• 5/12/2025
ALERTA

Wall Street filtró un dato clave que sacude al mercado: cuáles son los 18 nuevos "Google" del futuro

Un reporte anticipa qué sectores moverán USD 48 billones para 2040. Por qué los grandes bancos estiman que se está ante el mayor reordenamiento en 30 años.
05/12/2025 - 12:15hs
wall street

El mundo está ingresando a una fase de transformación acelerada y profunda, impulsada por la superposición de avances tecnológicos, cambios demográficos y nuevas necesidades productivas. Según un informe de McKinsey & Company, existen 18 sectores estratégicos que, combinados, podrían generar entre USD 29 y 48 billones en ingresos hacia el año 2040. Para dimensionarlo: ese monto equivale a entre el 18% y el 34% del crecimiento total del PBI global. No se trata de tendencias pasajeras, sino de los cimientos de la economía que viene.

Estos sectores no crecen de forma lineal, sino exponencial, y están redefiniendo dónde se concentra el capital global. El comercio electrónico aparece como el gigante por volumen, con un potencial de hasta USD 20 billones. Pero el verdadero impacto, en términos de aceleración, se encuentra en áreas como la inteligencia artificial, la biotecnología, la robótica y la transición energética, que muestran tasas de crecimiento anual que superan cómodamente los dos dígitos.

En Wall Street ven este fenómeno como un "nuevo superciclo" comparable al nacimiento de internet a fines de los ’90, pero con consecuencias mucho más tangibles para la economía real. Bancos como Goldman Sachs, JP Morgan y Morgan Stanley ya están reconfigurando sus carteras recomendadas para sobreponderar estas industrias emergentes, convencidos de que serán los motores de valor de las próximas dos décadas.

Para el inversor minorista, este mapa funciona como una brújula. Estar expuesto a estas 18 arenas no implica adivinar cuál será el próximo unicornio, sino entender que el crecimiento estructural se desplazó hacia sectores que, por necesidad global, están condenados a expandirse. A continuación, los cuatro grandes bloques que explican este megaciclo económico.

La revolución digital: IA, nube y chips como el nuevo poder económico

La primera gran arena de crecimiento es la infraestructura digital, impulsada por la expansión masiva de la inteligencia artificial. McKinsey estima que los servicios de IA pasarán de USD 85.000 millones en 2022 a casi USD 4,6 billones en 2040. Es un salto monumental que refleja el rol de la IA como motor central de productividad. Goldman Sachs agrega que la IA generativa podría elevar el PBI mundial un 7% en la próxima década, equivalente a sumar una nueva economía del tamaño de Alemania.

Este crecimiento sería imposible sin una columna vertebral tecnológica: los servicios en la nube, que podrían trepar a USD 3,4 billones. La nube ya no es un apoyo digital, sino la infraestructura crítica sobre la que funcionan empresas, gobiernos, bancos, sistemas sanitarios y fuerzas de seguridad. En paralelo, la ciberseguridad aparece como guardián indispensable del ecosistema, con un potencial económico de USD 1,2 billones dado el aumento global de ataques sofisticados.

Otro engranaje clave son los semiconductores, que podrían convertirse en un mercado de hasta USD 2,4 billones. En Bank of America lo definen como "el petróleo del siglo XXI", porque sin chips no hay IA, no hay automatización, no hay vehículos inteligentes ni sistemas de defensa. La disputa geopolítica por el control del suministro de chips es hoy tan estratégica como lo fue la energía en el siglo pasado.

La lectura para el inversor es simple: la tecnología dejó de ser un sector vertical para convertirse en una capa horizontal que atraviesa todos los modelos de negocio. Desde la publicidad digital, que podría mover casi USD 3 billones, hasta la industria del gaming, estas plataformas capturarán gran parte del valor agregado del siglo XXI.

Movilidad y energía: el reordenamiento que acelera el fin de los combustibles fósiles

El segundo bloque lo lidera la movilidad eléctrica. McKinsey proyecta que los vehículos eléctricos podrían generar hasta USD 3,2 billones hacia 2040. Bancos como Morgan Stanley se muestran firmemente alcistas, convencidos de que la paridad de precios con los autos a combustión hará que la adopción masiva sea inevitable. Ya no es una discusión de "si", sino de "cuándo".

Este crecimiento se apoya en la industria de baterías, que podría mover alrededor de USD 1,1 billones. El almacenamiento de energía será tan importante como la generación, especialmente para redes eléctricas que dependen de fuentes renovables. Dentro de este bloque, la fisión nuclear avanzada, aunque más pequeña en volumen, aparece como una pieza crítica para garantizar una matriz energética estable y libre de carbono.

La movilidad del futuro también despega —literalmente— del suelo. McKinsey estima que la movilidad aérea avanzada, como taxis aéreos y drones de carga, puede representar un mercado de USD 340.000 millones. En paralelo, la conducción autónoma podría alcanzar los USD 2,3 billones, generando un salto en eficiencia logística y transporte urbano comparable al impacto del automóvil en el siglo XX.

A diferencia del software, este bloque exige fábricas, metales, robots, sensores, autopistas inteligentes y redes eléctricas robustas. Es, en esencia, la nueva economía física del mundo. Las empresas que logren dominar estas cadenas productivas serán las equivalentes a las petroleras del siglo pasado.

Salud y biotecnología: la carrera por vivir más, mejor y más barato

El tercer pilar es la revolución en salud y biotecnología, con impacto directo en la expectativa y calidad de vida. Uno de los segmentos más explosivos son los medicamentos contra la obesidad, que según McKinsey pueden llegar a USD 280.000 millones. Para JP Morgan, los fármacos GLP-1 —como los recientes éxitos comerciales globales— representan "uno de los mayores hitos farmacéuticos de la historia moderna".

La biotecnología industrial y de consumo podría escalar hasta los USD 900.000 millones. Se trata de un universo que abarca desde materiales biodegradables hasta proteínas alternas y terapias génicas personalizadas. Goldman Sachs define este fenómeno como la bio-revolución, una ola innovadora aún subestimada que transformará la agricultura, la medicina y la industria.

La robótica funciona como columna transversal de este ecosistema, con un mercado de hasta USD 910.000 millones. Automatiza cirugías, mejora diagnósticos y permite sistemas de cuidado para adultos mayores en un mundo que envejece aceleradamente. La convergencia entre robótica e inteligencia artificial promete mejoras drásticas en precisión, eficiencia y reducción de costos.

Invertir en salud hoy no es apostar sólo por farmacéuticas tradicionales. Es entrar en un ecosistema donde la ciencia, la robótica y la computación se fusionan para resolver problemas de raíz. Es un escenario de alto riesgo regulatorio, pero también de recompensas financieras extraordinarias para quienes identifiquen a tiempo a los líderes del sector.

Consumo del futuro: e-commerce, pantallas y la nueva economía espacial

El último bloque es el del consumo del futuro, donde se mezclan hábitos digitales, experiencias inmersivas y nuevas formas de entretenimiento. El comercio electrónico será el gigante absoluto, con potencial para mover USD 20 billones en 2040. Aunque parezca maduro, sigue expandiéndose gracias al social commerce, la realidad aumentada y la logística ultrarrápida.

La publicidad digital podría mover cerca de USD 3 billones, impulsada por la IA que optimiza campañas al milímetro. A su vez, el sector compuesto por videojuegos y streaming podría superar los USD 2 billones, consolidándose como la principal industria cultural del planeta.

La sorpresa del informe está en el espacio exterior: la economía espacial podría alcanzar USD 1,6 billones. Desde turismo orbital hasta internet satelital global, las barreras de entrada se reducen cada año. Bancos como Citi hablan de una "nueva fase" donde el espacio pasará de ser monopolio estatal a plataforma de negocios privados.

Este bloque ilustra cómo el consumo del futuro será híbrido: físico, digital y, ahora, también espacial. Las empresas que integren estas capas capturarán una enorme porción del gasto global.

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