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Brasil y el "efecto Bolsonaro": qué promesa de campaña genera temor entre empresarios argentinos

Los ejecutivos esperan que el repunte de esa economía traccione las exportaciones de Argentina. Cautela sobre la política comercial y el dilema "macrista"
28/10/2018 - 07:30hs
Brasil y el "efecto Bolsonaro": qué promesa de campaña genera temor entre empresarios argentinos

El “efecto Bolsonaro” ya llegó al círculo rojo. Por estas horas, los empresarios argentinos siguen de cerca las elecciones históricas de este domingo en Brasil, en las que el líder del Partido Social Liberal (PSL) tiene altas chances de ganar la presidencia frente a su rival del Partido de Trabajadores (PT), Fernando Haddad.

Si bien se redujo la distancia entre ambos en la última semana, el candidato ultraderechista mantenía una ventaja de 12 puntos, luego de recalentarse la campaña en el último tramo con su llamado a hacer una “limpieza histórica” de la oposición, fuertes movilizaciones de ambos bandos y la invasión policial que irrumpió en las universidades del país.

Distantes del clima de fuerte tensión política que se respira en los cánticos callejeros, lo que interesa a los hombres de negocios en Argentina es la economía de su principal socio comercial.

Apuestan a que una pronta recuperación del país vecino traccione las exportaciones locales y saque a la industria nacional de la recesión.

Para lograrlo, sostienen que el mejor camino es el programa ortodoxo del “capitán” -como lo apodan en Brasil- que propone un paquete de reformas pro mercado, con privatizaciones incluidas.

Pero a la vez guardan cautela frente a la promesa de apertura del Mercosur y el caracter “imprevisible” de su preferido que aún no definió a todo su eventual gabinete.

Si empieza a firmar acuerdos con otros mercados, sería un problema porque tendríamos competidores a países que hoy pagan aranceles”, reconoció a este medio un gerente de una automotriz.

De esa manera, una salida eventual del Mercosur o su apertura perjudicaría la venta de vehículos argentinos a ese país, al equipararse con el resto del mundo que hace que los modelos de origen asiático sean caros, con un arancel del 35%.

Estamos a la expectativa, hay señales muy claras en lo económico, pero primero se debe ratificar la victoria que parece cantada y después hay que ver si lleva adelante lo que dijo en campaña”, dijo el ejecutivo. Esta industria es la que tiene mayor peso en el intercambio comercial con Brasil.

De los vehículos que produce Argentina, 7 de cada 10 se venden en ese país. La estabilidad de un dólar alto y la fuerte caída de las importaciones por efecto de la devaluación empezó a reflejarse en la balanza comercial, que en septiembre dio un saldo positivo por primera vez en 21 meses (a costa de una baja del 40% en la compra de bienes de capital). La ventaja cambiaria también trajo inversiones de la japonesa Kwasaki, que fabricará motos en el país a partir de 2019, y de la estadounidense Fric Rot, que hará lo propio en Rosario, con una línea pesada de amortiguadores antes radicada en Brasil.

Las piezas se venderán en ese país, Argentina y Latinoamérica para cubrir la demanda de Mercedes-Benz, Scania, Volvo, Ford, Volkswagen, Iveco y el mercado de reposición. "El nuevo escenario cambiario nos permitió ser más competitivos. De esta manera, la transferencia nos va a permitir triplicar las exportaciones a u$s 20 millones al año", afirmó en las últimas horas Fernando Palasciano, gerente comercial de Fric Rot.

Más allá de la pax cambiaria, la “brasildependencia” sigue siendo un factor clave. El ministro de Producción y Trabajo, recordó días atrás que por cada punto que crece la economía vecina, Argentina crece un cuarto de punto.

Luego de que Macri recibiera el llamado de Bolsonaro, Sica fue el primer funcionario en blanquear que en caso de la victoria del militar retirado “la economía empezará a recuperarse mucho más rapidamente”.

Así, con un Brasil creciendo al 2 o 3%, Argentina podría repuntar 0,6%, en lugar de caer 0,5% como prevé el Presupuesto 2019. Pero el FMI enterró esas expectativas al proyectar este viernes una caída del 2% en el memorandum que contempla un préstamo de u$s56.000 millones a Macri.

Por otra parte, la expectativa de crecimiento en Brasil de este año bajaron del 3% al 1,3% debido a la incertidumbre política y las dificultades para recuperarse de la recesión iniciada en 2015. Los empresarios brasileños reconocen que el agresivo recorte del gasto público y la reforma laboral llevada adelante por Michel Temer no dio los resultados esperados.

Además, la última proyección de la Asociación de Fabricantes de Autos de Brasil (Anfavea) prevé una desceleración de las ventas y la producción en 2019 “presionado por la crisis argentina”, por lo que esperan dificultades para sus exportaciones en el primer semestre del año próximo.

Un “zar” en la economía

La bolsa de Brasil envió su última señal previa a las elecciones, cerrando esta semana con la suba más larga desde principio de año. Con esa performance, los mercados -según los analistas- ratificaron su preferencia por Bolsonaro, en el que ven un seguro contra el retorno de un “populismo de izquierda” pese a la moderación de Haddad y a la detención de Lula desde abril pasado.

Lo que todavía no está claro es si adoptará una postura protecionista, como su ídolo Donald Trump, o avanzará en el programa de reformas iniciado por Temer. “Nos interesa saber la política comercial y qué va a pasar con la demanda interna pero desde allá nos dicen que no saben qué va a pasar”, reconoce el directivo de una cámara autopartista, que mantiene contacto con sus pares brasileños.

Para despejar dudas, el candidato del PSL le encargó el diseño de su plan económico a Paulo Guedes, el “Chicago Boy” que fundó el que es hoy el mayor banco de inversión regional, el BTG Pactual, y que se convertirá en su superministro de Hacienda. En sintonía con la agenda de Cambiemos, las recetas para "salvar" a Brasil contemplan la descentralización de recursos en las provincias, una reforma tributaria para bajar impuestos a privados, y una fórmula al estilo FMI de cambio flexible, metas de inflación y déficit cero.

El programa incluye privatizaciones, la ampliación del programa social Bolsa de Familia, la limitación del aguinaldo, un sistema de primer empleo por fuera de los convenios laborales y la reforma jubilatoria. “Más empleo, menos inflación”, reza una de sus consignas efectistas, destinada a una población con 13 millones de desocupados. La otra pata que caló entre sus votantes es la promesa de mano dura contra la inseguridad, que impulsará junto a su gabinete integrado por militares, y el combate a la corrupción, una problemática que escaló durante el gobierno de Lula y terminó de estallar con el "Lava Jato" en la gestión de Dilma Rousseff, destituida por una maniobra legislativa.

Aunque el propio Bolsonaro reconoce su ignorancia en el plano económico, los ejecutivos argentinos consideran que “no hay grandes cambios” respecto de Temer. “El ajuste ya se hizo, ahora se está saliendo de la crisis”, asegura un industrial.

El continuismo estaría garantizado por Itamaraty, la burocracia del Palacio de Gobierno que trasciende a las administraciones y a la que tiene llegada directa el círculo rojo brasileño.

Según lo previsto, Guesde concentrará Hacienda, Planificación, Industria y Comercio. Fue la propia Confederación Nacional Industrial (CNI), la que reclamó un “zar en la economía”, “pulso firme” y una apertura económica para impulsar el comercio exterior. Sin embargo, los industriales cariocas rechazan que la cartera de su actividad quede bajo el ala de Hacienda y pueda verse afectada por una política fiscalista que reduzca los subsidios e incremente sus costos. Esas diferencias son las mismas que todavía generan tensión en Argentina entre la UIA y el Gobierno de Macri.

Lo que nos importa es saber qué va a hacer el Ministerio de Economía, Producción y el Banco Central. Las cuestiones ideológicas no las discutimos en nuestra cámara, sino los programas de gobierno y las perspectivas de exportación a Brasil”, explicó a este medio Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de UIA y titular de la Cámara de Alimentación (Copal).

Muchas de las empresas que fabrican alimentos y productos de consumo masivo en Argentina tienen plantas en Brasil y realizan negocios bilaterales. Ese es el caso de multinacionales de la talla de Arcor, Mondelez y Pepsico. Las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario (que incluyen alimentos y bebidas) cayeron un 12% interanual en septiembre y Brasil absorve el 7% de las ventas argentinas.

En la industria del acero, aguardan con optimismo el crecimiento de Brasil. Los fabricantes colocaron este año el 7% de sus tubos redondos en ese país, mientras la Argentina importó un 60% de los productos del socio del Mercosur. “Nos parece que este año fue un punto de inflexión”, dijo una fuente de la Cámara del Acero. En el sector consideran que las reformas de Temer permitieron ganar competitividad y que Bolsonaro “no va a dinamitar nada”. Con todo, reconocen, la última palabra la tendrá el mercado global: “si viene un huracán, te pasa igual por encima”.

Las dudas de los empresarios argentinos

La mayor incógnita para los empresarios argentinos es qué hará Brasil con el Mercosur. El actual acuerdo de integración con Argentina con vigencia hasta 2020 permite comerciar autos y piezas con arancel 0%.

Ese regimen, sin embargo, podría verse afectado por el plan de Bolsonaro que propone la reducción de alícuotas de importación y de las barreras paraarancelarias, en paralelo con la firma de nuevos tratados bilaterales.

El principal sector que se perjudica en ese caso de la relación con Brasil es el automotriz y definitavemente el empleo en el sector en ambos países caería”, advirtió Guido Lorenzo, economista de ACM.

Macri también busca avanzar en “aggionar” el Mercosur mediante un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, pero siguen habiendo diferencias. La “ventana de oportunidad” será la cumbre del G20 prevista para el 30 de noviembre.

“Lo mejor es reforzar el Mercosur, pero todavía no hemos analizado en detalle cómo”, reconoció otra fuente de la UIA. La preocupación en la central fabril, en todo caso, es que Brasil “se corte solo”, ya que eso pondría en desventaja a la Argentina.

¿Puede el "efecto Bolsonaro" influir en Argentina? Los industriales no lo ven posible. “No creo que tenga mayor incidencia en la política local”, señaló Jorge Urtubey, vocal de la UIA.

Con todo, el final de la campaña en Brasil, en donde Bolsonaro propuso hacer un campo de refugiados venezolanos, coincidió con los incidentes frente al Congreso por el Presupuesto, que terminaron con la detención de 27 personas, entre ellos cuatro extranjeros (dos venezolanos) que no habrían participado de la protesta pero que el Gobierno amenaza con deportar.

Mientras tanto, antes que el Mercosur, el candidato ultraderechista deberá resolver los problemas mas úrgentes para su electorado, como la desocupación que es del 12,4%, el mismo nivel de septiembre del año pasado.

“Primero tiene que sacar a Brasil de la recesión controlando la inflación y luego corregir el déficit crónico de cuenta corriente. Y a nivel más del electorado, reducir el desempleo”, aseguró Lorenzo.

A su favor, la economía no sufre presiones cambiarias por el dólar. Pero Bolsonaro podría enfrentarse a un dilema: si reduce fuerte el gasto público (que en su plan incluye privatizaciones) corre riesgo de complicar el frente social y agravar el desempleo

Con la salvedad que, a diferencia de los gobiernos del PT, no tendrá mayoría en el Congreso ni el apoyo del sindicalismo. Una situación parecida a la que por estas horas enfrenta Macri.

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