El impacto del Covid-19 está impactando sobre la realización de las transacciones, acentuando comportamientos que ya se manifestaban en los consumidores. Así, durante el último año, se profundizó el menor uso de dinero en efectivo y, paralelamente, se intensificó la utilización de tarjeta de crédito y de los canales de comercialización online.

"Si bien las tendencias mundiales y la tecnología ya estaban impactando tanto sobre las formas de comercializar como sobre la utilización de los medios de pago, la pandemia acentuó estos comportamientos por las restricciones impuestas a la realización de determinadas actividades presenciales", afirma a iProfesional el economista Andrés Méndez de AMF Economía.

A su entender, la limitación y caída de manejo de efectivo están asociadas a los temores de los individuos para manipular circulante e, incluso, para concurrir a los locales de venta.

Es decir, existe un fenómeno que está íntimamente vinculado a la situación actual y que se advierte con claridad en las estadísticas de ventas de los supermercados.

"Se observa un fuerte ascenso de la ponderación de las compras online, por lo tanto, también ocurre otro efecto asociado a este fenómeno de no concurrir a los puntos de venta presenciales. Me refiero a que se evidencia una menor elección a utilizar efectivo como medio de pago", detalla Méndez.

En cuanto a los datos que comparte este analista de ventas online que evidencian el efecto mencionado, informa que en el primer bimestre del 2020, antes de la cuarentena, por cada peso que se transó virtualmente, se comercializaron $70 bajo la modalidad presencial.

En cambio, en plena pandemia, tras implementarse el aislamiento obligatorio, entre los meses de abril y noviembre del año pasado, por cada peso que se negoció en una operación online, se transaron en promedió $19 de forma presencial. Es decir, el volumen de compras con efectivo se contrajo en algo más de 3,5 veces. Y subió la ponderación virtual.

"La información posterior, indica que en la medida en la que el aislamiento fue transformándose en distanciamiento con la consecuente mayor movilidad de las personas, la relación entre presencial/online aumentó, aunque lejos de equiparar los niveles previos a la pandemia", resume Méndez a iProfesional.

En resumen, al tomar todo el proceso desde el inicio de la cuarentena, el uso de efectivo cayó en el total de la incidencia de las ventas unos dos puntos porcentuales, desde 33,9% del total que ostentaba en la previa de las restricciones hasta el 31,5% registrado el último enero.

En cambio, hubo una mayor utilización de tarjetas de crédito para financiar los consumos, debido a que su participación en el total de las ventas avanzó desde alrededor del 36,2% que existía antes de la cuarentena a un máximo de 37,5% en pleno pico de pandemia (octubre 2020) del año pasado, según datos de AMF Economía.

Después descendió de forma leve, ya que el dato correspondiente a enero 2021, ubica esta participación en el 37,2%.

En la pandemia la utilización de efectivo cayó 2 puntos porcentuales, mientras que el uso de la tarjeta de crédito subió un punto, según datos de AMF Economía.

Menos uso de efectivo y tarjeta de débito

De esta forma, la estadística refleja que parte del efectivo que era utilizado por los consumidores argentinos fue ocupado, en gran medida, por las tarjetas de crédito.

"Sin embargo, un dato significativo es que en la medida en que fue relajándose la cuarentena, por cuestiones normativas y/o por las conductas de las personas, tendió a caer la proporción de ventas online. Una situación similar se advirtió con las compras con tarjetas de crédito", advierte Méndez.

Otro actor importante que sufrió un efecto inesperado son las tarjetas de débito, que en los años previos a la pandemia habían ganado participación en el mix de medios de pagos.

En concreto, este medio de pago pasó de ocupar el 26,5% de las ventas totales a marzo del año pasado, antes de la cuarentena, a caer hasta 26,2% en enero pasado. Es decir, los plásticos de débito no ganaron share durante la pandemia, según datos que AMF Economía brindó a iProfesional.

"Los datos del último año las colocan más cerca del comportamiento del efectivo que el de la tarjeta de crédito. Por lo que puede deducirse que el instrumento emblemático de la ´cuarentena dura´ fue la tarjeta de crédito, que permitió ´pedalear´ pagos en un contexto dificultoso en materia de ingresos de los compradores", resume Méndez.  

Sin embargo, agrega que en la medida en la que las restricciones fueron aflojándose, las tarjetas de débito captaron la pérdida de participación que desde fines de 2020 sufrieron las tarjetas de crédito.

Perspectivas para lo que viene

Respecto al escenario que se avecina, considerando la aceleración de contagios observados en las últimas semanas, para este economista, "es evidente" que los ingresos de los compradores resultarán afectados en mayor o menor medida por las decisiones que se adopten desde lo sanitario para minimizar los casos.

Paralelamente, la mayor contagiosidad que se advierte en la actualidad, "seguramente estará incidiendo en las conductas de las personas que, de una u otra forma, procurarán reducir su exposición física ante esta situación para quedarse en su casa", opina Méndez.

Y completa: "Considerando la experiencia reciente, todo indica que las ventas online volverán a recuperar la participación que perdieron con la mayor apertura que hubo cuando se pasó de la cuarentena al distanciamiento social. En tanto, nuevamente las tarjetas de crédito suplirán la porción de ingresos que dejen de percibir asalariados y cuentapropistas por el menor nivel de actividad".

En otros términos, para este experto, en los próximos meses se espera menor presencialidad en los puntos de venta y menor utilización del dinero en efectivo y de las tarjetas de débito.

"Un partido que volverán a ganar las tarjetas de crédito", concluye Méndez a iProfesional.-