A partir del primer día del 2019, Jair Bolsonaro comenzará a tomar las riendas de Brasil y dentro de la variada cantidad de interrogantes que se generan en torno a su figura surge, indudablemente, el plan económico que tiene pensado implementar. Hecho que puede tener consecuencias directas sobre Argentina por los fuertes lazos comerciales entre ambas naciones.Un dato no menor es que será el primer presidente de ideas de derecha que tendrá el vecino país en casi 15 años. Un aspecto que, sin dudas, puede modificar la orientación política y diplomática que ha tenido hasta el momento.

En principio, después de conocerse el pasado 28 de octubre los resultados electorales donde el candidato del Partido Social Liberal (PSL) obtuvo 55% de los votos en la segunda vuelta, los mercados reaccionaron positivamente.

El índice bursátil Bovespa de San Pablo alcanzó un nivel récord y el real se fortaleció.

Para anticiparse a ello, la consultora internacional FocusEconomics realizó un relevamiento entre distintos expertos sobre las perspectivas económicas para Brasil.

“Hemos realizado cambios marginales en nuestras previsiones para 2019 con la victoria de Bolsonaro. Sus primeras señales sugieren que está dispuesto a abordar adecuadamente el problema fiscal y el índice de endeudamiento liderando la reforma de pensiones, privatizando y reduciendo el tamaño de la estructura del gobierno federal”, indica Helcio S. Takeda, director gerente y jefe de investigación en Pezco.

Para agrega que el perfil de su equipo tiende a caracterizarse por la “disciplina, planificación y productividad”. Por lo que considera que fortalecerá las agencias reguladoras, “lo que mejorará el entorno empresarial y fomentará la participación del sector privado”.

En consecuencia, el experto es optimista sobre el escenario para Brasil en 2019, con un crecimiento del PBI estimado en el 3% y un real fortaleciéndose aún más frente al dólar.

 “Desarrollamos un nuevo escenario, con cambios marginales en las previsiones. Ciertamente, si Fernando Haddad hubiera ganado las elecciones, las proyecciones cambiarían dramáticamente. En general, no esperamos un cambio en la dirección de la política macroeconómica, con un enfoque en el balance fiscal, la reforma del sistema de pensiones y una menor intervención del gobierno en la economía”, acota Silvio Campos, economista senior de Tendencias Consultoria Integrada.

Por lo tanto, considera que hay “una buena orientación liberal económica. Pero tenemos dudas sobre la capacidad política del nuevo gobierno para hacer posible la agenda económica”.

Esto se debe a que, en principio, el nuevo gobierno tendrá un apoyo mayoritario en el Congreso, pero los líderes (incluido el nuevo presidente) “no fueron evaluados en esta posición, para convencer a su base de apoyo para votar sobre temas difíciles”.

En resumen, Campos espera para el próximo año un crecimiento del PBI del 2%, pero para ello opina que “es esencial aprobar la reforma del sistema de pensiones durante el año, para sostener los niveles más altos de confianza y los precios de los activos brasileños”.

Es decir, indica que “es un período de alta incertidumbre. Si se implementa la agenda, es viable obtener buenos resultados (probablemente mejores que los estimados). Pero hay muchos desafíos (incluido el escenario internacional) y la inexperiencia del nuevo gobierno podría ser un problema”.

Igualmente, destaca que es importante reconocer los avances estructurales logrados por el gobierno de Temer en el área económica, que “deben generar buenos resultados en los próximos años”, concluye Campos.

Por el lado del departamento de investigación de Banco MUFG Brasil, su escenario macroeconómico ya asumió la victoria de un candidato reformista y, además, “Bolsonaro fue considerado por el mercado como el que tiene un enfoque más favorable para el mercado”.

La razón principal de esto se basa principalmente en el perfil de Paulo Guedes, quien fue el principal asesor económico durante su campaña presidencial y quien será el nuevo Ministro de Economía de Brasil.

“Bolsonaro se centrará en abordar el desequilibrio fiscal, reducir el papel del gobierno en la economía, promover cierta apertura de la economía y mantener los pilares de la política económica actual”, resumen los expertos del Banco MUFG.

En definitiva, “suponiendo que su gobierno pueda tener un éxito en esas direcciones, no cambiamos nuestra perspectiva para 2019”, en la que se espera que la tasa de crecimiento del PBI sea del 2,5%, la inflación del IPC en 4,25% (cumpliendo así la meta), la tasa de interés del 8% para el fin del próximo año.

“Por supuesto, este escenario podría cambiar (para peor o para mejor) dependiendo del ritmo y el contenido de las reformas estructurales, así como de otros aspectos como privatizaciones, concesiones, acuerdos comerciales con otras economías, entre otros“, finaliza el Banco MUFG Brasil.

Por su parte, Leonardo Mello de Carvalho, economista de Datalynk, considera que puede tener repercusión si la nueva administración impulsa las propuestas que se anticiparon durante la campaña electoral, como la reforma de la seguridad social, la reducción de los déficits fiscales a través de los recortes de gastos, la independencia del Banco Central, la privatización de las empresas estatales y la liberalización del comercio.

En síntesis, Mello de Carvalho estima que “la confianza debería aumentar significativamente” y que la demanda y el crecimiento deberían repuntar más vigorosamente de lo previsto a corto plazo. “Por lo tanto, las perspectivas para 2019 deberían mejorar ", finaliza.

Por el lado de Enestor Dos Santos, economista principal para América Latina de BBVA Research, mantiene las previsiones sobre Brasil.

"La victoria de Bolsonaro no fue una gran sorpresa. Nuestras principales suposiciones para las políticas económicas en el futuro permanecen intactas. Seguimos esperando políticas pragmáticas y ortodoxas, pero aún vemos la aprobación de reformas económicas significativas (como una reforma de seguridad social ambiciosa) como improbable", resume el experto de BBVA.

Para Angela Bouzanis, Economista Senior de FocusEconomics, después de salir de la peor recesión en la historia moderna en 2017, en Brasil “aún no se ha consolidado” una fuerte recuperación.

Esto se debe a una “actividad plagada por un alto desempleo, una baja confianza, un escenario global menos favorable y una atmósfera política dura”.

Por lo tanto, se estima que la implementación de reformas económicas cruciales y la reducción del ruido político serán clave para apuntalar el impulso de la economía, que muchos expertos esperan el próximo año.

En general, el consenso de los analistas es para que el crecimiento se fortalezca y pase del 1,5% esperado en 2018 a un 2,3% en 2019, que no se ha modificado desde los pronósticos de octubre.

En definitiva, los bancos y consultoras prevén para Brasil una economía en alza para el 2019, pero un panorama político arduo acorde a un nuevo gobierno que desea realizar cambios radicales en aspectos complejos.-