Tradicionalmente, los plazos fijos son una de las alternativas bancarias preferidas por los argentinos para ahorrar. En la actualidad se pueden obtener diferentes alternativas de este mecanismo que los clientes pueden optar. 

En su versión más tradicional y extendida, los depósitos a término no le ganan a la inflación y están afectados por los vaivenes del dólar. Sin embargo, muestran crecimiento mes a mes. 

La siguiente es una guía detallada con los rendimientos y características de cada alternativa.

Plazo fijo tradicional

Es uno de los depósitos más elegidos por los ahorristas. Su principal atractivo es el plazo, relativamente corto, de 30 días. Además, resulta cómodo para el cliente bancario poco sofisticado, ya que se constituyen fácilmente mediante el homebanking. 

Por regulación del Banco Central (BCRA), las entidades financieras deben pagar una tasa mínima de 37% nominal anual a los depósitos de personas físicas menores a un millón de pesos (se suman todos los plazos fijos de la misma persona para hacer esa determinación). Esa tasa equivale a 3,08% por mes, un rendimiento que está al menos un punto por debajo de la inflación mensual de los últimos meses.

Para aquellos depósitos que superan el millón de pesos o cuyos titulares son empresas, el BCRA fijó una tasa mínima de 34%. Ambas alternativas están disponibles en las bancas electrónicas de los bancos y por eso es importante que las personas físicas presten atención al momento de colocar sus ahorro y elijan correctamente el plazo fijo que paga 37%.

Plazo fijo: qué alternativas prefieren los ahorristas

Plazo fijo UVA

A diferencia de los depósitos tradicionales, los plazos fijos UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) se ajustan por inflación, por lo que son una de las pocas opciones para preservar el poder adquisitivo de los pesos ante la escalada de los precios. 

A esar de esto tienen un punto en contra: se debe inmovilizar los ahorros por un mínimo de 90 días, algo que con la inestabilidad económica argentina resulta demasiado para los clientes bancarios.

El funcionamiento de esta herramienta es sencillo: al momento de la constitución del depósito, el monto se traduce a una cantidad de UVA según la cotización del momento. Al vencimiento, el banco devuelve la misma cantidad de UVA al cliente, al valor de ese día, y una tasa adicional, que hoy está debajo del 0,5% nominal anual. La UVA se ajusta diariamente en función de la evolución del CER (que sigue a la inflación).

Plazo fijo UVA precancelable

Para solucionar el obstáculo del plazo mínimo de 90 días,  los bancos tienen disponibles desde hace más de un año, esta opción. Aquí, los depósitos también se pactan a un mínimo de tres meses pero se pueden deshacer a partir del trigésimo día de permanencia. No obstante, quienes lo cancelen, resignan el ajuste por inflación. 

Los plazos fijos son una de las alternativas preferidas por los ahorristas, a pesar de que sus tasas no son las mejores

Por el contrario, reciben una tasa fija de 30,5% sobre el monto colocado en el banco. Dado que ese rendimiento es más bajo que el que pagan los bancos por los plazos fijos tradicionales a 30 días, para quienes que necesiten los fondos en el primer mes la alternativa más conveniente será la tradicional.

No obstante, los clientes que puedan prescindir de la liquidez en pesos por un mínimo de 90 días tendrán una mejor remuneración en un plazo fijo UVA precancelable que no solo ofrece el ajuste por inflación (que se mueve a una velocidad de alrededor de 4% mensual) sino también una tasa adicional de 1% regulada por el BCRA. Por lo tanto, entre los plazos fijos, esta resulta la opción más conveniente tanto por el ajuste por inflación como por la tasa.