La fábrica de galletitas Tía Maruca, ubicada en Albardón, provincia de San Juan, está padeciendo una situación financiera muy complicada, que pone en riesgo la continuidad de su negocio. Incluso se encuentra al borde del concurso de acreedores.

Ya desde principio de año mantiene un conflicto con sus empleados. Se trata de 400 familias que se ven afectadas por el atraso en el pago de los sueldos. Los salarios son pagados en cuotas durante el mes. Pero eso no es todo: actualmente hay un atraso y todavía no cobraron el aguinaldo.

El subsecretario de Trabajo de la provincia Roberto Correa Esbry dijo al respecto que "no hay denuncia laboral todavía", pero que está "al tanto de la situación de conflicto que hay con el atraso en el pago de los sueldos".

El funcionario contó que actualmente los empleados de la empresa Tía Maruca (ex Dilexis) no cobraron el aguinaldo y tienen atrasado el pago de una quincena.

"La firma está con dificultades financieras y trata de solucionar esos problemas", aseguró Correa Esbry.

El inconveniente que tiene la empresa, según el Subsecretario de Trabajo, es que venden la producción y cuando quieren reinvertir para volver a producir, los costos de la materia prima son otros por la inflación.

Esto se suman a los problemas que enfrentan otras firmas como la compañía de cereales 3 Arroyos, que en 2018 se presentó a concurso, y Molino Cañuelas (responsable de las marcas 9 de Oro y Mamá Cocina, entre otras), que debió acordar sus acreedores para reestructurar su deuda.

Al día de hoy, Tía Maruca tiene una deuda bancaria de poco más de $133,7 millones, de los cuales el 12% (poco más de $15,6 millones) está en situación 3 "con problemas/riesgo moderado" y el 4% ($5 millones) en situación 5 con alto riesgo de insolvencia/ riesgo alto", según registros del BCRA. Además, tiene más de 500 cheques rechazados por un total de $127,8 millones.

Tía Maruca Argentina nace en el año 1998, como respuesta a un cambio en el hábito de compra, en un contexto donde la gran mayoría de las galletiterías tradicionales desaparecían.

En marzo de 2017, compró la fábrica de San Juan que pertenecía a Dilexis, una empresa del grupo Pepsico que ya había decidido su cierre. En ese momento, el CEO de Tía Maruca, Alejandro Ripani, prometió mantener las fuentes de trabajo, invertir 8 millones de dólares para ampliar la producción y ganar nuevos mercados de exportación.

Sin embarto, el derrumbe del mercado interno y el alza de costos por los tarifazos de servicios públicos y el aumento de las tasas de interés terminaron por complicar la ecuación de la empresa.