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Desde hoy, todos los directores del Banco Central pueden ser removidos por decreto

El mandato de los tres últimos que quedaban designados con acuerdo parlamentario, norma que equiparaba el estatus con el de los jueces, caducó a medianoche
24/09/2013 - 09:00hs
Desde hoy, todos los directores del Banco Central pueden ser removidos por decreto

La conducción en pleno del Banco Central (BCRA) quedó desde las cero de este martes "a tiro de decreto". Es decir, podría ser cambiada totalmente por Cristina Kirchner mediante una simple decisión, dado que el trámite de designación de la totalidad de los actuales miembros del directorio (lo que incluye a su presidenta, Mercedes Marcó del Pont; su vicepresidente, Miguel Pesce, y el jefe de la superintendencia de bancos, Santiago Carnero) nunca se completó: jamás recibieron el aval de la Comisión de Acuerdos del Senado que la normativa exige para completar estos nombramientos equiparados, en ese sentido, a los de los jueces.

Los pliegos para su evaluación allí duermen, en algunos casos desde hace años, y en otros, como el de Pablo López, un economista ligado al vice ministro de Economía, Axel Kicillof, aterrizaron hace dos meses y medio. Pero ninguno recibió tratamiento aún. De allí que todas las designaciones sean hoy "en comisión".

De haber sido respaldados por el Senado, la posibilidad de removerlos no sería tan fácil, lo que no se juzga casual. Eso consideraron ex presidentes de la entidad consultados. "Así logran una evidente dependencia del Gobierno, ya que pueden ser fácilmente removidos ante cualquier ataque repentino de independencia de criterio", dijo José Luis Machinea.

"Es para que el Banco Central deje de ser autónomo e independiente y se convierta en un simple apéndice del Ejecutivo", coincidió Roque Fernández. "Buscan condicionar a los directores", evaluó Martín Redrado. "Es para tenerlos a tiro de decreto y evitar que se les ocurra manejarse con la autonomía que exige la propia Carta Orgánica", evaluó Alfonso Prat-Gay.

La exigencia del acuerdo parlamentario para las autoridades del BCRA, junto con el mandato por un plazo que supera en dos años al del presidente que los designa y la existencia de causales específicas de remoción (incluso con un procedimiento especial que hace necesario un previo consejo al respecto de una comisión bicameral), fue dispuesta para dotar de la mayor autonomía política posible a esa institución. Una autonomía que, no sólo en lo formal, según está a la vista, ha perdido.

El mandato de los tres únicos directores nombrados con todos los pasos que marca la ley -Gabriela Ciganotto, Carlos Pérez y Carlos Sánchez- caducó a medianoche, lo que hace que el directorio del BCRA, un cuerpo de 10 miembros y hasta ayer formado por 8, quede integrado por 5 miembros, es decir, un mínimo suficiente para que pueda sesionar, pero en el filo de lo reglamentario.

Todo hace suponer que la situación no se regularizará. No en vano el Gobierno hizo de esta irregularidad una regla que siguió metódicamente luego del escándalo que generó el desplazamiento de Redrado del BCRA, en enero de 2010, por resistirse a que se institucionalizara el uso de reservas para pagar deuda pública.

Pero tampoco se cree que pondrá en riesgo el funcionamiento de una entidad que el propio proyecto de presupuesto 2014 consagra como la mayor caja de financiamiento regular del Tesoro, luego de la recaudación impositiva. El Gobierno pretende tomar el próximo año u$s9.855 millones de las reservas (28,2% del total actual de ese stock) para pagar deuda y aumentar en más de 62,3% los giros en pesos por rentas de la propiedad, que son, en realidad, sólo ganancias contables devenidas de la depreciación del peso frente al dólar.

De allí que se esperen nuevas designaciones para las próximas horas. Por lo pronto, el único de los directores con mandato vencido que ayer se aprestaba a desalojar su despacho era Carlos Pérez. No sorprende: era el último sobreviviente de la era Redrado. No se observaron movimientos similares en los despachos de Ciganotto ni de Sánchez, dos santacruceños de probada fidelidad, por lo que se especulaba que seguirían en sus cargos. El restante quedaría vacante en vista de una próxima renovación que sería parte de la remodelación del elenco económico en general tras las elecciones de octubre, concluye La Nación.