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ALERTA

¿Chau plazo fijo?: el instrumento que le está ganando a la inversión preferida de los argentinos

El plazo fijo pierde atractivo y otro activo se imponen como la nueva estrategia de inversión preferida. Cómo podés invertir en este instrumento
13/08/2025 - 16:56hs
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En un país donde la inflación y la incertidumbre política se combinan como un cóctel explosivo, la elección de dónde colocar los ahorros no es un detalle menor: es una decisión estratégica que puede definir si el dinero crece o se licúa. Durante décadas, el Plazo Fijo fue el rey indiscutido de las inversiones conservadoras, ofreciendo una rentabilidad fija y la tranquilidad de saber exactamente cuánto se obtendrá al final del período.

Sin embargo, la estabilidad que alguna vez fue su mayor fortaleza, hoy se ve cuestionada por un nuevo rival que gana terreno: las Lecaps (Letras del Tesoro Capitalizables). El atractivo de estas letras no radica únicamente en su rendimiento, sino en algo mucho más valioso en un contexto como el argentino: la flexibilidad.

Mientras el Plazo Fijo obliga a mantener el dinero inmovilizado hasta su vencimiento, las Lecaps pueden comprarse y venderse en el mercado secundario, ofreciendo la posibilidad de acceder al capital antes de tiempo si las condiciones cambian o surge una oportunidad mejor.

Pero, ¿qué diferencia realmente a estos dos instrumentos? ¿Por qué cada vez más inversores miran a las Lecaps como una alternativa superadora al tradicional Plazo Fijo? La respuesta combina factores de liquidez, rentabilidad y capacidad de reacción frente a un mercado que cambia de un día para otro.

Plazo Fijo: seguridad conocida, flexibilidad nula

El Plazo Fijo funciona de forma simple: el ahorrista deposita su dinero en un banco y acuerda dejarlo allí por un plazo determinado —generalmente 30 días o más— a cambio de una tasa nominal anual (TNA) fija. El atractivo principal es la certeza: desde el momento en que se constituye el depósito, se sabe cuánto se obtendrá al final del período.

Sin embargo, esa misma certeza es la que encierra su mayor limitación. Durante el plazo acordado, el capital queda inmovilizado. Si surge una emergencia o el mercado ofrece una mejor oportunidad de inversión, el ahorrista no puede mover su dinero sin perder intereses o, directamente, sin poder tocarlo hasta el vencimiento.

Además, en un contexto inflacionario como el argentino, la rentabilidad fija puede ser engañosa. Una TNA del 37% puede parecer atractiva en el papel, pero si la inflación anual supera ese porcentaje, el poder adquisitivo del capital se reduce. En otras palabras, aunque el saldo crezca nominalmente, en términos reales el ahorrista puede estar perdiendo dinero.

Lecaps: rendimiento capitalizable y liquidez en la misma jugada

Las Lecaps son instrumentos de deuda emitidos por el Tesoro Nacional que se caracterizan por ser capitalizables. Esto significa que el rendimiento se acumula sobre el capital, lo que permite obtener una rentabilidad efectiva superior a la de un Plazo Fijo tradicional.

La gran diferencia es que no obligan a mantener el dinero inmovilizado. Al cotizar en el mercado secundario, el inversor puede vender su posición antes del vencimiento si necesita liquidez o si identifica una oportunidad de ganancia. Esta posibilidad de entrar y salir del instrumento sin esperar el plazo final es clave para manejar el capital de manera estratégica en un mercado volátil.

Otro punto a favor es que el valor de mercado de las Lecaps fluctúa con las tasas de interés. Si las tasas suben, el precio baja, lo que puede significar una oportunidad para comprar con un rendimiento potencial más alto. Si luego las tasas bajan, el precio de la letra sube y el inversor puede venderla obteniendo una ganancia adicional.

Inflación alta: la gran enemiga del plazo fijo

En un escenario donde la inflación puede superar con creces el rendimiento fijo de un Plazo Fijo, la inmovilidad del capital se convierte en una desventaja crítica. El ahorrista no solo queda atado a una tasa que puede quedar desactualizada en cuestión de semanas, sino que también pierde la capacidad de adaptarse a cambios en la política monetaria.

Las Lecaps, en cambio, permiten ajustar la estrategia. Si el Banco Central sube las tasas, el precio de las letras baja y se pueden adquirir a un valor más atractivo.

Si más adelante las tasas bajan, el precio sube y se abre la puerta para una venta con ganancia. Este mecanismo convierte a las Lecaps en una herramienta dinámica que premia la atención constante y la toma de decisiones informadas.

Estrategia activa: comprar bajo, vender alto

Invertir en Lecaps no es un acto pasivo. Requiere análisis, seguimiento del mercado y capacidad para actuar rápido. Por ejemplo, si una Lecaps cotiza por debajo de su valor de mercado —digamos, a $150 en vez de $152,39—, la TNA que ofrece será más alta. Una inversión de $500.000 en esas condiciones puede generar un retorno significativamente mayor al de un Plazo Fijo.

La clave está en aprovechar la volatilidad. Si el precio de la letra sube poco después de comprarla, el inversor puede venderla antes de tiempo, capitalizar la ganancia y reinvertir el dinero en otra oportunidad. Esta rotación del capital no es posible en un Plazo Fijo, donde el dinero queda congelado sin importar lo que ocurra en el mercado.

En medio de la competencia entre Plazo fijo y Lecaps, las billeteras virtuales como Cocos o Fwind ofrecen una alternativa intermedia. Su principal atractivo es la flexibilidad total: el dinero genera intereses diarios y puede usarse en cualquier momento, sin plazos mínimos.

Sin embargo, la tasa de interés que ofrecen es variable y suele rondar el 35% TNA, un rendimiento que generalmente es inferior al de un Plazo Fijo o a una LECAP bien elegida. Son ideales para mantener liquidez y obtener un rendimiento mientras se espera una oportunidad, pero no son la opción más rentable para un horizonte de inversión más largo.

La decisión final: perfil de riesgo y objetivos

La elección entre Plazo fijo y Lecaps no es universal: depende del perfil del inversor. Para quienes priorizan la seguridad absoluta y no tienen problema en inmovilizar su capital, el Plazo Fijo sigue siendo una opción válida. Para quienes buscan mayor rentabilidad, valoran la liquidez y están dispuestos a analizar el mercado, las LECAPS representan una herramienta más potente y adaptable.

En el contexto argentino actual, donde la inflación y las decisiones económicas pueden cambiar de un día para otro, la flexibilidad es una ventaja decisiva. Por eso, cada vez más ahorristas se inclinan por estrategias que combinen liquidez, rendimiento y la capacidad de actuar rápidamente.

La lección es clara: en un mercado volátil, la pasividad puede ser el peor enemigo de un ahorrista. Con las LECAPS, es posible aprovechar las oportunidades que surgen en los cambios de tasas y obtener rendimientos superiores al Plazo Fijo, sin renunciar a la posibilidad de disponer del dinero antes del vencimiento.

La clave está en informarse, aprender a analizar precios y tasas, y asumir un rol activo en la gestión de las inversiones. En tiempos de incertidumbre, la flexibilidad no es solo una ventaja: es una necesidad.

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