• 4/12/2025
ALERTA

Convirtieron un viejo pozo de petróleo en estratégico almacén de gas para el invierno

Petrolera usa pozos agotados como almacén de gas subterráneo. Una estrategia audaz que permite guardar producción en verano para domar la demanda invernal
21/10/2025 - 14:00hs
Almacén de gas

La matriz energética de la Argentina se rige por un viejo dilema estacional: la abundante producción de gas tiene grandes excedentes en el verano pero no alcanza para la demanda intensa del invierno. Es la historia cíclica del mercado gasífero, donde la caída de precios estival puede castigar la producción, pero la petrolera Quintana Energy acaba de anunciar una iniciativa que permitirá domar esta estacionalidad.

Lo hizo con la puesta en marcha de un proyecto de reinyección de gas en un pozo depletado, esta vez en el bloque Chihuido de la Salina, en el sur de Mendoza, un paso que la empresa define como "guardar valor para potenciarlo". La idea es tan sencilla como estratégica, convertir antiguos yacimientos de hidrocarburos, ya vacíos por años de extracción, en gigantescos almacenes subterráneos.

Este ejercicio implica inyectar millones de metros cúbicos de gas durante el verano –cuando la demanda es baja y, por ende, el gas es más económico— para extraerlos en el  invierno, cuando la necesidad de calefacción y energía dispara el consumo. Si bien la técnica existe en el mundo –con más de 650 almacenamientos operativos—, en la Argentina es una rareza de alto valor: apenas existe un caso de referencia histórica, el proyecto Diadema, en la Cuenca del Golfo San Jorge, que funciona desde 2001.

Este hito en Chihuido de la Salina consolida un modelo de negocio que Quintana diseñó hace tres años, con visión de largo plazo. Para la compañía, el proyecto mendocino, transferido recientemente por YPF, se suma al ya operativo en Estación Fernández Oro, en Río Negro. Con esto, Quintana logra el control de dos estratégicos reservorios de almacenamiento ubicados en los extremos de la Cuenca Neuquina.

Un depósito subterráneo de gas

El proyecto de inyección y almacenamiento en El Portón contempla una inversión inicial de aproximadamente u$s10 millones. Para lograr la tarea de inyectar el gas al subsuelo, la compañía anunció un acuerdo estratégico con la empresa Enerflex para adquirir una capacidad de compresión masiva: 34.500 caballos de fuerza (HP) en equipos, con una capacidad inicial nominal de 5 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d). Es la potencia necesaria para convertir formaciones geológicas con buenas propiedades en depósitos seguros, con un sello que garantice que el gas permanezca cautivo hasta que sea el momento de su rescate invernal.

La funcionalidad de un Almacenamiento Subterráneo de Gas Natural (ASGN) va más allá de la ganancia estacional de la empresa. Como lo explica un estudio del Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG), estos "depósitos" constituyen una herramienta clave para el sistema en general. Permiten a las productoras mantener un ritmo de producción constante, "flat", independizando su operación de la fluctuación de la demanda. Además, liberan capacidad en los gasoductos troncales durante el verano, permitiendo optimizar el uso de la infraestructura existente y, en invierno, funcionan son herramienta veloz para abastecer los picos.

La extensión de la vida útil de yacimientos maduros al reconvertirlos en infraestructura estratégica no es un detalle menor para la Argentina. Al incrementar la oferta de gas con producción nacional durante los meses fríos, estos almacenamientos tienen un impacto directo en la balanza comercial. Permiten desplazar parcialmente las costosas importaciones de combustibles alternativos, como el GNL (Gas Natural Licuado), y en el futuro, podrían funcionar como un back up crucial para sostener eventuales exportaciones.

Desde 2021, la empresa opera yacimientos complejos, como San Sebastián en Tierra del Fuego, y activos estratégicos como Estación Fernández Oro, en Río Negro. Con la adquisición del Cluster Mendoza Sur, donde se incluye este hito de reinyección, la compañía consolida su presencia en cuencas energéticas clave. El plan de inversión comprometido en Mendoza es ambicioso, incluyendo derechos de exploración en la extensión mendocina de Vaca Muerta y un proyecto piloto enfocado en recursos no convencionales con una inversión inicial de u$s44 millones.

La reinyección de gas, con el antecedente casi único de Diadema en el país, cierra un círculo virtuoso. Demuestra la factibilidad técnica de tomar lo que el sistema consideró "agotado" –un reservorio depletado– y convertirlo en un activo de alto valor estratégico. Es un proceso de gestión inteligente de recursos, la audacia de la inversión y la conversión de un pozo en un almacén gigante, listo para liberar la energía necesaria cuando el frío polar amenaza la estabilidad energética.

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