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Ex economista del FMI: "El ajuste fiscal que debe hacer Argentina será fuerte y contraccionario"

Liliana Rojas-Suárez, economista que trabajó durante diez años en el Fondo Monetario Internacional, dialogó con iProfesional sobre la región y la Argentina
08/01/2020 - 07:00hs
Ex economista del FMI: "El ajuste fiscal que debe hacer Argentina será fuerte y contraccionario"

Con un escenario latinoamericano otra vez en turbulencia por los problemas económicos y el malhumor social, otra vez vuelven al tapete los siempre controversiales diagnósticos del Fondo Monetario Internacional. Y los medios buscan la opinión de los economistas que han revistado en sus filas, conocedores mejor que nadie sobre los resortes que definen las políticas económicas en la región.

De paso por Buenos Aires, iProfesional dialogó con la peruana Liliana Rojas-Suárez, cuyos pergaminos ostentan que es doctora en Economía, investigadora y un pasaje de diez años en el Fondo Monetario Internacional.

También fue asesora principal del Economista Jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y se desempeñó como directora gerente y Economista Jefe para América Latina del Deutsche Bank.

En la actualidad vive en Estados Unidos, donde es investigadora principal en el Center for Global Development y presidenta de la CLAAF, el Comité Latinoamericano de Asuntos Financieros.

-¿Cuál es su opinión sobre los hechos turbulentos que hubo en la región semanas atrás?

-Todos estos fenómenos sociales tienen una explicación que va desde una parte económica hasta una política, donde ambas se conjugan. En el Comité Latinoamericano hicimos una evaluación al respecto y vemos que hay fundamentos económicos, como la disminución del crecimiento. De hecho, desde el 2014 hasta ahora América Latina se ha desacelerado significativamente y es la región de peor distribución del ingreso del mundo en vías de desarrollo.

Pero, al mismo tiempo, también hemos notado que hay factores que refuerzan los movimientos sociales y las quejas, como es todo el desarrollo de las redes sociales. Algo que los políticos no han desarrollado tanto. En otras palabras, la gente puede quejarse o extender la forma de ver las cosas de una manera muchísimo más acelerada de lo que hacen los políticos, y eso es un mecanismo de transmisión que exacerba temas que podrían ser de dificultad económica y social.

-Chile parecía para muchos economistas y políticos el modelo a seguir, ¿la sorprendió las manifestaciones de disconformidad?

-Sí, sorprendió la intensidad, no así los problemas. Los economistas ya teníamos datos que existían allí dificultades tanto a nivel económico, político y social. Obviamente, lo que ocurrió en la práctica de la masificación que tuvieron las quejas es lo que sorprendió, y dejó corto el análisis de los economistas porque no tenemos suficientes herramientas para explicar y entender todo ese movimiento de protestas. Por eso mencionaba antes que la tecnología permite exacerbar una protesta y que también se junta con los problemas económicos y hechos políticos del lugar.

-¿Cómo evalúa el caso argentino?

-Incierto, porque Argentina tiene muchos problemas ahí sí económicos que resolver, incluyendo cómo va a hacer para solucionar el gran stock de deuda que tiene. También se debe saber qué va a pasar con las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), o cómo va a ser la lucha contra la inflación. Pero en este momento solamente tenemos anuncios tentativos, que tratan de cerrar algunas de las brechas que tiene Argentina, pero no tengo una idea clara si la reacción de los mercados va a ser positiva o no. Esto se debe a que aun el problema de deuda que tiene es tan grande que si no se ve claramente y muy especificado la resolución de ese tema, no veo que los mercados vayan a abrir sus puertas y sigan dándole acceso al país al financiamiento.

Y este país, con los bajísimos niveles de ahorro e inversión que registra, no tiene otra forma de financiarse. Entonces podría ser que el ajuste fiscal necesario deba hacerse fuerte y, posiblemente, contraccionario. Por eso digo que es incierto este momento.

-En base a su experiencia y a la situación en que se encuentra Argentina, ¿qué reestructuración de deuda ve posible realizar?

-Creo que es muy posible que vaya a hacerse una reestructuración de deuda de todo tipo, no solamente la de títulos de ley local sino también la internacional porque no es que las cantidades sean muy grandes, sino que la capacidad de repago del Gobierno es muy bajo. Ese es el problema. La deuda es como un cáncer que está impidiendo que las expectativas de los inversores mejoren y quieras invertir en Argentina. Por eso, mientras se tenga esa carga de la deuda, va a ser muy difícil salir adelante. Así que, honestamente, veo que es muy probable que haya alguna forma de reestructuación de la deuda, no estoy hablando de default porque no pienso que el Gobierno tenga interés en eso. Sí se habla de un arreglo amistoso entre acreedores y deudores.

-¿Cuál piensa que es la solución necesaria para que Argentina supere la crisis que afronta?

-La solución para Argentina es alcanzar una estabilidad fiscal. Es un país que tiene una impresionante cantidad de regímenes monetarios y cambiarios que se han creado. En las últimas décadas se han ido desde la mayor flexibilización del tipo de cambio a uno fijo o a una especie de dolarización, pero no corrigen el tema más central que es tener una disciplina fiscal para crecer de forma sostenible.