• 4/12/2025
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Por qué en un mercado pesimista Milei cree que riesgo país caerá hasta el nivel de 100 puntos

En un mercado golpeado por el rechazo a la categoría "emergente" y el riesgo país en 700 puntos, el viceministro Daza hizo un pronóstico sorprendente
30/06/2025 - 06:25hs
Por qué en un mercado pesimista Milei cree que riesgo país caerá hasta el nivel de 100 puntos

Al final, ¿no era tan importante el índice de riesgo país? Pese a que el tema ocupa el centro de los debates económicos, causó sorpresa entre los asistentes al foro de ejecutivos de finanzas (IAEF) la exposición de José Luis Daza, el viceministro de economía, quien dijo: "Muchos me preguntan por el riesgo país y por qué no baja, pero la verdad es que tiendo a prestarle bastante poca atención a todos los indicadores de corto plazo".  

La opinión de Daza puede considerarse la del gobierno, al punto que el ministro Luis Toto Caputo replicó el video de la exposición, a la que calificó como "excelente".

Lo cierto es que la afirmación de Daza sonó rara, porque en el mercado se considera que ese indicador es clave para un país que necesita del crédito externo, y está mostrando una resistencia a bajar, a pesar de las mejoras macroeconómicas y del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Un mercado preocupado

Para colmo, el mismo día se conoció la noticia de que, en la clasificación MSCI, Argentina seguiría figurando como "standalone", sin posibilidad de ser siquiera un "mercado de frontera". Algunos analistas estimaron que eso implicó la pérdida de u$s3.000 millones en inversiones que no se podrán concretar.

El riesgo país indica el sobreprecio que se debe pagar por la tasa de interés, tomando como base los bonos del tesoro estadounidense. Actualmente, con un riesgo país en torno de 700 puntos, eso significa que un inversor que le preste a Argentina exigirá un rendimiento real en dólares no menor a 12%.

En la región, sólo Venezuela y Ecuador superan ese nivel de riesgo.

Esto implica un nivel de interés financiero caro, al punto que hace difícil el acceso al mercado global de crédito. Y es un nivel propio de países con inestabilidad financiera o con un historial de defaults. En el mercado argentino, se considera que para obtener una "tasa pagable", el índice de riesgo país debe caer debajo de los 500 puntos, algo que no se verifica desde hace siete años.

¿De qué depende?

Y la gran discusión es de qué depende realmente el movimiento de este índice. El gobierno ha planteado varios argumentos para justificar la permanencia de Argentina en torno de 700 puntos en los últimos meses. Primero, la permanencia del cepo cambiario, que impedía la libre salida de divisas. Sin embargo, no sólo se levantó el cepo sino que además se eliminó el "parking" obligatorio de seis meses para los inversores del exterior y, aun así, el riesgo país siguió alto.

De hecho, desde su caída a 560 puntos que tocó en enero -cuando la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo tocó su mínimo-, el riesgo argentino no ha dejado de subir, pese a las buenas noticias en el plano fiscal.

El gobierno llegó a culpar a la candidatura de Cristina Kirchner por el aumento en la percepción de riesgo. Sin embargo, la ex presidente está en prisión domiciliaria y el índice siguió subiendo.

No por casualidad, la propia Cristina aprovechó para subrayar ese dato y pronosticar que el programa económico de Milei colapsará por su dependencia de los "dólares alquilados" a los inversores externos. Y volvió a recargar las tintas sobre el ministro Caputo, a quien acusó de generar una crisis de deuda.

Fue a partir de allí que los economistas empezaron a buscar la explicación del alto riesgo país en el deterioro de las cuentas externas, y en particular por la tendencia de Javier Milei a minimizar la gravedad del déficit en cuenta corriente.

Si algo le faltaba a esa polémica fue la confirmación, con datos del Indec, del déficit registrado en el primer trimestre del año. Es un rojo de u$s5.191 millones, donde llama la atención la salida de divisas por el rubro servicios -en particular turismo-, algo que suele asociarse a momentos de atraso cambiario.

Hacia el riesgo país de 100 puntos

Las previsiones de los economistas apuntan a que ese déficit será el equivalente a 2% del PBI hacia fin de año. Y los más críticos, como Carlos Melconian, ya hablan abiertamente de que el actual esquema cambiario "tiene fecha de vencimiento".

Ante esa situación, el gobierno se esmera en transmitir calma. Y nadie mejor indicado que Daza, que con su hablar pausado y didáctico explicó que el dólar flota libremente, que la intervención del BCRA en el mercado de futuros obedeció a una operación puntual ya consensuada con el FMI y que, además, les recomendó a los empresarios no sentarse a esperar una devaluación que no va a llegar.

Y planteó que una de las buenas noticias para los próximos años es que el aporte del petróleo y la minería duplicará el ingreso de divisas del agro.

Pero el pronóstico que más llamó la atención fue el de una caída del riesgo país al nivel de 100 puntos. ¿Cuándo? En seis años, tras una caída paulatina. Según Daza, hay que preocuparse menos por el corto plazo y focalizarse más en las tendencias de mediano y largo plazo.

Y planteó sus argumentos sobre por qué Argentina podría caer a esos niveles mínimos de riesgo país -que hoy en la región solamente tienen Chile y Uruguay-.

Para Daza, la clave sigue siendo la disciplina fiscal. Pronosticó que, gracias al superávit de 1,6% de este año, se profundizará una caída en el ratio deuda/PBI. Puesto en números, se pasará del 43,7% registrado el año pasado a un 32,8% para 2031.

Como la toma de crédito no será para agrandar el stock de deuda sino para "rollear" los vencimientos, entonces la capacidad de pago del país mejorará. Claro, este pronóstico parte de un supuesto sobre el que no todos se muestran confiados: un PBI que siga creciendo a un promedio anual de 5%, un superávit fiscal primario de 1,5% sin interrupción y una tasa de interés real de 5%.

Sin embargo, Daza cree que la parte más difícil ya se logró: "De acá a seis años Argentina va a obtener el grado de inversión. Y si lo obtenemos, el riesgo país debería estar en 100 puntos. Una meta exigente y que requiere consistencia, pero déjenme decirles que es más probable llegar al grado de inversión que lo que era cerrar un déficit fiscal de 5% en un mes".

Su frase aludió a la consecución del superávit fiscal en enero de 2024, el primero de la gestión Milei. En aquel momento, tras una fuerte devaluación y un mes con inflación de 25%, se produjo un efecto de licuación sobre los principales rubros del presupuesto, como las jubilaciones y los salarios de empleados estatales.

Lecciones de la historia reciente

Un vistazo a la historia reciente deja en evidencia que la percepción de riesgo crediticio de un país depende de muchos factores, como el ratio de deuda respecto del nivel de exportaciones y la cantidad de reservas en el Banco Central. Pero también influye la tasa de ahorro del país -que en Argentina está, en su gran mayoría, fuera del sistema financiero-. Y, por cierto, también interviene el factor político.

Además, hay movimientos que ni siquiera dependen de Argentina sino del mercado global, como los movimientos de las tasas de la Reserva Federal y las fluctuaciones en el precio de las materias primas.

De hecho, un análisis de la gestora de fondos Adcap muestra que la caída del índice registrada durante la gestión de Milei coincidió con medidas desregulatorias, pero sugiere además que parte de la mejora estuvo influenciada por la baja de tasas en el escenario global.

Una mirada al pasado reciente puede ayudar a entender ese punto. En 2007, el índice de riesgo país argentino era de 200 puntos. Gobernaba Néstor Kirchner, el país tenía un récord de juicios en el tribunal del Ciadi por parte de los accionistas de empresas privatizadas y la cuarta parte de los acreedores de la deuda pública habían rechazado el plan de canje de la deuda con una fuerte quita del capital y litigaban en tribunales de Nueva York.

Durante el primer mandato de Cristina, el riesgo país se mantuvo en torno a los 400 puntos, y recién subió con fuerza tras la instauración del cepo.

Con la llegada de Mauricio Macri al poder y el arreglo con los "fondos buitres", se reabrió el mercado de crédito, lo que llevó a un paulatino descenso del índice EMBI. El punto más bajo se produjo a fines de 2017, cuando se alcanzaron los 342 puntos. Puede atribuirse ese logro a la victoria del macrismo en las legislativas de medio término, pero también es cierto que había u$s55.000 millones en las reservas del BCRA y que el PBI había retomado el crecimiento.

No fue necesario que Cristina Kirchner empezara a subir en las encuestas para que el índice subiera: ya con la saga de devaluaciones de 2018 se volvió al entorno de los 600 puntos, y se alcanzó un pico de 1.000 puntos básicos en mayo de 2019. Probablemente haya influido el anuncio de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner, pero lo cierto es que el mercado de crédito ya estaba cerrado para el país, que dependía absolutamente del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

El momento que sí justifica la argumentación de que un cambio político puede agravar la percepción de riesgo ocurrió tras la derrota macrista en las PASO, en agosto. El índice tuvo un salto desde 871 puntos previo a los comicios hasta un nivel de 1.741 puntos. En simultáneo, se retiraron del sistema bancario el 10% de los depósitos en apenas un día.

Durante la mayor parte del período peronista el índice se mantuvo en torno de 2.000 puntos, y recién cayó por debajo de 1.000 puntos en octubre de 2023, cuando Milei se empezó a perfilar como ganador de la elección.

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