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Tarjetas de crédito: financiarse cuesta hasta un 65% anual

La financiación con plásticos tiene costos no siempre contemplados a la hora de determinar la tasa final que se aplica sobre saldos. Conozca el impacto
31/08/2007 - 14:01hs
Tarjetas de crédito: financiarse cuesta hasta un 65% anual

De una recorrida por la información que brinda el Banco Central de la República Argentina (BCRA) en su Régimen de Transparencia surge que el costo por financiación con tarjetas de crédito supera ampliamente los niveles de inflación.


Si bien el promedio de tasas de interés es del 29%, se ubican niveles máximos del 65% para una tarjeta Mastercard financiada por Del Plata; seguida por la Visa de Credilogros, cuya tasa en julio era del 60%, y por Century administrada por GE, que aplica una tasa del 55 por ciento.

En el ángulo opuesto se ubica el Banco Ciudad que para sus tarjetas Visa y Mastercard cobra el 18,75 por ciento.

Sin embargo, no es único costo a tener en cuenta. Debe sumarse el gasto administrativo mensual que se aplica sobre el resumen, en forma independiente al nivel de compras. En el conjunto de las entidades el costo promedio es del orden de $8, con un máximo de 15 pesos.

Pero eso no es todo, ya que en muchos casos se cobran cuotas de renovación anual que pueden oscilar entre los $12 y los $800 anuales, con un promedio, entre las entidades que las cobran de $138 anuales.

Entonces, quien financia un saldo de $500 a una tasa promedio del 29%, durante el lapso que media entre el cierre del ciclo de compras y el vencimiento de la factura, con una comisión de gastos administrativos y costos administrativos por renovación, terminará pagando una tasa total del 62%, en tanto que con una tasa máxima del 65% anual, su costo financiero se extenderá al 97 por ciento.

Claramente que este nivel de tasas produce dos efectos: por un lado encarece el costo final de las compras y reduce, en función de la tasa que se compre, el margen de compra futuro del cliente y justifica el malhumor de los clientes al momento de leer su resumen.

Los plásticos en el paí­s
La tarjeta de crédito propiamente dicha tiene –entre otros beneficios adicionales que brinda - dos caracterí­sticas principales complementarias e imprescindibles, que motivan a los consumidores a solicitarla o utilizarla: actúa como un medio de pago, y la segunda es que permite diferir el pago de una compra en el tiempo, y se ha convertido así­ en una importante herramienta para acceder de manera rápida a un "préstamo" que permite financiar los gastos de consumos.

Según la última información disponible, el sistema financiero administra más de 13 millones de plásticos. Se calcula que cuatro de cada diez personas tienen tarjetas de créditos, que se distribuyen en unos 9 millones de titulares. Esta última cifra prácticamente no ha variado en lo que va del año, pero es un 30% superior a la vigente en diciembre del 2005.

Dicho incremento también se refleja en el número de plásticos emitidos. De ese total, un 93% corresponde a tarjetas estándar y el resto a plásticos preferenciales (oro, platinum y corporate, entre otros).

Algunas cuestiones puntuales como la devolución del Impuesto al Valor Agregado (IVA), la extensión de plazos de financiación sin interés, y bonificaciones en estaciones de servicio, supermercados y cadenas de electrodomésticos alteraron las pautas de consumo y alentaron el consumo con tarjetas.

Tal es así­ que cuatro de cada diez argentinos posee tarjeta de crédito y la utiliza con frecuencia. Esta situación es radicalmente opuesta a la existente en el año 2002 cuando quedaron fuera de circulación unos 4,5 millones de tarjetas.

En la actualidad el consumo con tarjetas es superior a los $3.000 millones mensuales, con un stock de financiaciones de esos consumos que ronda los $7.600 millones. Este volumen de financiaciones representa algo así­ como el 40% del total de lí­mites de financiación que los bancos otorgan a sus clientes.

Pero si se lo compara con Brasil, el gasto es muy bajo, ya que para el primer semestre del año el consumo promedio con tarjeta del brasileño medio fue de u$s 7.000 mensuales frente a los u$s 1.000 de los argentinos.

En el orden local, en promedio, las transacciones con tarjetas representan el 40% de las cadenas de hipermercados, el 55% en los shopping y el 65% en centros de alto poder adquisitivo.

Cuando llega el resumen
Más allá de estas dos caracterí­sticas, en momentos en que el consumo crece en forma sistemática, para quien utiliza la tarjeta de crédito, existen dos momentos culminantes. El primero es el más gratificante, el de la compra propiamente dicha. El segundo, suele venir acompañado de una elevada dosis de adrenalina: la lectura del resumen con todos los gastos incurridos más esa oscura telaraña conformada por variables no controladas por el consumidor y que está conformada por cuestiones tales como la tasa de financiación que fija la entidad bancaria, los gastos administrativos, de renovación, etc., etc.

En lí­neas generales, los usuarios de tarjetas de crédito privilegian cuestiones subjetivas por sobre cuestiones objetivas. Dan mayor prioridad a los beneficios de la tarjeta que al costo de la misma. No obstante, hay una cuestión que les genera un alto grado de disconformidad y es la falta de información sobre costos y en particular cuando estos son elevados.

De acuerdo a lo informado por Notibancos, una de las cuestiones que generan la mayor disconformidad es la falta de claridad en la Información sobre Costos. Por otra parte, también genera mal humor lo engorroso que significa lograr un aumento de los lí­mites de financiación, muchas veces estancados desde hace años, incluso desde el 2001.

En sentido inverso, lo que más valoran los clientes son las cuotas sin interés, beneficios y descuentos, adecuadas tasas de financiación.

El mercado en números

  • Se calcula que 4 de cada 10 argentinos poseen tarjetas de créditos.
  • Sólo un 7% dispone de plásticos preferenciales (gold, platinum, corporate). El resto utiliza los plásticos estándar.
  • La mitad de los plásticos pertenecen a Visa (37%) y a Mastercard (14%).
  • Si a ambas se suma Tarjeta Naranja (11%) y American Express (6%), se llega a que entre las 4 alcanzan el 70% del share.
  • Diez bancos son los principales emisores: HSBC, Santander Rí­o, BBVA Francés y Galicia, lideran el ranking.
  • Banco Macro conforma grupo económico con los bancos Suquí­a, Tucumán y Bisel. Si se considera a ese conjunto de bancos como una unidad, el Grupo Macro ocupa el cuarto lugar en el ranking de emisión de plásticos y el segundo en el de cantidad de titulares de tarjetas.
  • La financiación de consumos con tarjeta de crédito tiene un amplio margen de expansión: los titulares sólo hacen uso del 40% del lí­mite de financiación permitido.
  • Ocho de cada diez individuos de la franja 45-54 años utiliza a la tarjeta de crédito como medio de pago.
  • Las transacciones a través de la tarjeta de crédito representan el 40% en las cadenas de hipermercados, 55% en los shopping y 65% en los centros de alto poder adquisitivo (Patio Bullrich, Galerí­as Pací­fico y Paseo Alcorta).
  • La falta de claridad en la información sobre los costos es la principal disconformidad de los clientes.

Rubén Ramallo
rramallo@infobae.com
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