iProfesional

Más que precios: lo que no se contó de la cumbre caliente entre Guzmán y empresarios

El Gobierno buscó dar señales a algunas de las empresas más poderosas del país. Y también, un mensaje hacia el Fondo Monetario, en plenas negociaciones
05/01/2022 - 07:00hs
Más que precios: lo que no se contó de la cumbre caliente entre Guzmán y empresarios

De un lado de la mesa se sentaron dos ministros -Martín Guzmán y Matías Kulfas-, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti. Del otro lado, representantes de la poderosa industria de la alimentación. También ejecutivos de compañías de higiene y limpieza. Los dos rubros más sensibles a la hora de hablar de consumo masivo, y con los cuales el Gobierno viene negociando la extensión del programa de Precios Cuidados, que vence este viernes.

Semejante despliegue, obviamente, trascendió el tema de la canasta de Precios Cuidados, que Roberto Feletti terminará de negociar entre hoy y mañana.

Con el almuerzo servido en el Palacio de Hacienda, el Gobierno -a través de los funcionarios con más peso político dentro del gabinete económico- buscó dar señales a algunas de las empresas más poderosas del país. Y también un mensaje hacia el Fondo Monetario, en plenas negociaciones.

A las compañías, el mensaje fue muy claro: el Gobierno pretende mejorar las expectativas de esos ejecutivos, ya desde el inicio del año.

El Gobierno pretende mejorar las expectativas de los ejecutivos de grandes empresas

Del sector empresarios estabanLaura Barnator (Unilever); Gabriela Bardin (P&G); Gonzalo Fagioli (Quilmes); Abelardo Gudiño (Coca Cola); Adrián Kaufman Brea (Grupo Arcor); Maximiliano Lapidus (La Serenísima); y Agustín Llanos (Molinos Río de La Plata).

En el equipo económico están convencidos de que una buena parte de la suba de los precios se vincula con las pobres expectativas de los empresarios. Por eso la convocatoria fue liderada por Guzmán y por Pesce.

La idea que quedó planteada es que los precios de los alimentos y de los otros productos que componen la mayor parte de los gastos de las familias no pueden ir por arriba de los salarios. Que debe haber una convergencia entre ambas variables.

El ministro de Economía habló de sus proyecciones para este año, pero nada dijo del momento en que se firmará el acuerdo con el Fondo Monetario. Una de las preguntas que llevaban los empresarios.

Guzmán dijo, eso sí, que hay avances en las negociaciones con el FMI. Pero, otra vez, no hubo detalles ni fecha posible de ese acuerdo necesario por la avalancha de vencimientos de la deuda que se vienen en los próximos 80 días.

El encuentro en Economía se organizó para "alinear" las expectativas con los empresarios. El Gobierno cree que una parte de los ajustes de precios se vinculan con esa cuestión. La inflación "inercial" por la cual los formadores de precios ajustan mirando el pasado sin tomar en cuenta que la dinámica puede mejorar.

En off the record, funcionarios clave del equipo admiten que, sin acuerdo con el FMI, es "muy difícil" modificar la sensación de los ejecutivos.

"Pero para eso organizamos estas reuniones; para que no se dejen llevar por los diarios o por sus propias convicciones negativas", comenta uno de los funcionarios clave del gabinete económico.

Ahora mismo, toda la mira está puesta en la continuidad del programa de Precios Cuidados, que vence el próximo viernes.

Esas negociaciones están avanzadas en un 50% y no se sabe si se llegará a un acuerdo antes de ese momento.

Otro funcionario del gabinete, en diálogo con iProfesional, admitió que los empresarios quieren saber varias cosas que resultan determinantes para sus respectivos negocios, en el corto plazo.

Una de las dudas es si el Banco Central tendrá dólares suficientes para habilitar importaciones o si, por el contrario, habrá bloqueos en la entrada de insumos. Las empresas tienen que decidir a esta altura cuál es el volumen esperado de producción para este año.

Guzmán dijo que hay avances en las negociaciones con el FMI pero no dio detalles

Cada vez que le preguntan sobre la cuestión, Pesce responde que las restricciones se irán flexibilizando en la medida que haya disponibilidad de divisas. Algo que, a esta altura, depende de que en las próximas semanas se firme el demorado acuerdo con el FMI.

El principal problema que tiene ahora el Gobierno en el frente interno es la falta de credibilidad entre las empresas más grandes, que además del tema precios son además responsables de la contratación de mano de obra. Ninguna decisión favorable se destrabará hasta tanto haya previsibilidad cambiaria y financiera.

Guzmán trabaja en esa negociación con el Fondo y también con la premisa de que para este 2022 que acaba de arrancar se caracteriza por una cuestión central y objetiva: que los salarios le ganen a la inflación.

Lograrlo -que los ingresos corran unos puntos por delante de los precios- no luce nada sencillo. Al menos para la mayoría de los trabajadores.

Sin embargo, parece necesario para pasar del rebote al crecimiento económico. En 2021, el rebote estuvo sostenido por el sector externo y por las inversiones de las empresas que volvieron a trabajar. Pero detrás quedó el consumo. Ahí se explica en buena parte la derrota electoral del oficialismo en septiembre y noviembre últimos.

El año pasado sólo pudieron ganar los sueldos de los trabajadores registrados, la "crema" del mercado laboral. Los informales ("en negro") quedaron 13 puntos por debajo de la inflación (51% de inflación contra 38% los dalarios), de acuerdo a los últimso registros oficiales.

Guzmán está convencido de que el acuerdo con el Fondo será ordenador de las expectativas. Se lo transmitió a CFK desde un principio; pero la estrategia política de la vicepresidenta doblegó esa visión.

Todavía hay muchas variables críticas de la economía en el aire, que requieren de ese ordenamiento para empezar a marcar el rumbo hacia un escenario sostenible y estable, que permita aquel objetivo de salarios pujantes sin que eso lleve a un desmadre en el corto alcance.

El final del 2021 dio una muestra de lo que puede suceder si no se alinean las expectativas. El año terminó con una fuerte suba en los precios de los alimentos y en una presión adicional sobre el tipo de cambio.

Los precios de los alimentos no dan tregua: la aceleración inflacionaria se siente a pesar de los acuerdos y de algunas restricciones, como la prohibición de exportar carnes. A lo largo del año pasado, el costo de la "mesa familiar" se encareció por encima del resto. Y diciembre no fue la excepción.

Más bien todo lo contrario: las distintas consultoras dan cuenta de una inflación de alimentos que el mes pasado -por efecto de las fiestas de fin de año- estuvo cerca del récord del año.

Eco Go, una consultora que semanalmente coteja la evolución de los precios "online", midió que los alimentos y bebidas subieron 4,3% el mes pasado contra 3,5% de la inflación mensual.

Ahí está -acaso- uno de los mayores desafíos para Guzmán y para todo el Gobierno: que, por fin, la economía se "tranquilice" tras el acuerdo con el FMI y la inflación de la comida vaya paulatinamente desacelerándose. ¿Lo logrará?

Temas relacionados