Las acciones argentinas en Wall Street arrancaron el mes con caídas y el riesgo país superó los 1.200 puntos
La primera rueda de octubre llegó con un clima de marcada cautela en los mercados argentinos. Los bonos soberanos en dólares cayeron por quinta jornada consecutiva, lo que reflejó una persistente desconfianza de los inversores respecto a la capacidad de pago de la deuda. En paralelo, el riesgo país trepa hasta los 1.230 puntos básicos, un nivel que tensiona aún más la percepción de fragilidad macroeconómica.
El índice S&P Merval cayó 0,4%, contenido por la suba en el tipo de cambio implícito a través del contado con liquidación (CCL), un movimiento que suele favorecer a las acciones locales con mayor exposición al dólar.
El contexto político añade presión: a menos de un mes de las elecciones presidenciales del 26 de octubre, las encuestas proyectan un resultado abierto para el oficialismo, lo que incrementa las dudas sobre la gobernabilidad y la dirección económica del país en el corto plazo. La dolarización de carteras se acelera, reforzando la presión sobre los tipos de cambio paralelos y mostrando que los inversores buscan refugio en divisas antes que en activos de riesgo.
La dinámica del mercado deja en evidencia que, pese a ciertos rebotes puntuales, la incertidumbre domina las decisiones de inversión. El inicio de octubre hereda el clima de volatilidad de septiembre y anticipa un mes en el que la política y la economía estarán entrelazadas de manera inevitable.
Bonos en dólares: quinta jornada de retrocesos
Los títulos soberanos bajo legislación extranjera volvieron a sufrir un duro golpe en la primera rueda del mes. El AE38D cayó 2,2% y se negocia en torno a los 50 dólares, mientras que el Bonar 2041 (AL41D) retrocedió 2% hasta los 46 dólares. La presión vendedora es evidente y se explica por la persistente aversión al riesgo argentino.
Esta secuencia de bajas acumula ya cinco jornadas consecutivas, lo que refleja la salida de inversores que prefieren desarmar posiciones ante la cercanía del proceso electoral. El temor a un escenario de reestructuración o a nuevas tensiones en la política económica del próximo gobierno profundiza la caída de las cotizaciones.
El aumento del riesgo país confirma esta tendencia: lejos de mejorar, la percepción de los acreedores internacionales respecto a la sostenibilidad de la deuda argentina sigue deteriorándose. La falta de un programa económico integral y la debilidad de las reservas internacionales limitan la capacidad de recuperar confianza en el corto plazo.
Los analistas coinciden en que, sin señales claras de estabilización fiscal y monetaria, los bonos seguirán vulnerables a nuevos castigos. En ese marco, la deuda soberana continúa siendo el eslabón más frágil de la cadena financiera argentina, expuesta tanto a la incertidumbre interna como al contexto internacional de tasas altas.
Acciones líderes: en un clima de cautela
En el mercado local de renta variable, el Merval cayó 0,4%, movimiento que responde más al empuje del dólar CCL que a un cambio en las expectativas. La cobertura cambiaria aparece como la principal explicación detrás de la contención en la baja en el panel líder.
Entre las principales bajas se destacaron Grupo Supervielle (-3,4%), BYMA (-2%), Banco Macro (-1,9%), y Metrogas (-1,5%).
El clima de fragilidad sigue presente. El equity argentino no logra despegar como clase de activo de inversión, y los flujos muestran que la preferencia se mantiene en instrumentos defensivos o dolarizados. La cercanía de las elecciones limita cualquier rally alcista sostenido.
ADRs argentinos en Wall Street: mayoría en rojo
La performance de los ADRs argentinos en Wall Street volvió a ser negativa, lo que confirma la desconfianza de los inversores extranjeros. Entre los papeles más castigados se encuentran Mercado Libre, que retrocedió 5,9%, y el Banco Supervielle, que perdió 4,4%. También cayeron Loma Negra (-3,4%), Grupo Financiero Galicia (-3,3%) y Banco Macro (-3,2%).
El mal desempeño de los ADRs se explica por la percepción de riesgo político y la falta de un horizonte claro en materia de estabilidad económica. Para los fondos internacionales, la proximidad de las elecciones refuerza la estrategia de reducir exposición al país, a la espera de definiciones más concretas.
Aunque algunos papeles logran limitar las pérdidas, el balance general sigue siendo negativo. Esta dinámica contrasta con el leve repunte del Merval en Buenos Aires, lo que muestra que mientras los inversores locales buscan cobertura vía CCL, los extranjeros prefieren desarmar posiciones directamente.
El escenario deja una conclusión clara: la visión externa sobre los activos argentinos sigue siendo crítica. La caída de los ADRs funciona como termómetro de la falta de confianza en la capacidad del país de generar condiciones estables para la inversión.
Riesgo país y perspectivas hacia las elecciones
El aumento del riesgo país es una señal inequívoca de la tensión en los mercados. La prima que exigen los acreedores para financiar a la Argentina refleja la falta de confianza en la capacidad de repago y marca un desafío central para cualquier programa económico futuro.
A este factor se suma la proximidad de las elecciones presidenciales del 26 de octubre. Las encuestas no auguran un resultado favorable para el oficialismo, lo que alimenta dudas sobre la continuidad política y sobre la orientación que tomará la economía en el corto y mediano plazo.
El proceso de dolarización de carteras se acelera: inversores y empresas buscan protegerse ante un escenario de mayor volatilidad cambiaria. El repunte del CCL, que impulsó al Merval, es parte de este movimiento defensivo que se intensifica a medida que se acorta el calendario electoral.
En este contexto, los analistas advierten que octubre será un mes de alta tensión para los mercados. La combinación de bonos en baja, ADRs castigados y un Merval sostenido solo por el dólar financiero refleja un clima de fragilidad estructural que difícilmente se revierta sin definiciones políticas claras.