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Contra los pronósticos, el tipo de cambio multilateral sigue alto

Seis meses atrás, los analistas pronosticaban que se ubicarí­a en un promedio de $1,84. Sin embargo, el TCRM hoy se ubica en torno de los 2,38 pesos
15/06/2006 - 11:04hs
Contra los pronósticos, el tipo de cambio multilateral sigue alto

En plena mitad del segundo semestre del 2005 y con un í­ndice inflacionario que ya estaba predestinado a perforar la barrera de los 12 puntos, el tema de debate entre los especialistas era la posible pérdida de competitividad y sus consecuentes efectos en las exportaciones y en el comercio exterior argentino.

De este modo, distintos relevamientos realizados por Infobae daban cuenta a principios de octubre de la fuerte preocupación derivada del futuro del tipo de cambio real multilateral (TCRM).

En ese entonces, el peso argentino se mantení­a parcialmente fijo contra el dólar, mientras que el resto de las monedas de los principales socios comerciales de la Argentina, por el contrario, mostraban una tendencia a la apreciación por la caí­da de la moneda norteamericana, compensando así­ la mayor tasa de crecimiento de los precios internos.

Así­, durante el primer trimestre del año pasado, el TCRM se ubicaba en un promedio de $2,75, muy por encima de los $2,09 de abril del 2003 y a pesar del contexto inflacionario que estaba comenzando a empujar hacia arriba los costos laborales y las materias primas.

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Sin embargo, los especialistas especulaban con la posibilidad de que el TCRM experimentara una apreciación en el corto plazo. La "sensación térmica" desde ciertos sectores era bastante pesimista y se hablaba de que, a partir de la polí­tica del Gobierno de resignarse a mantener una tasa de inflación de dos dí­gitos, los efectos en cuanto a la pérdida de competitividad fueran peores que los del 2004.

Así­ es como se pronosticaba que para mediados de este año el TCRM se ubicara en $1,84, $0,54 menos que hoy en dí­a, es decir, 30% más apreciado que el valor actual.

Sin embargo, durante el 2006 el TCRM no sólo logró mantenerse, sino que incluso sufrió una depreciación, con una consecuente mejora en la rentabilidad para numerosos sectores exportadores, aun cuando esta variable, por sí­ sola, no es una garantí­a a la hora de ganar mercados externos.

Al respecto, según la última actualización del índice de Performance Exportadora (IPE), elaborado por Mayoral Consultores, en el primer trimestre del 2006 el indicador tuvo una mejorí­a de 1,4% con respecto al trimestre anterior.

Y gracias a los altos niveles que exhibe actualmente el TCRM, se cumplió el segundo trimestre consecutivo de aumento del IPE, que comienza a revertir así­ los retrocesos observados a lo largo de todo el 2005. El í­ndice, que mide la brecha entre el precio de venta en el mercado internacional del producto y los costos incurridos en su fabricación en el mercado local, tiene un efecto reflejo respecto de las variaciones del tipo de cambio, ya que el mismo es una de las variables tomadas en cuenta para su elaboración.

Ahora, ¿por qué el escenario vaticinado a lo largo del 2005 no sólo no se cumplió sino que se produjo exactamente lo contrario? La razón a nivel del mercado doméstico está, justamente, en que las expectativas inflacionarias previstas desde el sector privado para el 2006 tampoco se cumplieron. Fue así­ como las estimaciones sobre el aumento de los costos, que se encontraban en el orden de 18%, distaron mucho de cristalizarse.

Sobre este punto, Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Exterior y actual consultor del Banco Interamericano de Desarrollo, el tema de fondo es el desalineamiento de los precios relativos en el paí­s en relación con lo que sucede en el resto de los mercados externos.

"Los servicios públicos o la energí­a, si se analiza una serie larga y se toma en cuenta el último año, prácticamente no experimentaron movimientos, por lo tanto el í­ndice de inflación nuestro poco tiene que ver con lo que ocurre en los mercados internacionales", sostuvo Ochoa.

De este modo, el mix generado por precios controlados -precios libres con determinados sistemas de acuerdos- y precios regulados -en los que tiene injerencia directa el Estado, tal como ocurre con los servicios públicos y la energí­a-, contribuyó junto con la apreciación de las monedas de los principales socios comerciales de la Argentina, a que el TCRM se mantuviera en niveles altos.

El TC con Brasil, muy ventajoso
A la hora de analizar el tipo de cambio real multilateral en relación con los factores exógenos, durante los últimos meses tuvieron un papel clave los grandes cambios experimentados por las monedas de los principales socios comerciales de la Argentina.

En este juego de compleja ingenierí­a se destacan tres variables que están interrelacionadas: por un lado, la decisión deliberada por parte del gobierno norteamericano de dejar que el dólar caiga para revertir el actual déficit comercial, que durante el mes de abril batió su propio récord al alcanzar una cifra superior a los 48 mil millones de dólares.

Como contrapartida, al depreciarse el dólar, las monedas de aquellos paí­ses que no siguen esta polí­tica, como es el caso del euro y del real, tuvieron un movimiento inversamente proporcional.

De este modo, al ser el TCRM una variable que se muestra sensible a los movimientos de las monedas en relación con la participación que tienen estos mercados en las exportaciones globales argentinas, el efecto de la depreciación del dólar fue compensado.

Sucede que, si bien la moneda norteamericana, más allá de las alzas de las últimas semanas, en lí­neas generales se fue depreciando, el TCRM no sintió el golpe de efecto. Esto se debe a que, a pesar de que este mercado tiene una preponderancia de 10% en el total de las exportaciones argentinas, esto se vio compensado por la apreciación de la moneda en la zona euro y en Brasil que tienen un peso, en conjunto, del orden de 30% en el total de los enví­os argentinos.

De este modo, mientras que el tipo de cambio bilateral con los Estados Unidos prácticamente se encuentra clavado desde mayo del año pasado en los mismos niveles, el tipo de cambio bilateral con Brasil, durante los últimos tres meses, se encuentra en sus niveles más altos desde la devaluación.

Panorama positivo
Según el último informe económico de la Escuela de Dirección y Negocios de la Universidad Austral, la inserción exportadora argentina, más allá de la caí­da durante los últimos dos meses, muestra una tendencia de largo plazo esperanzadora. Sin embargo, esto no sucede cuando se consideran a las MOI únicamente,debido a su elevada dependencia hacia destinos como Brasil y Chile.

Estiman que el superávit de la balanza comercial bajará este año a u$s9.700 M
El debilitamiento que mantiene el peso respecto de las principales monedas del mundo, con excepción del dólar, no ha sido suficiente para que la Argentina lograra ampliar el superávit de su balanza comercial.

Los últimos cálculos de la Escuela de Dirección y Negocios de la Universidad Austral (IAE) dan cuenta de que el excedente del intercambio de bienes y servicios con el resto del mundo arrojará en el corriente año una fuerte disminución en comparación con el ejercicio anterior.

Ese fenómeno se fundamenta en el dinamismo que mantiene la recuperación de las importaciones, más que en un debilitamiento de las ventas al exterior.

Las proyecciones efectuadas a partir de los datos conocidos del primer cuatrimestre del 2006 muestran que las exportaciones se elevarán en un 10,5% interanual, hasta unos u$s44.200 millones, apoyados esencialmente en las elevadas cosechas y consecuentemente de productos derivados, en especial del complejo oleaginoso.

Mientras que las importaciones acusarí­an un salto a u$s34.500 millones, que marcarí­a un aumento superior a 28% interanual. En el primer caso se verificarí­a una desaceleración en la tasa de expansión de las colocaciones en el exterior de más de 5 puntos porcentuales. En el segundo, por el contrario, se registrarí­a un leve aumento.

Consumo
Entre las causas determinantes de ese desempeño que mencionan los analistas del comercio exterior se destacan:

  • El impulso que está mostrando la demanda interna, acicateada por la mejora del poder de compra de los salarios y una alta tasa de creación de puestos de trabajo.
  • Ese fenómeno tiene doble efecto sobre el intercambio de bienes y servicios con el resto del mundo. Del lado de las exportaciones lo debilita, porque quedan menos excedentes para volcar a mercados foráneos. Del lado de las importaciones lo tonifica, porque la Argentina no sólo no es autosuficiente en todos los bienes que demanda, sino que también la reactivación dispara inversiones en máquinas y equipos para la producción, y también de consumo.

En menor medida, se mencionan efectos puntuales, como la suspensión transitoria de las exportaciones de cortes vacunos, por la intención del secretario de Comercio de asegurar el abastecimiento doméstico y descomprimir las presiones alcistas sobre los precios.

De cualquier modo, la evolución del comercio exterior en el 2006 muestra que se mantendrá el superávit de la cuenta corriente del balance de pagos, lo cual "implica que la economí­a continua reduciendo su endeudamiento con el resto del mundo", dijo Eric Ritondale, del IAE.

Aumentar la competitividad
El escenario que describen los últimos datos conocidos en comercio exterior es hoy una de las principales preocupaciones en los analistas económicos locales, para quienes es necesario implementar nuevas alternativas que aseguren la competitividad y que consoliden el posicionamiento del paí­s en los mercados internacionales. Según ellos, los efectos en la competitividad que la Argentina logró con la decisión de devaluar el peso, no serí­an suficientes para evitar una caí­da de su participación en las exportaciones mundiales.

"El principal indicador de la competitividad es la participación en las exportaciones mundiales. Uno puede hacer muchos análisis sobre competitividad, pero si la Argentina no pasa a una mayor participación, significa que ésta es menor", aseguró a Infobaeprofesional Jorge Vasconcelos, economista jefe del IERAL, en cuyo último informe se destaca una caí­da de 0,41% a 0,39% del total exportado mundial en los últimos cinco años.

Por otra parte, para Carlos Tramutola, director del Grupo Sophia, esto revela que "el tipo de cambio no puede ser el único factor en el que esté basada la competitividad", y que "hace falta que alentemos inversiones y que ofrezcamos, además, condiciones seguras y estables".

Juan Diego Wasilevsky
juandiego@infobae.com