Tras la suspensión de pagos, American Airlines dice que sus vuelos no se verán afectados
American Airlines, la que fuera la mayor aerolínea de Estados Unidos y ahora la tercera, recurrió este martes a la suspensión de pagos para reestructurar su abultada deuda cercana a los u$s30.000 millones, reducir sus costos y tratar de volver a ser competitiva.
AMR, la matriz de American Airlines, era una de las pocas grandes aerolíneas estadounidenses que no había recurrido al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrotas, como sí hicieron hace años sus rivales, United Airlines (ahora United Continental) o US Airways.
Pese a la bancarrota, "American Airlines está operando programas de vuelo normales, cumpliendo con los billetes (pasajes) y con las reservas de la forma habitual, y haciendo devoluciones y cambios normales", según un comunicado difundido por la empresa.
En el documento también se establece que el programa viajero frecuente "AAdvantage" no fue afectado y que la compañía sigue siendo parte de la alianza Oneworld, de la que es miembro fundador. Este programa permite a los clientes acumular y canjear millas para vuelos.
Además, establece que American Airlines espera continuar con sus operaciones comerciales de manera normal durante todo el proceso de reorganización y que la actividad comercial continuará siendo operada por la gerencia de la Compañía.
En este sentido, explica que la ley de los Estados Unidos permite que una compañía mantenga sus operaciones comerciales normales mientras establece un costo competitivo y una estructura de deuda, por lo que entienden que esta acción no tiene impacto legal directo en ninguna de las operaciones fuera del país norteamericano.
El comunicado explica que la compañía decidió acogerse a la ley de bancarrota para "lograr una estructura de costos y deudas que sea competitiva en el sector aeronáutico".
El motivo de la bancarrota
El aumento de los costos laborales, el fracaso de las negociaciones con sus pilotos los últimos meses y el encarecimiento del combustible hicieron imposible que la firma asumiera su abultada deuda, de u$s29.550 millones, mientras sus activos se reducen a u$s24.720 millones.
Sus dificultades financieras eran cada vez más evidentes, y el mes pasado ya anunció que había perdido 884 millones de dólares en los primeros nueve meses del año, el 57,8% más interanual, de forma que desde 2007 solo ha logrado anotar un trimestre de beneficios.
"Nuestra muy sustancial desventaja en comparación con nuestros mayores competidores que reestructuraron sus costos y deuda a través del Capítulo 11 se ha hecho cada vez más insostenible", reconoció en un comunicado el nuevo consejero delegado de la compañía, Thomas Horton, que asumió este martes ese puesto como parte de la nueva estrategia de la aerolínea, que mantendrá sus operaciones con normalidad.
El ahora máximo responsable de la empresa agregó que American Airlines saldrá "más sólida" de este proceso, que calificó de "difícil, pero necesario y el camino correcto para ser una aerolínea más eficiente, más consolidada financieramente y más competitiva".
La suspensión de pagos de American Airlines, con presencia en más de cincuenta países y 78.000 trabajadores, se convierte así en la número cien de una compañía aérea estadounidense desde 1990, según los datos de la Asociación del Transporte Aéreo.
Los rumores sobre la posibilidad de que la tercera mayor aerolínea estadounidense se acogiera al Capítulo 11 empezaron en octubre, cuando diferentes medios hicieron evidente el desacuerdo entre la compañía y sus pilotos, al revelar que en agosto se jubilaron 200 de ellos, frente a la media habitual de una docena al mes.
"Aunque la noticia de hoy no fue totalmente inesperada, de cualquier modo es decepcionante que nos encontremos trabajando para una aerolínea que ha perdido el rumbo", destacó este martes en un comunicado el presidente de la Asociación de Pilotos Agrupados, Dave Bates, quien aseguró que en 2003 ya "se sacrificaron" al aceptar reducciones de costos.
Las conjeturas sobre una suspensión de pagos ya causó en su momento un desplome superior al 30% en sus acciones y la confirmación de la noticia esta jornada originó una mayor sangría: en la Bolsa de Nueva York las acciones de AMR se desplomaban un 79,03% para cambiarse por 34 centavos (25 céntimos), según informó EFE.
El desplome supone que la compañía perdió casi todo su valor en Bolsa desde que comenzó el año, ya que desde enero acumula una caída del 95,88 %.
Mientras tanto, sus dos principales competidoras, United Continental, la mayor de EEUU, y Delta, la segunda, lograban avances en Bolsa del 5,91 y 2,69 por ciento, respectivamente, mientras esperan que la suspensión de pagos de su rival desemboque en un aumento de tarifas.
Esas dos aerolíneas consiguieron afrontar sus dificultades financieras tras la reestructuración de su deuda, en 2002 en el caso de United Airlines y en 2005 en el de Delta, así como gracias a la fusión con otras aerolíneas -United con Continental y Delta con Northwest-.
Ahora American Airlines tratará de recuperar el terreno perdido estos años con un proceso de reestructuración que incluirá la renovación de su anticuada flota que empezó en julio, cuando anunció el mayor pedido de aviones de la historia de la industria, de 460 aeronaves a Boeing y Airbus en los próximos cinco años.