YPF abandonará la producción en una provincia para apuntar todos su cañones a Vaca Muerta
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El gobierno de Santa Cruz e YPF, hasta hoy la principal operadora petrolera de la provincia, alcanzaron un acuerdo que establece una hoja de ruta para la reversión de una decena de áreas hidrocarburíferas, un tema planteado desde mediados del año pasado por la empresa nacional que busca focalizar todas sus operaciones en Vaca Muerta a partir de 2026.
El entendimiento permitirá garantizar una salida ordenada y responsable de la empresa tras meses de negociaciones con varios momentos de tensión que obligó a encabezar las discusiones al gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, y al CEO de YPF, Horacio Marin, quienes finalmente sellaron un preacuerdo para la cesión de diez áreas petroleras.
Las áreas a revertir pasarán a manos de la empresa provincial Fomicruz, y se trata de los yacimientos Los Perales-Las Mesetas, Barranca Yankowsky, Cañadón de la Escondida-Las Heras, Cañadón León-Meseta Espinosa, Cañadón Vasco, Cañadón Yatel, Cerro Piedra-Cerro Guadal Norte, El Guadal-Lomas del Cuy, Los Monos y Pico Truncado-El Cordón.
Se trata de bloques de la franja norte de la provincia, en los cuales la compañía contaba actualmente con 2000 trabajadores, a los que ofrece desde el año pasado un plan de retiros voluntarios, y en los que operó durante las últimas ocho décadas.
Para Vidal se tratró de "un hecho inédito, nunca visto en el país, en el que la operadora YPF deberá hacerse cargo del pasivo ambiental que ha generado en los años de operación en los yacimientos de la provincia de Santa Cruz", un tema que no se abordó en los procesos de retiro de los campos maduros en operaba en Mendoza, Neuquén, Río Negro y Chubut.
A través del denominado Plan Andes, la petrolera pretendió desprenderse durante 2024 de 55 áreas de 30 bloques en 11 clusters, pero la complejidad de la tarea permitió avanzar en una treintena de ellos y retomar en una segunda etapa los casos de Santa Cruz y Tierra del Fuego, para lo cual tiene como nuevo plazo de cierre el 1 de julio próximo.
El plan de salida acordado de YPF en Santa Cruz
A partir de este entendimiento, en los próximos días se darán a conocer los primeros detalles del proceso de remediación ambiental y saneamiento de esos pasivos, para lo cual se realizará un estudio durante los próximos 180 días a cargo de una universidad nacional, y luego se contratarán empresas de servicios para ejecutar las distintas tareas dentro de este proceso de remediación.
La idea de la provincia es que al retomar la posesión de las áreas y definido los plazos y trabajos a realizar en cada una de ellas, comenzará un proceso de recuperación de la producción petrolera en los yacimientos en un proceso a acordar con otras operadoras que están manifestando su interés y acercando sus propuestas a Fomicruz para una eventual relicitación.
Hasta ahora, la práctica habitual en la industria petrolera había sido que las operadoras, al abandonar sus concesiones, trasladaban el pasivo ambiental a las provincias o a las empresas entrantes, por lo cual Santa Cruz consideró que se "rompió con esa lógica" y en esta oportunidad "YPF se retira, pero se hace cargo de los daños generados por la operación en los yacimientos".
Al convalidar ese anuncio, el presidente de YPF reafirmó que a partir de este pre-acuerdo, que está sujeto a la aprobación del Directorio de la petrolera, se compromete a "llevar a cabo un Programa de Saneamiento Ambiental que ejecutará la compañía, entre otros puntos clave que se seguirán analizando".
En este primer trimestre que acaba de finalizar se consideraban debidamente cerrados o en negociaciones avanzadas los acuerdos para los bloques en Llancanelo, Mendoza Norte y Sur, Neuquen Norte y Sur; Estación Fernández Oro y Señal Picada en Río Negro; El Trébol-Escalante, Cañadón Central y Restinga Ali, en Chubut.
Tal el atractivo inicial del anuncio de desinversión, los activos despertaron el interés de pequeñas y medianas compañías que permiten rediseñar el mapa petrolera nacional, con el fortalecimiento de empresas como Quintana Energy, TSB, Aconcagua, CAPSA, Pecom, Crown Point, Roch e Ingeniería Alpa que vienen ganando acreaje en los campos maduros.
En el caso de Santa Cruz la reversión de áreas se realizará en favor de la empresa santacruceña Fomicruz, la cual en el menor plazo posible buscará relicitarlas para atraer nuevos jugadores a la provincia. En Tierra del Fuego, la estatal Terra Ignis busca hacerse cargo de esos activos para ponerlos en valor por sí misma o con eventuales socios con una mirada estratégica.
El saldo de los campos maduros a Vaca Muerta
YPF argumentó desde comienzos de 2024 con la llegada de Marín a la gestión de la compañía, que la salida del convencional se explicaba por las pérdidas millonarias que significaba su operatoria en los últimos años, por lo que la desinversión permitiría liberar fondos para apuntalar el negocio más rentable que significa Vaca Muerta para las grandes corporaciones petroleras.
Marin aseguró, oportunamente, que salir de los campos maduros es parte de la estrategia de avanzar hacia una "agenda de inversión nunca vista para la compañía", no sólo en las operaciones de upstream, sino también en las necesidades de infraestructura de transporte y en el negocio de la refinación y comercialización.
El 11 de abril en Nueva York, en el marco del Investor Day, la petrolera nacional dará a conocer su Plan Quinquenal por el cual sólo se anticipa que la inversión del presente año rondará los u$s5.000 millones, de los cuale u$s3.300 millones lo destinará a sus operaciones en Vaca Muerta, mientras que para 2026 se debería estar en presencia de una empresa 100% dedicada al no convencional.
Para reafirmar ese rumbo, YPF acaba de comprometer inversiones por unos u$s12.000 millones en las áreas La Angostura Sur I y II, Narambuena y Aguada de la Arena que le adjudicó la provincia de Neuquén para la exploración y explotación no convencional, con especial foco en petróleo.
Como viene ocurriendo con otras grandes operadoras globales, YPF considera que no resulta eficiente ni rentable para producir petróleo en este tipo de yacimientos convencionales maduros, y que en general operados por empresas más pequeñas pueden dar continuidad a la actividad.