Acciones de esta empresa de Vaca Muerta es la preferida de la City: prevén salto del 35%
Las acciones de Pampa Energía volvieron a ganar protagonismo en las mesas de la City y entre los inversores internacionales. Un informe reciente de Proficio Investment inició cobertura sobre la compañía y fijó un precio objetivo de u$s121 para fines de 2026, lo que implica un potencial de suba del orden del 35% frente a las cotizaciones actuales en Nueva York.
La hipótesis de informe se centra en que el mercado todavía no termina de incorporar en precios la magnitud del crecimiento operativo que la empresa podría mostrar en los próximos años.
La tesis de inversión se apoya en una combinación de factores estructurales. Por un lado, el fuerte impulso que comienza a tomar el negocio de oil and gas en Vaca Muerta. Por otro, la estabilidad y previsibilidad que aporta el segmento de generación eléctrica en un contexto de reforma del mercado energético.
A eso se suma una valuación que, en términos relativos, sigue luciendo exigente frente a sus pares y frente a su propio potencial de generación de caja.
En la actualidad, la acción cotiza a múltiplos que no reflejan plenamente el cambio de escala que se espera a partir de 2026. Según el informe, Pampa opera en torno a 6,6 veces EV sobre EBITDA estimado para 2025, mientras que el EBITDA consolidado podría trepar hasta u$s1.122 millones en 2026, con una mejora sostenida de márgenes y una estructura financiera que se mantiene bajo control.
La combinación de crecimiento y estabilidad es, para los analistas, el principal atractivo del papel.
Vaca Muerta como motor
Pampa cuenta con una posición relevante en Vaca Muerta, tanto en shale oil como en shale gas, y con una cartera de bloques que todavía tiene mucho margen por desarrollar. Durante años, el foco de la compañía estuvo más puesto en el gas natural.
Sin embargo, a partir de 2024 el crecimiento comenzó a desplazarse con mayor fuerza hacia el crudo, especialmente en el bloque Rincón de Aranda.
Los datos operativos que surgen del informe muestran que los pozos ya conectados en esa área presentan rendimientos alineados con los mejores desarrollos de la cuenca. En ese contexto, el escenario base contempla que la producción de crudo pueda escalar hasta 58.000 barriles diarios, superando con holgura las previsiones originales presentadas en el Investor Day 2024. La clave es que Pampa todavía no agotó el potencial geológico de sus bloques y cuenta con equipamiento suficiente para acelerar el ritmo de perforación sin enfrentar cuellos de botella significativos.
En gas natural, el panorama resulta igual de atractivo. Los bloques Sierra Chata y El Mangrullo muestran niveles de productividad que prácticamente duplican los de otros yacimientos comparables, lo que se traduce en menores requerimientos de inversión para sostener y expandir volúmenes.
Este punto es central, porque mejora la rentabilidad del negocio incluso en escenarios de precios más conservadores.
Además, el crecimiento en gas está directamente ligado a la ampliación de la infraestructura de transporte. La finalización de la ampliación del Gasoducto Perito Moreno y la entrada en operación de los proyectos de LNG flotante en los que participa la compañía permitirían elevar la producción hasta 20,4 millones de metros cúbicos diarios hacia el final de la década, lo que representa un incremento superior al 50% frente a los niveles esperados para 2025. Este salto consolida a Pampa como uno de los jugadores clave del esquema exportador de gas argentino.
Disciplina de inversión y foco en rentabilidad
Un aspecto que el mercado suele valorar es la disciplina en el uso del capital. En ese sentido, el informe destaca que Pampa mantiene un enfoque prudente en materia de Capex, con inversiones orientadas a proyectos de alta productividad y retorno claro. La compañía cuenta con tres equipos de perforación y un set de fractura que le permiten sostener el crecimiento proyectado sin necesidad de desembolsos extraordinarios en equipamiento adicional.
Esta estrategia se refleja en la evolución esperada del EBITDA del segmento de oil and gas, que podría estabilizarse por encima de los u$s1.200 millones hacia el final de la década, incluso bajo supuestos conservadores de precios internacionales. La lectura es clara la compañía no necesita un escenario excepcional para generar valor, sino simplemente ejecutar de manera consistente su plan de desarrollo.
Generación eléctrica
El segundo pilar del caso de inversión es el negocio de generación eléctrica. Pampa es la mayor generadora privada del país, con una capacidad instalada que supera los 5.400 MW y una participación de mercado cercana al 15%. Este segmento explica aproximadamente 40% del EBITDA total, con flujos de caja estables y una volatilidad sensiblemente menor a la del upstream.
La reciente reforma del Mercado Eléctrico Mayorista introduce un cambio de reglas que podría resultar muy favorable para la compañía. El nuevo esquema tiende a premiar a las centrales más eficientes y a aquellas que cuentan con autoabastecimiento de combustible, un punto donde Pampa corre con ventaja por la ubicación estratégica y la eficiencia de sus centrales térmicas.
De acuerdo con estimaciones de la propia empresa, la normalización del mercado eléctrico podría mejorar el EBITDA del segmento entre 10% y 15%, con un esquema de ingresos crecientemente dolarizados. Este factor no solo potencia los resultados, sino que también reduce el riesgo macro y la exposición a descalces cambiarios.
Además, la generación eléctrica funciona como un amortiguador frente a los vaivenes de los precios internacionales del crudo y del gas. Esta diversificación explica por qué la valuación de Pampa es menos sensible a los shocks externos que la de otras petroleras más concentradas en el upstream.
Menor sensibilidad
Otro punto que subraya el informe es la menor sensibilidad del precio objetivo frente a variaciones en los precios de la energía. Cada movimiento de 1% en el Brent impacta menos de 1% en el valor teórico de la acción, mientras que la sensibilidad al precio del gas es todavía más baja. Esto se debe al peso del negocio eléctrico y a la estabilidad de sus flujos de caja.
En un contexto internacional marcado por la volatilidad y la incertidumbre en torno a las tasas de interés y al crecimiento económico, este perfil defensivo relativo se vuelve especialmente atractivo. Pampa combina exposición a Vaca Muerta, uno de los principales activos energéticos de la región, con un negocio regulado que aporta previsibilidad y sostén financiero.
El mercado aún no termina de reflejar
Con una deuda manejable, un nivel de apalancamiento bajo y proyectos de crecimiento ya encaminados, Pampa Energía vuelve a posicionarse como una de las historias más sólidas dentro del sector energético argentino. El potencial de suba del 35% que surge del informe de Proficio Investment no descansa en supuestos agresivos, sino en la ejecución de un plan que ya está en marcha.
La sensación entre los analistas es que el mercado todavía mira a la compañía con lentes del pasado, sin internalizar completamente el cambio de perfil productivo y la mejora estructural que se espera a partir de 2026.
Si esos catalizadores comienzan a materializarse, la acción podría recuperar protagonismo y cerrar parte de la brecha que hoy separa su precio de su valor teórico.