Shock de empleo privado por reforma laboral: cuántos puestos de trabajo apuesta a formalizar Milei
A la hora de hablar de objetivos a alcanzar con la nueva reforma laboral, en el gobierno de Javier Milei prefieren hablar de "formalizar" antes que "crear".
Consideran que el primer gran logro de las nuevas normas destinadas al mercado de trabajo estará destinado a agilizar que se vaya formalizando la estructura del mercado laboral, antes que a crear nuevos puestos.
El Gobierno apunta a una meta muy ambiciosa: formalizar al menos 7 millones de empleos y modernizar el mercado laboral, aunque no habla de plazos.
La estrategia se basa en la desregulación y la flexibilización para estimular el crecimiento económico y la generación de empleo.
Los funcionarios sostienen que se necesita reformar el mundo del trabajo para que el dinamismo económico pueda estar acompañado del laboral.
Para acompañar el nuevo esquema para el mundo del trabajo, el Gobierno buscará eliminar además unos 20 impuestos que no aportan demasiado a la recaudación total, para simplificar el sistema tributario y reducir la presión sobre las Pymes y los sectores productivos.
Shock de empleo privado: la apuesta de Milei
Desde hace quince años que en la Argentina no se crea un solo empleo privado formal en términos netos.
El estancamiento macroeconómico y la sobrerregulación del universo del trabajo llevaron, según la óptica oficial, a una década y media perdida en términos de formalización laboral.
Ahora, hace falta que las empresas puedan y quieran contratar gente.
Para eso, según la lectura que hacen en el oficialismo, hay que cambiar el marco laboral vigente, porque pone trabas innecesarias a quien desea emprender.
Las pymes son, hoy en día, las que generan el 70 por ciento del trabajo argentino y las que también se encuentran más expuestas al riesgo laboral.
Esto hace que tomen menos trabajadores, lo que golpea particularmente a los jóvenes.
Para remediar esto, se busca impulsar la negociación de los convenios colectivos de trabajo, adecuando los marcos contractuales a la realidad productiva y laboral actual, dejando atrás estructuras vigentes desde hace más de setenta años, fomentando la negociación libre entre las cámaras y los sindicatos, permitiendo que los procesos registrales puedan hacerse de manera digital.
De prosperar, ya no será necesario contratar un contador o un abogado para montar una empresa o generar un nuevo empleo formal.
Una de las metas de la reforma será recomponer el vínculo entre el trabajador y la empresa, porque se considera que está dañado por el exceso de burocracia y litigiosidad.
Para eso, se buscará quitarle poder a los agentes que buscan dañarlo para su propio beneficio, como lo que Milei denomina "caranchos laboralistas, que son capaces de mandar a la quiebra una Pyme con tal de cobrar un juicio".
"Cuando una Pyme no sabe cuánto le va a terminar costando un empleado a causa de juicios injustos, directamente no lo toma", señalan desde la Casa Rosada.
El gobierno busca terminar con la industria del juicio laboral y eliminar discrecionalidad por parte de los jueces laborales a la hora de dictar sus sentencias.
Incluso, le apuntarán a la imposición de altas tasas de interés y fallos arbitrarios, que envían directamente a la quiebra a las pymes, por la imposibilidad de hacer frente a los pagos.
Incentivos para que empresas contraten empleados
Además, se espera que estos cambios se conviertan en un fuerte incentivo para que las grandes empresas quieran seguir creciendo, seguir contratando e invirtiendo.
Esa será la lógica de brindar mayores libertades a la hora de pactar contratos laborales.
Y ofrecer fijar el contrato en la moneda en que ambas partes decidan sin tope, como lo que existe en la actualidad.
Si alguien quiere cobrar, por ejemplo, el 100% de su salario en dólares, lo podrá hacer.
En este marco, en el Ministerio de Capital Humano se trabaja contra reloj en una propuesta de reforma laboral que se presentaría en sesiones extraordinarias del Congreso.
El paquete incluiría el salario dinámico y la modificación de jornadas laborales.
Además, se buscará incluir un blanqueo de trabajadores a costo cero.
El objetivo declarado para la reforma es que se genere nuevo empleo y que se legalicen las relaciones laborales irregulares.
En el gobierno hay consenso para que el blanqueo de trabajadores sea gratis, porque de otro modo las pequeñas y medianas empresas no se van a sumar.
Esto implica que el empresario quedaría liberado de pagar las contribuciones patronales y los aportes jubilatorios, más las multas e intereses por lo que no pagó hasta ahora.
Además, consideran que para que el potencial empleador tenga incentivos a contratar un nuevo trabajador necesita que su costo sea inferior a lo que abona ahora, y que eso sea permanente.
De acuerdo con estudios realizados por algunas industrias, los costos de mano de obra en la Argentina son 60% más caros que en Brasil.
El costo de la mano de obra era de u$s16,5 cada hora hombre en Argentina, mientras que en México era de u$s12,5, en Brasil de u$s10,3, y en Colombia de u$s4,5.
En este escenario, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, habló esta semana en el Encuentro Empresarial organizado por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y la embajada argentina.
Lo escucharon 200 invitados entre empresarios locales, emprendedores argentinos radicados en España, funcionarios de la embajada y simpatizantes de La Libertad Avanza.
Al referirse a los sindicatos, el "Coloso" admitió: "Vamos a tener que bailar con los sindicatos si pretendemos desarticular la estructura de los gremios".
"Nuestra situación es como en Italia. Tenemos negociaciones salariales que son nacionales y sectoriales. ¿Qué ocurre? Se fijan salarios con ciertas condiciones en Milán, pero eso después no funciona en Sicilia, porque le imponen al mercado laboral un único salario. Eso también nos pasa en Argentina: todo el nordeste de nuestro país tiene problemas de empleo porque le imponen condiciones de Buenos Aires".
Dijo que ese es el "punto central de lo que tenemos que cambiar: la federalización de las negociaciones colectivas. Esto es, básicamente, que las condiciones de trabajo se puedan pautar en cada lugar".
En cuanto a la reacción esperada por parte de los gremios, Sturzenegger dijo que si el convenio por empresa prevalece por sobre el que hace el sindicalismo a nivel nacional, se desarticulan las relaciones de poder que tienen los gremios.
En este escenario, Gerardo Martínez, del gremio de la construcción y representante de la Confederación General del Trabajo (CGT) en el Consejo de Mayo, salió a aclarar que no se discutió la reforma laboral en las reuniones que se realizaron previo a las elecciones legislativas, a contramano de lo que vienen repitiendo distintos referentes del Gobierno.
"Muchas cosas que se anunciaron en la semana previa y después de la elección no forman parte de la mesa", señaló.
Dijo que la voluntad de la CGT no es ir al conflicto, pero advirtió que "si se nos cierran todas las puertas y no nos dan garantías, vamos a utilizar todas las herramientas que tengamos en la defensa de nuestro derecho".
Martínez negó que los cambios en el sistema laboral hayan sido tratados en las reuniones con el Gobierno.
Y dijo que "no hay consenso por parte nuestra como trabajadores. El sector productivo, los distintos sectores, van a observar con detenimiento las propuestas".