Con un salto de más del 30%, la suba del dólar duplicó el avance del 2012

Sin dudas, el mercado cambiario fue el frente financiero en donde el Gobierno tuvo que enfrentar las más áridas cuestiones en 2013.

En el intento por mantener un ritmo moderado de la devaluación del peso, el Banco Central (BCRA) sacrificó –hasta el último día hábil– casi u$s13.000 millones, un récord en la era K. Y aún así, el dólar se impulsó más de 30% frente al peso en el año, el doble de los 14% que avanzó en 2012, e incluso más que los tres años previos juntos, ya que entre 2009 y 2012 el alza total fue de 29,5%.

Por si fuera poco, la devaluación en el año es la más alta desde que en 2002 finalizó la convertibilidad y el dólar se catapultaba un 236%.

De esta manera el año cerrará con una cotización por encima $6,45 –valor del lunes–. A pesar de que hubo una recuperación en el nivel de las arcas, el último día de 2013 las reservas (por encima de los u$s30.690 millones) sufrirán un recorte por el pago de deuda, consigna El Cronista. El 31 de diciembre el Gobierno deberá pagar u$s800 millones correspondientes al vencimiento del Discount y el Par, y lo hará, como en los últimos años, con las reservas internacionales del Central. Pero en la evolución histórica hay sinsabores: el mínimo lo rozó el 5 de diciembre, al quedar en u$s30.383 millones, el nivel más bajo desde el 30 de noviembre de 2006.

Si bien a lo largo del año la mira estuvo puesta en la liquidación de divisas de los exportadores, ya que son los principales jugadores del lado de la oferta, las ventas realizadas por los cerealeros superó en monto a las que se habían concretado el año pasado. De hecho, llevan liquidados u$s22.932 millones en 2013, cifra levemente superior a los u$s22.741 millones registrados en el mismo período de 2012.

Es cierto que la devaluación ha generado en el agro una reacción impar: las silobolsas permiten guardar el stock de granos y, del lado opuesto, las ventas de los exportadores favorecen la entrada de dólares.

Sin embargo fueron los pagos por importación, –especialmente los destinados a la energía– y el turismo en el exterior, los que inclinaron de forma negativa la balanza. Así, el Banco Central termina el año con un saldo vendedor de u$s5.000 millones.

Pero más allá de las reservas, el mercado paralelo aportó adrenalina a la plaza de cambios. En la actualidad la brecha entre el dólar formal e informal perforó el 50% y pareciera estar en un nivel que “conforma” al Gobierno; sin embargo llegó a ubicarse al 100%, lo que había desatado la furia del ex Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, tensión que se trasladó a las cuevas. Fue el 8 de mayo cuando el blue tocó su máximo histórico de $10,45, el doble de lo que valía en aquel momento el dólar oficial, $5,22, recuerda el matutino.

El dólar oficial quebró dos barreras psicológicas este año, el de 7 de febrero cuando llegó a los $5 y el 11 de noviembre cuando superó los $6.

En cuanto a los meses de mayor avance se destaca agosto, producto de una fuerte depreciación del real. La divisa brasileña tocó a mediados de agosto un mínimo de cinco años, lo que obligó al Central a acelerar la devaluación del peso para que la moneda doméstica no perdiera competitividad frente al principal socio comercial del país.

Así es como el ritmo de depreciación superó el 40% anualizado, un avance que a la distancia no fue tan abrupto si se lo compara con el ritmo al que el Central está dejando correr al dólar últimamente: a un 80% anualizado en diciembre si bien en el año acumula una suba del 30%, donde el registro más alto quedará para diciembre y la gestión Fábrega, con un salto del 7,5%, concluye el Cronista.