Devaluación rusa revive fantasmas del '98: ¿vendrá otro "efecto dominó" que llegue hasta la moneda argentina?
El rublo, la moneda de Rusia, podrá no tener el prestigio del dólar como moneda de cambio mundial pero no tienen nada que envidiarle en cuanto a influencia sobre las divisas del resto del mundo.
La historia reciente muestra que la devaluación rusa de 1998 -una crisis financiera para la cual el Gobierno de esa época convocó como asesor a Domingo Cavallo- fue el punto de partida para una serie de crisis financieras a nivel mundial que empezó en Asia y terminó en América latina con la Argentina como último y trágico eslabón.
El peso de la economía rusa y su importancia geopolítica hace que por más que su moneda no sea usada como reserva de valor, de todas formas, sus fluctuaciones cambiarias causan gran influencia.
Los analistas suelen atribuir este hecho al fenómeno conocido como "flight to quality" - un vuelo a la calidad-, por el cual los inversores se retiran masivamente de todos los mercados emergentes en procura de "activos refugio".
De esta manera, los capitales buscan ponerse a salvo de las fluctuaciones de los mercados que están muy vinculados a la suerte de las materias primas que en momentos de crisis financiera suelen sufrir una fuerte volatilidad.
En estos días, como consecuencia directa del desplome del precio del petróleo -una de las principales fuentes de ingreso de Rusia-, se generó una fuerte presión sobre el rublo. E, inevitablemente los temores a un nuevo "efecto dominó" se reinstalaron en el mercado.
Efecto contagio
Analistas ya perciben que esto puede verse en el emergente más popular del mundo: Brasil. El real ya se vio presionado por la moneda rusa y opera en baja y se deprecia 1,4% frente al dólar.
Este año el rublo se ha depreciado un 50% contra el dólar. El banco central de Rusia explicó que la suba de los tipos de interés se hizo en un intento de frenar la inflación y el desplome de la moneda provocados, en parte, por la drástica caída de los precios del petróleo.
Asimismo, la autoridad monetaria rusa decidió el lunes elevar su tasa de interés referencial a un 17% desde un 10,5 por ciento.
El presidente ruso, Vladimir Putin, responsabiliza a los especuladores y a Occidente por la caída en los precios del petróleo y por la depreciación del rublo.
La debilidad de la moneda es una fuerte prueba para Putin, cuya popularidad se apoya en ofrecer estabilidad y prosperidad además de su línea dura en la crisis ucraniana.
En una jornada agitada en Moscú, su bolsa se desploma un 13% y opera en mínimos desde marzo de 2009.
"Estamos asistiendo notoriamente a un ataque especulativo contra el rublo", dijo Alexei Mikheiev, experto del banco VTB24, cuyo argumento es el mismo que el del presidente ruso Vladimir Putin, que responsabiliza a los especuladores y a Occidente por la caída de los precios del petróleo y la consecuente depreciación del rublo.
"El principal problema es recuperar la confianza de la población, que está convirtiendo cada vez más sus ahorros en dólares" advierten los economistas del banco ruso Alfa.
La contención de liquidez, medida desesperada
"Lo que hay que hacer es contener la liquidez en rublos para que los bancos, las corporaciones y los particulares que necesitan pagar en rublos comiencen a vender sus divisas", comentó el exgobernador del BC Serguéi Dubinin en declaraciones a la agencia oficial TASS.
Sin embargo, la subida de la tasa de interés no impidió que la Bolsa de Moscú continuara su caída en picado ni que el rublo siguiera perdiendo posiciones. "La medida (el incremento de la tasa de interés) apunta ante todo a disminuir las expectativas inflacionarias", explicó la gobernadora del Banco Central, Elvira Nabiúlina, en una entrevista con el canal de televisión Rossía 24.
Agregó que su influencia en el mercado de divisas será "indirecta y no inmediata". Nabiúlina descartó que el BC vaya a implantar medidas administrativas para regular el mercado de divisas.
"El aumento de la tasa de interés no es suficiente"
Para el doctor en economía y catedrático de la Universidad Plejánov de Moscú Serguéi Valentéi, la medida adoptada por el Banco Central es "de manual de macroeconomía". "Pero, en mi opinión, la reacción del BC llega tarde y el aumento de la tasa de interés no es suficiente. Se requieren medidas sistémicas", dijo Valentéi a EFE.
En teoría, agregó, debería servir para contener los ritmos de incremento de inflación, que según han admitido las autoridades rusas este año superará el 10 por ciento.
El digital Gazeta.ru recordó que el drástico aumento de la tasa de interés en 1998 no impidió que en agosto de ese mismo año Rusia se declarara en suspensión parcial de pagos.
Aunque la situación actual de Rusia, un país que cuenta con reservas internacionales por un valor de 416.000 millones de dólares, difiere de la de la década de los noventa, la dificultades que afronta su economía son muy graves, en particular la provocada por la caída de los precios del petróleo a mínimos de hace cinco años.
Ucrania y el petróleo en contra
Las exportaciones de hidrocarburos generan cerca del 50% de los ingresos presupuestarios de Rusia, por lo que el desplome del precio del crudo, del que depende el del gas natural, tiene un impacto directo en su economía.
A la caída del precio del petróleo se suman las sanciones occidentales a Rusia por su postura en la crisis ucraniana, que han privado a Moscú no sólo de importantes fuentes de financiación, sino también del acceso de tecnologías para la industria extractiva de hidrocarburos.
El pasado mes de noviembre, el ministro de Finanzas de Rusia, Antón Siluánov, cifró en 40.000 millones de dólares anuales las pérdidas para la economía por las sanciones y entre 90.000 y 100.000 millones por el descenso en el 30% de los precios del petróleo. Desde entonces, el crudo ha continuado su caída, por lo que las estimaciones de Siluánov ya se han quedado muy cortas.