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El duro diagnóstico de The Economist: Argentina necesita caer en default, no dolarizar su economía

Un tributo a Milton Friedman no es la respuesta a los problemas del país, según el análisis de la prestigiosa publicación internacional
11/09/2023 - 08:31hs
El duro diagnóstico de The Economist: Argentina necesita caer en default, no dolarizar su economía

Milton Friedman, una figura icónica en el ámbito económico, ejerce una notable influencia en la vida y el panorama político de quien probablemente se convertirá en el próximo presidente de Argentina. Las ideas impulsadas por Javier Milei, las cuales le llevaron a una sorprendente victoria en las elecciones primarias del país en agosto, encuentran su inspiración en el economista de libre mercado más destacado del siglo XX, como lo señala el reconocido medio The Economist.

La impronta de Friedman se hace patente en las convicciones de Milei sobre el tamaño óptimo del Estado, que aboga por que sea mínimo, y su función en la economía, que considera debería ser prácticamente inexistente. La admiración de Milei hacia Friedman llega al punto de haber nombrado a uno de sus cuatro mastines en honor al economista. El ex profesor de economía compartió en una entrevista reciente con The Economist que Milton y sus otros perros, bautizados con nombres de economistas, conforman lo que él considera "el mejor comité estratégico del mundo".

Una de las propuestas más llamativas de Milei, claramente influenciada por las ideas de Friedman, es la dolarización de la economía argentina. Esta medida implicaría la sustitución del peso por el dólar estadounidense y la clausura del Banco Central de Argentina, al que Milei califica como "lo peor del universo". Si bien esta afirmación puede parecer exagerada, lamentablemente, no lo es del todo. La economía argentina atraviesa una grave crisis, con una inflación anual que ronda el 113% y un Banco Central que ha agotado sus reservas de dólares. El peso ha perdido la mitad de su valor en relación con el dólar en lo que va del año. En este contexto, surgen propuestas radicales como la dolarización, que plantean una serie de desafíos y dilemas para el país.

Cuando un país decide anclar su economía a la moneda de otra nación, renuncia a la capacidad de definir su política monetaria, quedando esta responsabilidad en manos de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Aunque esto podría proporcionar cierta estabilidad y previsibilidad, especialmente en el contexto de una economía volátil como la argentina, también conlleva riesgos significativos. Argentina ha experimentado un historial económico turbulento, y ceder el control de las tasas de interés a una entidad extranjera podría generar dificultades adicionales.

Dólar, la moneda "oficial" de los argentinos 

Es importante destacar que la mayoría de los argentinos ya utilizan el dólar como moneda de facto en muchas transacciones. Oficializar su uso podría eliminar la necesidad de conversiones entre dólares y pesos, simplificando las transacciones. Además, la dolarización garantizaría que los cambios en la economía argentina no afectaran el tipo de cambio del dólar, la moneda más negociada del mundo, lo que potencialmente podría estabilizar el mercado, como ocurrió en Ecuador después de su dolarización en el año 2000.

Sin embargo, la principal atracción de la dolarización radica en su capacidad para impedir que el gobierno argentino imprima más dinero, una crítica fundamental que Milton Friedman sostenía hacia los bancos centrales. Según los defensores de esta medida, con el tiempo, el Estado se vería obligado a reducir su tamaño y se pondría fin a la larga batalla contra la inflación.

La más aparatosa de las propuestas de Milei con influencia de Friedman es la de dolarizar la economía.
La más aparatosa de las propuestas de Milei con influencia de Friedman es la de dolarizar la economía

No obstante, existen problemas inherentes a esta propuesta, que parte de una visión optimista y poco realista de la capacidad de los gobiernos para tomar decisiones difíciles. El hecho de que Argentina renuncie al banco central como recurso en tiempos de crisis no garantiza automáticamente que los políticos reducirán sus préstamos a niveles seguros. En la realidad, los gobiernos a menudo se ven sometidos a presiones múltiples, incluyendo la necesidad de pagar a los prestamistas, mantener una burocracia eficiente, satisfacer las demandas de los partidos de oposición y cumplir con las expectativas de los votantes en cuanto a los servicios gubernamentales.

En una economía dolarizada, la ausencia de un banco central como prestamista de última instancia aumenta considerablemente el riesgo de incumplimiento en caso de crisis. Los bancos que podrían haber sobrevivido con liquidez de emergencia enfrentarían la quiebra, y el gobierno no contaría con suficientes dólares para garantizar los depósitos de los ciudadanos, lo que resultaría en la pérdida de ahorros para millones de personas. Además, muchos préstamos podrían regirse por la legislación estadounidense, lo que complicaría aún más las negociaciones de reestructuración de deuda para el gobierno argentino.

Los desafíos de la dolarización

Ecuador, que adoptó la dolarización, ilustra algunos de los desafíos inherentes a esta política. Aunque inicialmente logró estabilizar los precios, no pudo controlar el déficit presupuestario, lo que llevó al país a suscribir un acuerdo con el FMI en 2019, evidenciando las limitaciones de la dolarización en la gestión de las finanzas públicas.

Resulta más plausible anticipar un futuro en el que Argentina enfrente una crisis en lugar de uno en el que los legisladores tomen las decisiones necesarias para que la dolarización sea un éxito. El país ha lidiado con problemas de gasto excesivo durante décadas, habiendo requerido 22 rescates del FMI en los últimos 65 años. El compromiso de Milei de realizar recortes equivalentes al 15% del PBI en un sector público que representa el 38% del PBI plantea desafíos importantes en cuanto a su implementación.

La pregunta fundamental radica en cómo el gobierno argentino bajo el liderazgo de Milei obtendría los $40.000 millones que se estiman necesarios para llevar a cabo la dolarización. Actualmente, el país enfrenta dificultades para pagar su deuda existente, con una deuda pendiente de $44.000 millones y reservas de dólares agotadas. Milei ha propuesto la venta de empresas estatales y deuda gubernamental a un fondo extranjero como fuente de financiamiento, aunque es incierto si existirán compradores dispuestos a participar en esta empresa.

En cualquier caso, el próximo líder de Argentina enfrentará una situación financiera precaria, lo que hace que la dolarización sea una opción difícil de alcanzar. Cada vez más economistas argumentan que el país podría encontrarse nuevamente en una situación de insolvencia, lo que dificultaría aún más su capacidad para pagar la deuda existente.