El fracaso de la Ronda de Doha, oportunidad para el Mercosur
La Ronda de Doha fue puesta en marcha por la Organización Mundial del Comercio (OMC) para favorecer el intercambio multilateral derribando barreras comerciales en beneficio de los países en desarrollo.
Tras cinco años de desencuentros, el titular de la OMC, Pascal Lamy, suspendió sin fecha las deliberaciones por lo que, se estima, se producirá un bache por tiempo indefinido.
"La solución está en manos de la disposición de los Estados Unidos y de los países europeos a flexibilizar los subsidios y aranceles de los productos agropecuarios. Si no hay acuerdo antes de fin de año se produciría una situación muy complicada para la OMC", señaló el economista Dante Sica.
En su análisis, el fracaso de la Ronda de Doha "derivaría en un escenario mucho más beligerante, ya que los países en vías de desarrollo accionarían legalmente contra las restricciones impuestas por las grandes potencias a sus productos agrícolas".
La decisión se produciría ante la extinción de la Cláusula de Paz, por la que los países chicos se comprometían a no litigar mientras se negociaba un nuevo acuerdo.
"Existe una gran hipocresía ya que mientras años atrás planteaban la Ronda del Milenio para erradicar la pobreza del mundo, siguen protegiendo sus producciones agrícolas. Y la pobreza en el mundo es rural", agregó Sica.
Frente a este panorama, el horizonte negociador de la Argentina, en el marco del Mercosur, vuelve a centrarse en la UE. Con el multilateralismo descartado como estrategia comercial, las discusiones entre bloque tomarán la posta de las principales negociaciones. Atento a las dificultades económicas y, sobre todo políticas, para avanzar en torno del írea de Libre Comercio de las Américas (ALCA), la UE vuelve a ser la alternativa.
En esta línea, el secretario de Comercio Internacional, Alfredo Chiaradía, estimó que en los próximos años "los acuerdos bilaterales van a ser la única fuente de liberación comercial".
"Si bien la idea era avanzar en el multilateralismo, habrá que avanzar en esta vía", señaló el funcionario dando por sentado el fracaso de la Ronda.
Sica, en tanto, sostuvo que "la UE tiene que mejorar su oferta, como ya lo hizo el Mercosur. No puede ser que continúen dando un trato recíproco y no diferencial".
No hay motivo de alivio
Algunos sectores productivos vieron con alivio la falta de acuerdo en la OMC, posibilidad que hubiera abierto las puertas a productos industriales del primer mundo. "Se equivocan, ya que el mundo tiende a la reducción de aranceles, por lo que deben seguir pensando en tener más competitividad", recomendó Sica.
Futuro incierto para la OMC
Todos los pronósticos eran coincidentes a lo largo del año en relación con que si durante el primer semestre no se resolvía positivamente, la Ronda de Doha quedaría herida de muerte. En un escenario con tres actores principales (la Unión Europea, los Estados Unidos y los países en desarrollo del G-20), la imposibilidad de negociar de una de ellas no deja margen para seguir conversando.
Sucede que en junio del 2007 acaba la Autoridad de Promoción Comercial que el Congreso norteamericano dio al gobierno de Washington para que negocie acuerdos comerciales sin aval legislativo.
La decisión de suspender "sin fecha" las negociaciones decretada la semana pasada por el titular de la OMC, el francés Pascal Lamy, confirmó los peores pronósticos.
Todos los actores señalan ahora la esperanza de gestiones de "último momento", mientras que reconocen que no existen fórmulas concretas para avanzar. En definitiva, lo que está en juego es la razón de ser de la OMC.
Gabriel Buttazzoni
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