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El peso argentino, entre las monedas más devaluadas en 2021: en qué puesto quedó en el ranking global

La moneda argentina ocupa un lugar de privilegio en el triste ranking de las mayores devaluaciones frente al dólar estadounidense. Los detalles
04/01/2022 - 14:34hs
El peso argentino, entre las monedas más devaluadas en 2021: en qué puesto quedó en el ranking global

El peso argentino fue la segunda moneda más devaluada del mundo en 2021, solo detrás de la lira turca.

Mientras que la moneda argentina se devaluó 14,7%, la turca sufrió una depreciación del 94,5%, de acuerdo con un informe elaborado por la empresa Bloomberg.

Otras dos monedas latinoamericanas -el peso chileno y el peso colombiano- siguieron a la argentina, con una devaluación del 11,1% y 10,6%, respectivamente.

También, el sol peruano, el won coreano y el bath tailandés se encuentran entre las monedas más devaluadas durante el año pasado.

A contramano, el dólar taiwanés, el renminbi (o yuan) chino y el dólar de Hong K fueron las que menos se devaluaron frente al dólar estadounidense en 2021.

El peso argentino, la moneda más devaluado en América Latina y la segunda en el mundo.
El peso argentino, la moneda más devaluado en América Latina y la segunda en el mundo.

Mal año para las monedas latinoamericanas

Según el informe, todas las monedas importantes de América Latina perdieron valor el año pasado al compararlas con el dólar de Estados Unidos.

Es que, si bien las economías más débiles fueron las más afectadas por la inflación, muchos países de ingresos medios y altos depreciaron su moneda.

A esto se suma el panorama que plantea la pandemia, con cierre de frontera y restricciones, además de la volatilidad económica de los países.

En el caso del peso argentino, hubo otros factores que influyeron en su depreciación: la demora de un acuerdo con el FMI, las especulaciones sobre una devaluación mayor, la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo, la inflación y el incremento de la deuda pública.

Clave para el dólar: preocupan las reservas

Más allá de las expectativas de aceleración inflacionaria o de un mayor ritmo de devaluación, la variable que mantiene en vilo hoy al mercado y sobre la que posan la lupa los inversores es el stock de reservas netas y las líquidas -que son las de libre disponibilidad- del Banco Central (BCRA) y que para los economistas representan el verdadero poder de fuego de la entidad monetaria para controlar el mercado cambiario.

Tras el pago del vencimiento al FMI el 22 de diciembre último por u$s1.890 millones, las reservas netas cerraron 2021 en montos que oscilan entre u$s2.400 y u$S4.000 millones, según los distintos cálculos privados, por lo cual ante el exigente calendario de vencimientos previsto en el primer trimestre de 2022 que suma más de u$s5.200 millones, ese colchón se agotaría para marzo.

Ante este horizonte, los analistas plantean que la fecha límite para cerrar un acuerdo con el FMI es marzo, dado que las reservas netas serán insuficientes para cubrir el pago que hay el 22 de ese mes con el organismo internacional por u$s2.900 millones.

Para calcular las reservas netas, al stock de las reservas brutas que son todos los activos dolarizados que posee el BCRA, se le debe descontar la deuda en dólares de la entidad monetaria. Así, en la cuenta algunas consultoras restan el swap con China, los encajes de los depósitos en dólares, y los préstamos con otros bancos internacionales, mientras que otros analistas calculan las reservas líquidas que es el saldo que queda al descontar de las netas las tenencias en oro y los DEGs.

De acuerdo a la estimación de varias consultoras, las reservas líquidas terminaron 2021 en terreno negativo.

Sebastián Menescaldi, director de Eco Go estimó a iProfesional que son negativas en u$s1.500 millones, Fenando Baer, economista senior de Quantum Finanzas, las calculó en -u$s1.000 millones, en tanto que la consultora de Gabriel Rubinstein proyectó que las reservas líquidas son -u$s3.249 millones.

"Y cada vez van a ser más negativas hasta que no entre la cosecha, o se arregle con el FMI, o hasta que el Fondo nos devuelva los DEGs (que se usaron para pagar los vencimientos), lo que es parte de la negociación", auguró Rubinstein.

Según avizoran en su consultora, las reservas líquidas pasarían a ser negativas por u$s5.004 millones en enero. Ese mes hay pago de intereses de bonos reestructurados de la deuda (u$s 690 millones), un vencimiento con el FMI (u$s738 millones), y obligaciones con otros organismos internacionales (u$s 137 millones).

Arranque crítico

Las reservas brutas del BCRA cerraron 2021 con un stock de u$S 39.500 millones, según la cifra preliminar informada por la entidad monetaria lo que implica una leve suba de u$s113 millones respecto a los u$s 39.387millones que contabilizaban el 30 de diciembre de 2020.

Durante 2021 el mayor nivel fue u$s46.318 millones y se registró el 24 de agosto -luego de recibir los Derechos Especiales de Giro (DEGs) del FMI por el equivalente a u$s4.300 millones. 

Menescaldi, Baer, y Abram enfatizaron que "el BCRA no logró acumular reservas en el 2021" pese al cepo recargado, el crecimiento de las exportaciones en torno al 40% impulsado por el boom de los precios de las materias primas -la soja llegó a un pico de u$s680- lo que hizo que el agro liquidara u$s38.000 millones, y los $s4.300 millones en DEGs. Esos factores contribuyeron a fortalecer las reservas hasta agosto pero luego el drenaje se aceleró vía importaciones ante una elevada brecha cambiaria, el pago de vencimientos al FMI y organismos internacionales, abonos de la deuda del sector privado y provincias al exterior, y la intervención del BCRA mediante la compraventa de bonos en el mercado de cambio libre para mantener a raya a los dólares financieros que en el 2021 insumió unos u$s3.500 millones según estimó Baer.

"El año pasado lo salvó la cosecha y los DEGs", sentenció el economista.

En sintonía, Abram aseguró que "las reservas netas hubieran terminado en negativo si no hubiera caído maná del cielo con los u$s4.300 millones de DEGs". Y destacó que "u$s1 de cada u$s 3 que compró netos el BCRA son los que definitivamente quedaron en las reservas".

Sin embargo, las perspectivas de los economistas es que en 2022 habrá menor oferta de divisas por un contexto internacional más desfavorable, y "no habrá DEGs", mientras se prevé mayor demanda en una coyuntura de más actividad y algo de crecimiento lo que requerirá más importaciones, y también por reactivacion del turismo.

"La proyección de exportaciones tomando las últimas estimaciones de cosecha de la bolsa de Cereales con un precio promedio de exportación basado en los futuros de soja es entre u$s2.000 y u$s3.000 millones menor a la de 2021", calcula en Eco Go, al tiempo que Menescaldi estimó que "si se normaliza el turismo habrá más demanda y eso incrementaría el déficit en u$s2.000 millones respecto a 2021 al pasar de u$s4.000 a u$s6.000 milones"

Abram coincide en que las ventas externas el próximo año caerían también en torno a esos valores "por una "baja en el precio de las commodities por efecto de una política monetaria más austera a nivel internacional" y sostuvo que esa situción "ya condiciona mucho al BCRA".

En este marco, los analistas alertan que el punto de partida en 2002 de las reservas netas es "crítico".

Menescaldi advirtió que "no tenes reservas para aguantar mucho tiempo si viene algún evento adverso, ante cualquier shock externo podes tener una crisis financiera".

El FMI exigirá una meta de acumulación de reservas en 2022 

Proyección para 2022

De cara a este año que recién comienza, los analistas concuerdan en que como parte de un nuevo acuerdo el FMI "exigirá una meta de acumulación de reservas"

En ese sentido, Menescaldi alegó que "con reservas netas en niveles tan bajos, prevemos que el FMI abogue por una mayor acumulación de reservas para estar mejor preparados ante eventuales shocks externos y reasegurar el pago futuro de la deuda".

El escenario base de los analistas es que se llegará a un arreglo con el FMI que permitirá refinanciar los vencimientos de u$s19.000 millones hay con el organismo en 2022. "Ninguna de las dos partes quiere que haya cesación de pagos", aseveró Abram.

Bajo esta conjetura, Menescaldi supone una suba modesta de las reservas netas de entre u$s2.600 millones y u$s3.000 millones, con lo cual terminarían en 2022 en un nivel de alrededor de u$S 5.100 millones.

"Hicimos esa estimación de acumulación de reservas con un número que te permita crecer aunque sea algo (Eco Go prevé crecimiento del PBI de 0,5% en 2022), porque si el FMI pide sumar más reservas probablemente entonces no logres crecer", razonó.

El economista dijo que ese escenario también supone que el tipo de cambio oficial "avanza como mínimo al ritmo de la inflación mensual", porque si como ocurrió durante 2021 "se usa como ancla inflacionaria habrá menor oferta de dólares porque los exportadores van a liquidar menos y los importadores va a demandar más y seo presiona sobre las reservas".

En cambio, Abram plantea que las reservas netas caerán de u$s3.300 millones el año pasado a u$s1.500 millones en este 2022, y el stock bruto descendería a u$s37.000 millones, y las líquidas serían negativas en u$s2.000 millones "porque creo que a fin de año vamos a tener cada vez más incertidumbre" y especuló que eso podría derivar "en salida de depósitos en dólares".

"Para cumplir el acuerdo con el FMI el gobierno para bajar el mínimo posible los gastos te va a aumentar más los impuestos, quién va a venir a invertir, cuando la gente empiece a darse cuenta de eso va a pasar lo mismo que sucedió después de la reestructuración de la deuda con los privados", fundamentó.

A su vez, la consultora de Rubinstein prevé reservas brutas para 2022 de aproximadamente u$s 38.672 millones, y las líquidas negativas en u$s3.257 millones.

"Las reservas esperamos que crezcan en el período de la liquidación de la cosecha gruesa pero que a fin de año vuelva a niveles como los actuales. No cambia la dinámica de escasez de divisas aún cuando pueda ocurrir que la brecha baje un poco desde los niveles actuales. El déficit de la cuenta de servicios, menos superávit comercial (por mayores importaciones) y los pagos de intereses llevarían a reducir el superávit de la cuenta corriente a 0,2% del PIB (desde 1,2% el año pasado). Como la cuenta capital y financiera terminaría casi equilibrada, estimamos pocos cambios en el stock de reservas para 2022", explicó Rubinstein.

Por su parte, Baer argumentó que "es difícil poner un número de reservas porque va a depender de si acordas con el FMI (algo que descuenta) pero también de cuándo acordas, de qué tipo de convenio, y de qué meta de reservas netas exija".

En ese marco, el economista planteó que "una cosa es si vas a tener que acumular con tu flujo, porque ahí necesitas una devaluación más alta, otra si además el FMI va a reponer una parte de los DEGs que el país le pagó".

Al respecto, Baer recordó que en el acuerdo con el FMI en 2018 "hubo un tramo de lo que desembolsó el organismo que transfirió al BCRA (u$s7.500 millones) que fueron para fortalecimiento de las reservas".

"Ese fue el número que en aquel momento se sintió cómodo el Fondo como para dar la señal de robustecimiento de reservas, y ese monto el gobierno no lo podia tocar", remarcó Baer quien opinó que "dada la situación del caso argentino pensaría que se necesita ir a un número alto de acumulación de reservas"

A su criterio, otro factor determinante para el nivel de reservas es "qué tipo de acuerdo habrá con el FMI, si va a ser un programa que incluye un desdoblamiento formal del mercado de cambio, si habrá un único mercado, si van a exigir una determinada devaluacion del dólar oficial, qué tasa de interés, etc".

Asimismo, Menescali precisó que en el programa financiero incluido en el bochado proyecto de Presupuesto 2022 contemplaba que el gobierno recibiría ingresos por u$s5.600 millones de organismos internacionales de crédito, de los cuales se estima que la mayor parte provendría del FMI que devolvería los pagos de capital realizados (es uno de los puntos de negociación con la institución).

Los economistas prevén en 2022 más cepo para poder acumular reservas
Los economistas prevén en 2022 más cepo para poder acumular reservas

¿Más cepo?

Para Menescaldi, la exigencia de una meta de acumulación de reservas del FMI (que suele estar vinculada a tantos meses de importaciones y un porcentaje de la deuda de corto plazo en moneda extranjera) "probablemente implique que para poder cumplirla haya que meter alguna restricción más en la administración del comercio de las importaciones y del turismo, dado que no prevemos que la oferta de dólares en 2022 se incremente y estimamos que la cuenta de capital siga estando cerrada".

De igual diagnóstico, Abram vaticinó que "en el primer semestre aunque sea en forma decreciente la economía va a seguir recuperando y tenderá a demandar más dólares por importación, lo que seguro va a implicar que las restricciones a la venta de dólares en 2022 y a las importaciones sean cada vez mayores, porque sino las reservas van a ir a negativo y eso y los inversores están mirando eso".