• 30/12/2025
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Importante banco de inversión de Wall Street pronostica oro a u$s5.000 y anticipa los ganadores del 2026

El banco de inversión anticipa un rally histórico del oro y oportunidades únicas en el cobre, impulsados por la carrera de la IA y la tensión global.
30/12/2025 - 08:20hs
Importante banco de inversión de Wall Street pronostica oro a u$s5.000 y anticipa los ganadores del 2026

El escenario económico global está cambiando de piel y los viejos manuales de inversión ya no sirven para navegar el 2026. Según el flamante reporte de Goldman Sachs titulado "2026 Outlook: Ride the Power Race and Supply Waves", los inversores deben prepararse para un mundo dividido. El motor ya no es solo el crecimiento del PBI tradicional, sino una feroz competencia geopolítica y tecnológica entre Estados Unidos y China, centrada específicamente en el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) y el control de la energía necesaria para alimentarla.

Esta "carrera de poder" está generando ondas de choque en los suministros de materias primas. No se trata solo de oferta y demanda clásica; se trata de seguridad nacional. La tesis central del banco es que la necesidad de asegurar recursos críticos para la tecnología y la defensa creará ganadores muy claros en el mercado de commodities. Mientras el mundo se fragmenta, los activos tangibles vuelven a cobrar un protagonismo que no veíamos en décadas, actuando como un seguro contra la incertidumbre.

Sin embargo, no todo lo que brilla es oro en este informe, aunque el metal precioso sea la estrella. La estrategia sugiere que la volatilidad será la norma y que los inversores deben ser selectivos. Otros bancos de inversión importantes, como Morgan Stanley y JPMorgan, también han advertido recientemente sobre cómo la transición energética y la infraestructura de datos (Data Centers) están tensando la red eléctrica de Estados Unidos.

Goldman Sachs pone números a esta tensión: el auge de la demanda de energía por parte de la IA está a punto de ajustar el mercado eléctrico estadounidense, elevando el riesgo de precios más altos y cuellos de botella que podrían, irónicamente, frenar el propio progreso tecnológico.

El Oro: la apuesta de refugio definitiva hasta los u$s4.900

La predicción más explosiva del informe de Goldman Sachs recae sobre el metal más antiguo del mundo. El banco mantiene una convicción alcista extrema ("long gold call"), proyectando que el precio del oro podría escalar hasta los USD 4.900 por onza para diciembre de 2026. Esto representaría una subida del 14% desde sus niveles actuales, impulsada por un miedo racional: la diversificación de los bancos centrales de Mercados Emergentes (EM). 

Pero el rally no dependerá solo de los bancos centrales; Goldman ve un riesgo al alza proveniente de los inversores privados. Hasta ahora, gran parte del dinero minorista se había mantenido al margen, seducido por las altas tasas de interés de los bonos del Tesoro o el boom de las acciones tecnológicas. Sin embargo, a medida que las tasas se estabilicen y la incertidumbre política crezca, se espera una "ampliación de la diversificación" hacia el oro físico y los ETFs. Es, en palabras sencillas, la póliza de seguro definitiva que todo portafolio debe tener ante un mundo cada vez más inestable.

Esta visión es compartida, con matices, por otros gigantes del sector. Estrategas de Bank of America y Citi han señalado en notas recientes que el oro ha dejado de correlacionarse estrictamente con las tasas reales de interés, comportándose más como una moneda de reserva alternativa. Si bien Goldman es el más agresivo con su target de casi 5.000 dólares, el consenso en la "City" es que el piso del metal es sólido. 

Para el inversor minorista, el mensaje es claro: el oro no es solo para conservadores o pesimistas. En la estrategia de 2026, el oro juega un rol ofensivo y defensivo a la vez. Ofensivo, por la apreciación de capital esperada ante la escasez; y defensivo, porque actúa como contrapeso ante posibles correcciones en el mercado de acciones si la burbuja de la IA encontrara un obstáculo. 

Metales industriales: la divergencia entre el Cobre y el Aluminio

No todos los metales correrán la misma suerte en esta nueva era económica. Goldman Sachs propone una estrategia de "par" (pair trade) muy específica para 2026 y 2027: comprar cobre y vender aluminio. La razón detrás de esta apuesta es la divergencia fundamental en sus cadenas de suministro. El cobre se enfrenta a restricciones severas en la oferta minera; no hay suficientes minas nuevas entrando en producción para satisfacer la voraz demanda que exige la electrificación global y la construcción de centros de datos para Inteligencia Artificial.

El cobre es el "cable" que conecta el futuro. Desde los vehículos eléctricos hasta las redes de alta tensión necesarias para los data centers, todo requiere cobre. Goldman anticipa que el precio alcanzará nuevos máximos históricos a medida que esta escasez se haga evidente. Es una cuestión física: la geología no puede responder tan rápido como la demanda tecnológica. Por el contrario, la situación del aluminio es radicalmente opuesta y representa la otra cara de la moneda en esta estrategia de inversión dual.

El aluminio, según el análisis del banco, sufrirá por un exceso de oferta. China, en su afán por asegurar su propia seguridad de suministro, está impulsando fuertemente su producción y su expansión en el extranjero. Este "empuje de ultramar" de China inundará el mercado, manteniendo los precios deprimidos.

Mientras el cobre escasea por falta de inversión previa, el aluminio sobra por una política de estado del gigante asiático. Esta dinámica crea una oportunidad perfecta para los inversores sofisticados: apostar al alza del metal rojo y a la baja (o evitar) el metal ligero.

Energía: El fin de los precios altos en petróleo y gas

En un giro que podría sorprender a muchos, Goldman Sachs pronostica un alivio significativo en los costos de energía tradicional para los próximos años. El banco recomienda una posición "corta" (apostar a la baja) en petróleo y gas, anticipando dos grandes olas de suministro. Para el petróleo, ven un superávit en 2026 que llevará los precios promedio del Brent y el WTI a rangos de USD 56 y USD 52 por barril, respectivamente. Esto se debe a una última gran ola de oferta que mantendrá al mercado saturado, contrarrestando los esfuerzos de la OPEP por sostener los precios artificialmente altos.

Esta visión bajista se extiende dramáticamente al gas natural. Goldman recomienda una posición corta en el gas natural europeo (TTF) para la segunda mitad de 2027. La razón es la llegada de la "ola de suministro de GNL (Gas Natural Licuado) más grande de la historia" entre 2025 y 2032. Se espera que nuevos proyectos de exportación, principalmente de Estados Unidos y Qatar, inunden el mercado global, reduciendo los precios del gas en Europa cerca de un 35% para mediados de 2027.

Esta proyección contrasta con los temores de crisis energética vividos en 2022 tras la invasión de Ucrania. Si Goldman tiene razón, estamos entrando en una era de energía abundante y barata, al menos en lo que respecta a hidrocarburos. Esto es una excelente noticia para las economías importadoras de energía y para la lucha contra la inflación global, pero es una señal de alerta roja para las acciones de empresas petroleras que no tengan costos de extracción ultra bajos. Citi, conocido por sus posturas bajistas en crudo, ha resonado con argumentos similares sobre la eficiencia y la transición energética mermando la demanda futura.

La estrategia, entonces, sugiere alejarse de los productores de energía fósil tradicionales como vehículo de crecimiento a largo plazo. La rentabilidad en el sector energético vendrá de la eficiencia y el volumen, no de los precios récord. Para el inversor, esto implica rotar carteras: salir de la apuesta pura al precio del barril y buscar valor en sectores que se beneficien de energía barata o, como se mencionó antes, en los metales críticos que son insustituibles por la tecnología actual.

Guía práctica: cómo aprovechar estas tendencias desde Argentina

Para el inversor argentino, acceder a esta estrategia global es totalmente posible gracias a los CEDEARs (Certificados de Depósito Argentinos), que permiten invertir en empresas extranjeras desde la bolsa local y en pesos, atados a la cotización del dólar CCL. Para replicar la tesis alcista en oro de Goldman, la opción más directa es buscar empresas mineras de primer nivel. Barrick Gold (GOLD) y Yamana Gold (AUY) son los vehículos clásicos disponibles en el mercado local. Si bien tienen riesgo operativo propio de una empresa, suelen amplificar los movimientos del metal físico.

Para capturar la oportunidad en el cobre, la joya del mercado es Freeport-McMoRan (FCX). Es una de las productoras de cobre cotizadas más grandes del mundo y su CEDEAR tiene buena liquidez en Buenos Aires. Invertir en FCX es una forma directa de apostar a la escasez del metal rojo y a la necesidad de infraestructura para la Inteligencia Artificial. Al comprar este activo, el inversor argentino se cubre de la devaluación del peso y, simultáneamente, se expone a un sector con vientos de cola fundamentales para 2026.

En cuanto a la visión bajista en petróleo, la estrategia desde Argentina es más defensiva. Si Goldman tiene razón y el petróleo cae a USD 50, las acciones de grandes petroleras podrían tener un desempeño inferior. El inversor local podría optar por subponderar (tener menos cantidad) de CEDEARs de energía como Exxon o Chevron en sus carteras, o bien tomar ganancias si las compró a precios más bajos. No obstante, para perfiles más agresivos, el sector tecnológico (NVIDIA, Microsoft, Google) sigue siendo la forma indirecta de jugar la "carrera de poder" de la IA que menciona el informe, ya que son estas empresas las que demandarán toda esa energía y cobre.

Finalmente, es vital recordar la diversificación. Goldman Sachs habla de "valor de seguro" en las commodities. En un portafolio argentino, típicamente expuesto a riesgos locales, tener un porcentaje (5% a 10%) en CEDEARs de mineras de oro o cobre funciona como un estabilizador. No se trata de poner todos los ahorros en una sola ficha, sino de entender que el mundo va hacia una escasez de recursos físicos estratégicos. Como siempre, se recomienda consultar con un Asesor Financiero (ALyC) regulado por la CNV para ajustar estas ideas a su perfil de riesgo y horizonte temporal.

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