¿A cuánto debería trepar el tipo de cambio?
El nivel de tipo de cambio ha sido durante el modelo kirchnerista uno de los pilares fundamentales para el crecimiento económico.
El tipo de cambio alto brindó al sector agrícola y manufacturero una importante competitividad vía precios internacionales. Sin embargo, con la fuerte escalada de la inflación durantes los últimos años y con la reciente depreciación de las monedas de los principales socios comerciales de Argentina ya no está tan claro qué significa un tipo de cambio alto o competitivo.
El Banco Central publica todos los meses un Indice del Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), que tiene en cuenta el valor del peso argentino respecto a una canasta de monedas de los principales socios comerciales de la Argentina. Países como Brasil, Estados Unidos, la Unión Europea, Chile y China encabezan la lista ya que conjuntamente representan el 80% de las exportaciones argentinas.
Este índice ha venido registrando una caída consecutiva desde abril hasta septiembre, que fue el último mes publicado. Esto se debió principalmente a la fuerte apreciación del peso entre mayo y septiembre con respecto al real (19,5%), el peso chileno (15,6%) y con el euro (11,7%). Con respecto al dólar y al yuan chino apenas se registró una leve depreciación no mayor a 1 por ciento.
Teniendo en cuenta que el Indice de Precios al Consumidor (IPC) se utiliza para el cálculo del ITCRM, en función de comparar el valor de los bienes argentinos con los del resto del mundo, una reestimación del ITCRM con la inflación real aparece como inevitable. Dicha reestimación reduce el nivel de competitividad argentino en un 15% para septiembre de 2008.
Para saber dónde nos encontramos parados, podemos ver lo que pasó desde septiembre hasta aquí con las monedas de nuestros principales socios. El real, el peso chileno y el euro se siguieron depreciando en un 12%, 11% y 4% respectivamente. Si obviamos las variaciones de precios (ahora la inflación argentina comienza a suavizarse y se asemeja más a los de sus principales socios) la competitividad argentina medida por el ITCRM se encuentra un 13% por debajo del promedio registrado entre 2003 y 2006. Sólo con respecto a fines de 2007 se observa una caída del 17% mostrando que el 2008 fue un año sumamente perverso para la competitividad argentina.
Teniendo en cuenta el impacto de la crisis financiera internacional y la desaceleración económica argentina ya latente, una primera medida para contrarrestar esto en miras de un 2009 más afable sería recuperar por lo menos el terreno perdido sobre el tipo de cambio real durante estos últimos dos años. Esto determinaría una suba del tipo de cambio nominal a $3,73. Aunque las devaluaciones son asimiladas muchas veces a procesos inflacionarios, actualmente hay muchas fuerzas, como la caída del consumo, de la demanda externa y de los precios internacionales, que contienen el alza de los precios.
Se debe señalar que la estrategia sobre el tipo de cambio no puede ser estática cuando el mundo pasa por un momento de suma volatilidad. Es imprescindible seguir con suma atención lo que sigua ocurriendo con las monedas de nuestros principales socios. Por otro lado no podemos seguir prescindiendo de un índice de inflación no manipulado, ya que este nos otorga un dato fundamental para la estrategia de competitividad que el país desee tener.
Por Ezequiel Brodschi, economista e investigador del IAE Business School
Especial para iProfesional.com