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Moneda del Mercosur, dolarización, canasta de divisas: el "padre del Euro" dio su veredicto hace 20 años

El premio Nobel Robert Mundell ponía el foco en las asimetrías, y sugería una "cesta de monedas" o una nueva divisa latinoamericana casada al dólar
27/06/2023 - 17:45hs
Moneda del Mercosur, dolarización, canasta de divisas: el "padre del Euro" dio su veredicto hace 20 años

"El que se precipita, se precipita" reza tautológicamente la manida máxima histórica aplicada a la política. Lo mejor que le puede pasar es que al despeñarse -desde el Barathron griego y la roca Tarpeya romana- o ser defenestrado desde ventanas de palacios de Praga, caigas en una ciénaga y te empantanes. Era la única pena capital de la antigüedad que no se repetía: si por caer sobre un colchón de basura, se salvaba el arrojado, se respetaba la voluntad de los dioses.

El Mercado Común del Sur, fundado el 26 de marzo de 1991 en Asunción, quedó empantanado por el pecado originario de ansiedad en los 90 por acelerar la fabricación como chorizo de estructuras, instituciones y reglas, creadas a imagen y semejanza del proceso de la Comunidad Económica Europea desde 1958 hacia el libre tránsito de factores de producción (bienes, personas, capital) y alentado por Unión Europea desde 1992, al hacerse mercado común. Todo líder global en construcción es básicamente narcisista: quiere ser visto, mostrarse, ofrecer su ejemplo a ser emulado y fomentar que otros lo repliquen como modelo.

Por el sur olvidamos que ese avance lento de un largo tercio de siglo, asentaba sus pilotes en la experiencia profunda desde 1951 con la comunidad de carbón y acero, previo a fundarse en Roma en 1958. Mientras, arrastrándose subterráneamente entre gabinetes técnicos, emergió la "serpiente monetaria" con parámetros para coordinar y converger la macroeconomía de los socios, preparando sin prisa por 30 años la unión monetaria, rumbo al 2000, en base a una tesis oscura formulada por un teórico canadiense sobre áreas óptimas para una divisa común.

Babel de monedas y billetes

Quien haya cruzado en el 2000 en el tren rápido Eurostar, de Waterloo Station en Londres, a Bruselas-Midi y Amsterdam Central, sabe la tortura (no china sino europea) de comprar snacks al funcionario que cruza por el pasillo. Ese hombre orquesta era una casa de cambios rodante o arbolito ambulante del primer mundo, actualizando una peculiar versión mercachifle de la diosa Durga, divinidad hindú famosa por sus ocho brazos.  Se las veía en figurillas para servir café con una mano y darte vuelto en libras, francos franceses, francos belgas o florines holandeses, al tiempo de soportar a turistas que se liberaban de una cesta de monedas acumuladas en viaje. 

A esa Babel de divisas enfrentó el doctor en Economía Robert Mundell. El "padre intelectual" del Euro vino en 2001 a la capital desde donde reportábamos para la agencia de noticias AFP, forzando tratativas con tiempo ante sus anfitriones para lograr una entrevista, a un año que la divisa europea se contabilizara en bancos desde 2000 y antes que billetes comunes circularan en 2002 para alegría del vendedor ferroviario. Era el fin del largo proceso monetario unificador.

El profesor de Columbia, que empezó en Chicago, lanzó a inicios de los 60 la teoría de la Optimum Currency Area (OCA), postulando que había áreas monetarias óptimas, que no se circunscriben al perímetro estatal o a sus vecinos sino dependen de la relevancia comercial.

El euro, inspirado por Roberto Mundell, se puso en práctica tras un proceso de convergencia de casi tres décadas
El euro, inspirado por Roberto Mundell, se puso en práctica tras un proceso de convergencia de casi tres décadas

El comercio exterior dentro de Mercosur en su primer año 1992 era 14% de lo que sus socios comerciaban con el mundo y saltó al 25% en 1998, por el desvío de bienes que alentó la zona de libre comercio con rebaja de aranceles aduaneros. En la crisis de 2002 cayó a la mitad (12,8%), tocó un pico mediano de 16% en 2010 y no pasó de allí sino bajó en pandemia a 8,9% en 2020, hasta el 10,9% actual del último año cerrado 2022.

En suma, en tres décadas, Mercosur perdió 40% de importancia para sus socios en el comercio exterior con el mundo que antes de fundarse.

El sur no cumple condiciones

En el "Area Optima de una Divisa", publicado en 1961, se lega a la posteridad el acrónimo de Mundell, quien argumenta que la moneda común regional puede ser mucho más eficiente que la nacional en cuatro condiciones:

  • un mercado laboral integrado grande con movimiento libre de trabajadores;
  • precios y salarios flexibles con libre movilidad de capitales;*redistribución de riqueza con apoyo a áreas menos favorecidas por ese flujo;
  • y que se fije a los países miembros plazos similares para relevar los mismos datos, como alerta a tiempo de un potencial shock.

Es que si emitir billetes no se trata de un acto inocuo, menos se puede crear una divisa de apuro.

Ante el "Sur" -resurrección del cuarto planteo de una moneda mercosuriana, publicado el 21 de enero de 2023 por Lula y Fernández en Buenos Aires-, el Nobel Paul Krugman les enrostró las condiciones de Mundell para una divisa regional más eficiente que la local. Deben de ser países "ante fluctuaciones económicas similares, precios y salarios flexibles y entre los que los trabajadores se pueden mover libremente" los que deben "compartir la misma moneda".

Los dos socios estratégicos del bloque las incumplían además, pues hace tiempo que no son más sus respectivos mercados relevantes de comercio exterior, como lo es China a todo el bloque.

Los presidentes Lula y Alberto Fernández plantearon el uso de una moneda contable común, pero la idea no avanzó en la práctica
Los presidentes Lula y Alberto Fernández plantearon el uso de una moneda contable común, pero la idea no avanzó en la práctica

Divisa digital para comerciar

El ministro brasileño da Fazenda, Fernando Haddad, negó que ambos países planificaran desaparecer Real y Peso por el "Sur", sino generar un intercambio comercial con pago en moneda local (por falta argentina de dólares) y luego una divisa digital común solo para comercio intrarregional y transferencias. Pero Lula se pasó esta siguiente mitad del año postulando una divisa común para el Mercosur, para Latinoamérica y ahora para los BRICS.

Una moneda electrónica entre BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) será más adecuada como alternativa para su comercio internacional, si hablamos de cumplir y aplicar condiciones necesarias de la OCA. Mucho más si treintena de países hacen fila para sumarse a los BRICS o a su herramienta financiera de infraestructura, el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD). Pero, todo parece orquestado para competir por la sucesión del modelo que pasó de la libra al dólar, con un yuan subiéndose al ring Beijing-Washington, en vez de una canasta de divisas de los BRICS.

Dificultades en el Mercosur

Funcionarios bancocentralistas de los cuatro del Mercosur ya se reunían dos décadas atrás en un hotel junto a las Cataratas, en el mismo Puerto Iguazú de la próxima cumbre presidencial del 4 de julio. Asistimos a cómo intentaban entonces coordinar indicadores comparables de desempeño macroeconómico de los socios, para tentar una convergencia rumbo a una posible "anaconda monetaria". Pero sus jefes en los gobiernos no dejaron que se revisara sus medidas.

Con Mundell bajando del avión, lo que más nos motivaba a los corresponsales extranjeros destacados ese mayo de 2001 en Asunción era apelar al conocimiento teórico del autor y su aplicación práctica en el Viejo Mundo, para que proyectara lo útil o no de emular ese proceso dentro del Mercosur, fundado en aquella misma ciudad una década antes.

El canadiense satisfizo las expectativas cifradas. Para empezar la unidad monetaria, reclamó "una meta común inflacionaria o de tasa cambiaria" común, pues con evolución divergente de precios anuales la moneda común habría de fracasar antes de empezar: "Brasil se plantea 7% de inflación (anual) y Argentina un 2% (...), todo va a colapsar".

Sin "tasas de inflación comunes o compatibles" entonces "ni salimos" a comenzar el proceso de una política monetaria común. Qué diría ese Mundell hoy cuando Brasil tiene una inflación interanual del 3,7% y en Argentina se prevé 148,9% en 2023. El baile se frustraría mucho antes que la orquesta se pusiera a tocar.

Robert Mundell, ideólogo del Euro, siempre se mostró escéptico de que el Mercosur pudiera ser un área monetaria óptima
Robert Mundell, ideólogo del Euro, siempre se mostró escéptico de que el Mercosur pudiera ser un área monetaria óptima

En un aparte de la ponencia, el Nobel de Economía 1999 proponía al bloque iniciar su unidad monetaria regional con una canasta de las principales monedas de entonces: dólar, euro y yen japonés que hoy, sin dudas, hubiera cambiado por el yuan chino.  "Una cesta para Mercosur, como anclaje, sería buena forma de empezar", similar a "los derechos especiales de giro del FMI" –entonces 39% de dólar, 32% euro, 19% yen y 11% de libra- que en su opinión era "una cesta bastante buena".

El yuan amplió a cinco las divisas en la cesta de los DEG que no son per se una divisa sino unidad de cuenta o activo de reserva cambiable a toda moneda. El FMI revisa su composición cada cinco años o antes si cambian los flujos comerciales globales. La proporción desde mitad de 2022, tras la pandemia, es de 43% para el dólar, 29% euro, 12% yuan y 7,5% igual para yen y libra. 

La "mundellización" de América latina

Medio año antes que saltara la convertibilidad en Argentina, Mundell hizo una crítica directa a los perjuicios de haber casado al peso argentino con el dólar y era más partidario del frustrado plan de devaluar al peso, promediando precios del euro y el dólar. La "nueva ley de convertibilidad" usó de ancla la media de ambas divisas tras que igualaran cotización. Opinaba que ese "peso argentino respaldado por ambas monedas", a mitad de la década bajo Menem, "en 1995 hubiera ayudado mucho (…), el dólar subió 25% y quitó competitividad" a Argentina.

También puso el foco en los problemas derivados de las grandes diferencias de población dentro del Mercosur, una probable fuente de problemas políticos, dado que "el poder de negociación siempre queda en los países más grandes".

En aquella entrevista, el Nobel canadiense puso a Brasil como ejemplo de su crítica sobre la asimetría de poder económico en la relación regional al tomar decisiones cambiarias. La caída del real a mitad de enero 1999, cuando saltó su convertibilidad 1 a 1 con el dólar a 2,15 reales, opinó que tuvo impacto negativo sobre los acuerdos arancelarios vigentes con sus socios del bloque: "si un país deprecia, le hace más competitivo" y es "un shock para las demás economías". Admitió que Brasil "debía hacer algo", aunque "no crucificar a los demás países".

Mundell nos recomendó que, en vez de pensar en una moneda común, "sería más interesante la cesta" para Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, "fijándose a las tres monedas principales" globales, lo que "no sería mala solución para el Mercosur o para Latinoamérica".

Al analizar al Cono Sur, el teórico veía "difícil lograr una zona de tipo de cambio fijo", debido a que "Mercosur tal vez no sea el área política óptima; tal vez Latinoamérica, con un dólar latinoamericano anclado al dólar norteamericano" como "el presidente mexicano Vicente Fox se interesó" en abril de 2001 en cita del Área de Libre Comercio de las Américas en Canadá.

Pese a la fama que le granjeó y lo llevó a la historia como padre del Euro, el Nobel Mundell opinaba que "la Unión Europea no es un área monetaria óptima, pero Latinoamérica sí lo sería, al hablar igual idioma".

(*) Carlos Montero Gaguine es analista de política internacional y editor de La Síntesis Económica Mercosur