Ethereum sube más de 30% en 2025: por qué muchos creen que este puede ser su gran año
Ethereum comenzó 2025 cotizando cerca de u$s3.350. Ocho meses después, se ubica en torno a u$s4.437,14, lo que marca un avance de alrededor del 32% en lo que va del año. Durante agosto incluso llegó a rozar los u$s4.950, consolidando un salto cercano al 48% desde el inicio del año hasta su máximo histórico. El desempeño no es menor: se trata de la segunda criptomoneda más relevante del mundo después de Bitcoin, y este año está superando a la líder del mercado en rendimiento.
Ese crecimiento se da en un contexto global de expectativas de recortes de tasas en Estados Unidos, un flujo creciente de dinero institucional hacia fondos vinculados a Ethereum y un renovado interés en las aplicaciones que funcionan sobre su red. No se trata solo de especulación: detrás de los números hay movimientos económicos concretos que explican por qué ETH está captando tanta atención.
La foto es clara: un inversor que compró un ETH el 1 de enero a u$s3.350, hoy tendría un activo valuado en más de u$s4.437. Esa ganancia de más de u$s1.080 por unidad representa un retorno que deja atrás a muchos activos tradicionales en el mismo período.
El impulso detrás de la suba
El punto de inflexión llegó a fines de agosto, tras señales de la Reserva Federal que el mercado interpretó como un anticipo de bajas de tasas. Eso disparó a varios activos de riesgo y Ethereum fue uno de los grandes ganadores: llegó a tocar los u$s4.950 y cerró la jornada apenas por debajo de ese nivel.
En paralelo, se registraron entradas récord de capital en fondos cotizados (ETFs) que replican el precio de Ethereum. Solo en agosto ingresaron miles de millones de dólares, un nivel sin precedentes para el activo. Ese volumen institucional marca un cambio cualitativo, porque implica que grandes jugadores financieros están tomando exposición a ETH de forma regulada y transparente.
Otro motor fue la expansión del ecosistema que corre sobre Ethereum. Desde las stablecoins, que hoy suman más de u$s280.000 millones de capitalización, hasta aplicaciones descentralizadas de finanzas, juegos o tokens coleccionables, todo ese flujo depende del uso de ETH para operar.
Más rentable que Bitcoin en 2025
Un dato clave es que Ethereum le gana a Bitcoin en la comparación directa. Mientras BTC acumula alrededor de un 19% de suba en el año, ETH trepa cerca de un 32% a la fecha, y llegó a superar el 45% en su máximo anual. Esta diferencia no pasa inadvertida para los fondos, que en más de una ocasión reorientaron flujos hacia ETH.
La explicación está en su doble dimensión: Ethereum no solo funciona como un activo financiero, sino también como una plataforma tecnológica. Eso hace que su demanda no dependa únicamente de inversores que buscan resguardo, sino también de usuarios y empresas que necesitan ETH para operar aplicaciones concretas.
Además, una parte considerable del ETH circulante está bloqueado en contratos de staking, lo que reduce la liquidez disponible en el mercado. Con una demanda en ascenso, ese mecanismo refuerza la presión alcista. A esto se suman las actualizaciones técnicas recientes que abarataron y aceleraron el uso de la red mediante soluciones de segunda capa ("Layer 2"), multiplicando la cantidad de operaciones posibles.
Los riesgos que todavía pesan
El rally de 2025 no está exento de sobresaltos. Tras los máximos de agosto, ETH también mostró caídas abruptas: en cuestión de horas retrocedió hacia los u$s4.400 por ventas masivas vinculadas a movimientos de grandes jugadores del mercado. Estos episodios recuerdan que la volatilidad sigue siendo parte de la lógica de los activos digitales.
Los analistas también advierten sobre resistencias técnicas: niveles cercanos a los u$s5.000–6.000 podrían frenar el avance, y una caída sostenida por debajo de u$s4.400 encendería señales de alerta.
La regulación es otro factor clave. Aunque la aprobación de ETFs de Ethereum en Estados Unidos fue una señal positiva, futuras normativas sobre impuestos, clasificación de tokens o limitaciones a las stablecoins podrían modificar el flujo de dinero hacia el ecosistema.
Finalmente, la psicología del mercado juega un rol decisivo: gran parte de la suba se apoya en expectativas de tasas más bajas y mayor adopción. Si alguno de esos pilares se debilita, la corrección podría ser brusca.
Cómo interpretar la suba de Ethereum en 2025
La fotografía hasta ahora es clara: Ethereum subió alrededor de un 32% en ocho meses, marcó un nuevo máximo histórico cercano a u$s4.950, superó a Bitcoin en rendimiento y atrajo miles de millones en inversión institucional. Esa combinación lo colocó en el centro de la escena financiera global.
Pero más allá del entusiasmo, conviene mantener perspectiva. Ethereum sigue siendo un activo de riesgo, sujeto a volatilidad extrema y con un marco regulatorio aún en construcción.
Para los inversores minoristas, la recomendación más repetida es prudencia: no arriesgar más de lo que se está dispuesto a perder, diversificar la cartera y entender que el camino puede incluir subas rápidas, pero también correcciones violentas.
Lo cierto es que, al margen de los riesgos, Ethereum logró en 2025 lo que muchos esperaban desde hace tiempo: consolidarse no solo como criptomoneda, sino como plataforma tecnológica con respaldo institucional. Ese respaldo, junto con su rendimiento del 32% en lo que va del año, explica por qué tantos lo ven hoy como la gran apuesta del mercado cripto.