Blanca.

En cuanto a la figura de Alberto Fernández, Ponce agrega que esta decisión de Trump llega como un "gesto de buena voluntad", en momentos en que el Presidente está realizando su primera gira internacional, acercándose a líderes europeos.

"A nivel exportaciones, la medida no mueve tanto el amperímetro, pero es importante, es un gesto comercial con olor político", recalca el experto.

Y en momentos en que el Gobierno argentino está plenamente abocado a resolver el tema de la deuda, esta decisión de Washington podría cobrar también otro significado. Sin embargo, frente a esto, Elizondo pone ciertos reparos: "El apoyo de los EE.UU. es importante. Pero el tema deuda tiene dos caras; por un lado, la parte vinculada al FMI, que es donde Trump sí puede ofrecer un apoyo, pero que es la menos complicada de la deuda. La más compleja, que puede tener más implicancias en los mercados y el riesgo país, es la negociación con los bonistas, y ahí el efecto del apoyo político de la Casa Blanca es muchísimo más limitado".

Por eso, Elizondo advierte: "¿La decisión de Trump es positiva? Sí, no hay dudas. Pero ese gesto no te resuelve importantes cuestiones de fondo".

En paralelo, Raúl Ochoa, experto en comercio internacional y exnegociador del Mercosur, prefiere inscribir esta medida como parte de un relajamiento -tal vez temporal- de la política exterior del mandatario estadounidense, en momentos en que se embarca en un proceso eleccionario en su propio país. 

"Hay que tomarlo como una medida que se dirige a varios países. No es tanto una cuestión bilateral para con Argentina. Trump quiere eliminar fricciones y por eso está bajando los ataques hacia organismos multilaterales y hacia socios comerciales en general. En ese mismo plano se inscribe la fase I del acuerdo con China. Por eso, si bien es positivo, hay que analizarlo de una manera más global", agrega.