Es inminente la aplicación de licencias para importar calzado

Para comprender el fenómeno chino en la industria y comercialización de calzado a nivel mundial, basta saber que el gigante asiático fabrica más de 8.000 millones de pares al año y que su competidor más próximo, India, se anota apenas con 700 millones, una brecha que deja en evidencia las diferencias de estructura productiva y los bajos costos.

Por su parte, la Argentina se encuentra retrasada, con una producción más modesta de 80 millones de pares anuales.

En este contexto, el año pasado ingresaron al paí­s 23 M de pares terminados, de todo tipo de origen: 15 M fueron de Brasil, 5 M de China y el resto de Uruguay y de algunos paí­ses de Oriente. El 90% de lo que ingresa de China es calzado deportivo. En el caso de la canasta exportadora de Brasil hay una mayor diversificación: deportivos, zapatos de cuero, ojotas y sandalias.

Según explica Horacio Moschetto, secretario y coordinador del Departamento de Comercio Exterior de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), "hoy en dí­a están vigentes licencias no automáticas para calzado terminado, ya sea de Oriente o de Brasil, de modo que nosotros, junto con la Secretarí­a de Industria, podemos monitorear qué es lo que está ingresando".

Sin embargo, cubierto este frente, la nueva pelea entre la industria y la importación se da en el terreno de las capelladas, es decir, la parte superior de zapatos o zapatillas, que únicamente requieren agregarle una suela para obtener el producto final.

Desde la CIC aseguraron temer que el paí­s pase de ostentar una verdadera actividad productiva a convertirse en simple ensamblador.

"Durante los últimos meses hemos notado un importante incremento en el ingreso de partes, sobre todo capelladas, que llegan especialmente de Oriente. Por eso, la idea que impulsamos es aplicar una licencia no automática y poder monitorear y controlar mejor su ingreso", explicó Moschetto, quien agregó que "desde la Secretarí­a de Industria nos informaron que la medida es inminente y que está por salir en los próximos dí­as".

Aumento y difí­cil control
La razón de este pedido está, por un lado, en el incremento que registraron durante 2006, cuando la importación de capelladas alcanzó los 4 millones de pares, lo que implicó un 150% más que el año anterior y cuyo grueso provino mayormente de Asia.

A esto se suma que durante el primer bimestre del año, con respecto al mismo perí­odo de 2006 desde la CIC observaron una suba de un 40% , por lo tanto, "lo que vemos es que hay una tendencia creciente al ingreso de este tipo de productos".

Por otra parte, la causa del temor que genera en la industria esta importación "es que la capellada es mucho más difí­cil de controlar en cuanto al precio, porque entra por kilos y no por unidad. De hecho notamos que durante el último tiempo hubo casos en los que ingresaron a un precio excesivamente bajo".

Según Moschetto, esta licencia no automática "es importante para la industria" dado lo complejo que resulta lidiar con la importación de este producto. "El control de las capelladas es mucho más difí­cil que el de los zapatos terminados. En la Cámara tenemos un centro de formación en el cual damos cursos de capacitación en la valoración de estos productos, de hecho capacitamos a personal de la Aduana".

Impacto mundial
El fenómeno chino en la industria del calzado no es un hecho local o regional. En Europa, por ejemplo, durante el año pasado ingresaron más de 1.000 millones de pares, según cifras de la CIC.

"En Italia hoy cierran cuatro fábricas de calzado por dí­a y de 2005 a esta parte desaparecieron más de 1.000 empresas y les sigue ingresando calzado chino. Si bien la Unión Europea comenzó a aplicar medidas de salvaguardia, el daño que ha provocado es casi irreversible, la industria española está totalmente destruida. Evidentemente no queremos llegar a ese lí­mite, por eso la importancia de llevar un control y monitoreo".

Sin embargo, Italia tiene un punto a favor, algo que también según Moschetto caracteriza al paí­s, y es que China aún no logra competir en lo que es calzado artesanal de alta gama, "donde Italia es muy fuerte, así­ como también la Argentina, si consideramos que el 70% de nuestras exportaciones son de calzados premium".

Proyecciones
A la hora de trazar perspectivas de cara al futuro, el directivo se mostró confiado y aseguro que "durante los últimos tres años se están abriendo nuevas plantas, nuevas fábricas. Es interesante que hoy para firmas de paí­ses como Chile o Brasil, por un problema cambiario en este caso, vean con buenos ojos venir a fabricar en la Argentina".

De acuerdo a datos provistos por la cámara, a pesar de la recuperación del mercado, la industria ocupa el 60% de su capacidad instalada, por lo cual aún quedarí­a un 40% "que está ávido de seguir fabricando".

Por otra parte, desde la CIC aseguran estar abiertos al diálogo con los importadores. "De hecho, hemos tenido conversaciones con las grandes marcas del calzado deportivo para incentivarlos y decirles que se puede fabricar en la Argentina", explicó Moschetto. Sin embargo, "no estamos a favor del cierre de las importaciones, es bueno tener un mercado abierto, que nos obligue a ser más competitivos, a seguir invirtiendo en maquinaria y en desarrollo", concluyó.

Juan Diego Wasilevsky
juandiego@infobae.com
© infobaeprofesional.com