Para muchos dictadores, Suiza ya no es el paraíso financiero que era
Hasta ahora los dictadores se habían refugiado en secreto bancario suizo para no revelar el monto de sus fortunas.
Una situación que poco a poco empieza a cambiar; Gadafi, Mubarak o Ben Ali pueden dar fe de ello.
Suiza ya no es un país seguro para la fortuna de los dictadores, por lo menos para algunos.
Así lo pueden atestiguar los últimos mandatarios caídos en desgracia para Occidente tras las revueltas árabes.
Así, el Ministerio de Exteriores helvético ha develado el importe de "activos potencialmente ilegales" que tienen el Muamar el Gadafi, Hosni Mubarak y Zine el Abdine Ben Ali.
El primero tiene depositadas en entidades financieras del estado europeo 281 millones de euros, una cifra que rebasa el depuesto presidente egipcio al contar con 319,9 millones de euros.
Mientras tanto, el tirano tunecino Ben Ali "únicamente" cuenta con 46,8 millones de euros a su nombre.
Un importe relativamente menor que el Ejecutivo suizo achaca a que "las relaciones con este régimen no eran muy buenas".
Suiza había anunciado previamente que congelaría cualquier activo relacionado con los tres dictadores magrebíes, para lo que entidades financieras y otras instituciones han debido informar a las autoridades.
Según los documentos que han facilitado, las cantidades eran bastante "estables". En relación a los bancos o cantones (estados suizos) en los que tenían sus cuentas o sus propiedades inmobiliarias, el Gobierno ha evitado dar detalles.
Los nuevos responsables de Túnez y Egipto habían solicitado formalmente a las autoridades judiciales helvéticas la devolución de los fondos y propiedades de los mandatarios de puestos de ambos países.
Una circunstancia que en el caso de de Libia todavía no se ha producido ya que los rebeldes no han conseguido acabar con el régimen aunque algunos países han pedido que los fondos se utilicen para financiara las acciones subversivas.