Esta mega obra energética en Argentina se pensó hace 50 años y quedó trunca: se acaba de reactivar
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La ampliación de la central hidroeléctrica binacional Yacyretá a través de la maquinación de brazo Aña Cuá, reinició sus obras tras casi dos años de paralización. El freno se debió a trámites técnicos y conflictos administrativos que obligaron a rediseñar el cronograma, postergando la entrada en operación de su primera turbina hasta el año 2028.
La reactivación de Aña Cuá, uno de los brazos del complejo hidroeléctrico Yacyretá, permitirá la incorporación de más de 270 megavatios (MW) de energía limpia al sistema eléctrico. Esta adición se traducirá en un 10% adicional de capacidad de generación para la central, un aporte que fortalece la estabilidad del interconectado de ambos países.
El plan de trabajo contempla la instalación de tres turbinas tipo Kaplan de eje vertical. El aspecto técnico principal de esta obra es aprovechar el aporte del brazo Aña Cuá, que funciona como un caudal ecológico de paso libre y que, al no ser regulado para la generación eléctrica, significó durante décadas la pérdida de millones de dólares en generación de electricidad, explicó la entidad.
Es fundamental destacar que la maquinización de este brazo formaba parte del diseño original de la Central Hidroeléctrica, aunque nunca se concretó. Si bien la obra tiene sus orígenes en los primeros estudios del Río Paraná de la década de 1970, y la construcción de la central inició en 1983, la potenciación de Aña Cuá era una deuda histórica pendiente de concretar.
Con el reinicio de los trabajos, la Entidad busca eludir la maldición de Yacyretá cuya construcción demandó casi 40 años, ya que su última turbina se inauguró en 2011 dando fin a una obra controvertida y que llegó a ser bautizada como el "monumento a la corrupción".
Aña Cuá retoma las obras paralizadas en 2023
La inversión total para el proyecto asciende a u$s450 millones. Sus responsables indicaron que la primera de las tres turbinas entrará en funcionamiento durante 2028 y se estima que este incremento en la generación implicará el ingreso de aproximadamente más de u$s70 millones adicionales por año para la entidad binacional.
Uno de los efectos directos e inmediatos es la creación de 1.000 nuevos puestos de trabajo, los cuales se distribuirán de manera equitativa entre operarios argentinos y paraguayos. Este volumen de demanda laboral tendrá un impacto significativo en la dinamización de las economías regionales del NEA y del sur paraguayo.
El empleo generado se focalizará en la zona de influencia, beneficiando directamente a las ciudades de Ituzaingó (la Argentina) y Ayolas (Paraguay), consolidando la obra como un motor productivo y social estratégico para la región fronteriza.
La reanudación fue posible gracias a una serie de gestiones entre las autoridades de ambos países y el consorcio a cargo de la obra. Estas acciones permitieron destrabar las cuestiones administrativas y técnicas que habían generado la demora y la paralización del proyecto en diciembre de 2023, cuando tenía un avance del 40%, inmerso en el contexto de la suspensión de la obra pública.