Plazo fijo: las tasas de bancos privados, las que más subieron
Antes de la crisis de las hipotecas subprime de los EEUU, las tasas pasivas promedio por grupo de bancos presentaron un comportamiento relativamente estable.
Hasta ese momento existía una clara diferenciación por tipo de bancos, en la que las entidades públicas se movían en un rango que iba del 6 al 7 por ciento, los privados pagaban un punto más y las entidades no bancarias oscilaban, aunque con una banda más amplia, entre el 10 y 12 por ciento anual.
Es decir, que en ese contexto las no bancarias pagaban unos cuatro puntos más que los privados y el doble que los públicos.
Pero a partir de que se hizo público el colapso hipotecario norteamericano, que trajo aparejado problemas de iliquidez, las tasas comenzaron a subir en forma significativa en la banca privada y en mucho menor medida en las no bancarias y en los oficiales.
Las razones de esta diferenciación son que los privados eran los más necesitados de fondos, a lo que se sumaba la necesidad de mantener sus stocks de depósitos y a que sus tasas en términos de inflación estaban claramente retrasadas.

Para las no bancarias, la suba se debía casi exclusivamente a la necesidad de superar la iliquidez transitoria, pues sus tasas eran competitivas más allá de un mayor riesgo implícito.
En tanto que la banca oficial, que cuenta con un elevado volúmen de fondos proveniente del propio sector público, las adecuó levemente en un movimiento de acompañamiento.
Esta suba y el consiguiente achicamiento de las diferencias se extendió en un primer episodio hasta la tercera semana de septiembre, pues más allá de esa fecha comenzó un fuerte descenso de las tasas que duró hasta fines de ese mes.
A partir de los primeros días de octubre, comenzó a regir una especie de vigilia preelectoral, que afectó los depósitos de la mayoría de las entidades, por lo que estas debieron incrementar los rendimientos nuevamente hasta fines de mes.
Producto de esta situación, la banca pública se estabiliza en un nivel de tasas que se ubica entre 7 y 8 por ciento anual, en tanto que los bancos privados pasaron del 10,6 al 11,7 por ciento en pocos días, con lo cual se ubicaron a sólo 70 puntos básicos de lo abonado en promedio por las entidades no bancarias. Este diferencial es el menor de toda la serie del año 2007.
Tasas por plazos
A priori cabe esperar que cuanto mayor sea el plazo, mayor será la tasa que ofrecen los bancos. En el caso de las entidades públicas, en momentos de liquidez normal se marca una diferencia de 1 a 1,5 puntos a favor de las colocaciones a más de 60 días con respecto a los plazos menores, pero en momentos de turbulencias las tasas llegaron a neutralizarse.
En el caso de los privados, las diferencias no superaron, salvo contadas excepciones, el punto porcentual y en cuanto a las no bancarias, llegaron a existir diferenciales superiores a los 550 puntos porcentuales, mientras que el promedio fue de 240 puntos básicos, aunque con una elevada volatilidad, ya que también se registraron valores negativos.
Diferencias por montos depositados
La banca oficial prácticamente no aplica diferencias de tasas de interés por montos depositados. A lo largo de toda la serie la brecha se ubica en no más de un punto porcentual, lo cual sería un indicio de la escasa o nula flexibilidad con que cuentas los responsables de las sucursales o de los sectores de inversiones para beneficiar a los ahorristas que cuentan con mayores montos.
Diferente es la situación de los bancos privados, pues si bien en épocas de liquidez normal no presentaban mayores diferencias de tasas en cuanto a montos depositados, a partir de la crisis comenzaron a marcar fuertes diferencias en función de los mayores plazos, que en los momentos de máxima tensión llegaron a superar los 560 puntos básicos, mientras que según la última información disponible, se ubican en los 470 puntos básicos, es decir en 4,7 puntos porcentuales.

Por último, con respecto a las no bancarias, se repite el esquema de los bancos públicos, aunque sobre niveles marcadamente superiores. De esto surge que las entidades privadas son las que tienen la mayor flexibilidad a la hora de diferenciar y premiar los montos mayores.
Apertura de las tasas de interés que se cobran por montos
- Segmento hasta $99.999
Por lo general los ahorristas de este segmento son los menos beneficiados por las tasas que les abonan los bancos. Las entidades financieras suelen aplicarles las denominadas tasas básicas, con escaso margen para otorgar una retribución adicional. A lo largo de todo el año, incluyendo los momentos más álgidos de iliquidez, las tasas de los diferentes grupos de bancos no superaron en más de un punto las precedentes.
- Segmento hasta $499.999
Con mayores montos, comienza a abrirse la brecha entre bancos y por períodos. Así, en los últimos dos meses, los bancos públicos pasan del 6 al 8%, en tanto que los privados incrementan las tasas en tres puntos en igual período y llegan al 11%, pero la mayor dispersión se observa en las no bancarias, que con alta volatilidad generan una banda que partiendo del 10% fluctúa entre el 12 y el 14%.
- Segmento hasta $ 999.999
Los montos de este "cajón" son más que apetecibles de parte de los bancos. Es por ello que, salvo en la banca pública que mantiene las mismas tasas que en segmento inferior, las tasas abonadas suelen ser sustancialmente superiores. Tal es así, que los bancos privados, que en promedio pagaban tasas del 8% precrisis, saltaron más del 50% para llegar a niveles del 12% anual, con lo que igualan en la actualidad las pagadas por las no bancarias, lo cual indica cierta distorsión en la formación de las tasas, dado el riesgo que distingue a cada uno de estos segmentos. En el caso de estas últimas entidades, se registran operaciones del orden del 18% anual, aunque su actividad en este segmento es menos habitual.
- Segmento de más de $1.000.000
Los bancos oficiales no deben enfrentar los problemas de iliquidez del resto de la banca por los fondos que provienen del propio sector público y esto se refleja en una menor necesidad de fondos de grandes inversores, ya sea particulares o institucionales. Esto hace que mantenga el mismo rango de tasas que en los casos anteriores.
- Los bancos privados han incrementado sustancialmente los rendimientos en este segmento, pues pasaron de un 8% anual a un máximo del 14%, para luego retroceder al 11,75% y a partir de ese nivel comenzaron a subir en forma acelerada y hasta la última información disponible rondaban el 12,75%. Las no bancarias se movieron con mayor volatilidad, pues luego de llegar a un 16%, se ubican hoy en un rango que va del 12,7% al 14,8%. Este segmento es muy importante, ya que a partir de la encuesta que realiza el Banco Central, se obtiene la denominada tasa Badlar, que el la base de la mayoría de las operaciones de crédito, como ser los préstamos con tasa variable.
De aquí en más, una vez superada la incertidumbre propia del período preelectoral cabe esperar que los depósitos comiencen a recuperar parte del terreno perdido, con niveles de tasas que podrían ir descendiendo en forma gradual, aunque ubicándose por encima de los momentos previos a la crisis de las hipotecas.
Historicamente, primó la idea de que las tasas en pesos deben ganarle a la inflación, ya que de lo contrario, pierden su atractivo. De ser así, las tasas actuales dejarían mucho que desear, aún sin saber cual es la inflación real. Pero, en un país en el que el ahorrista calcula el rendimiento de sus inversiones en términos de dólares, esta afirmación parece ser una falacia y la ecuación daría un resultado más que positivo. Es cuestión de hacer los cálculos, teniendo en cuenta que en el último año el billete verde no subió más del 2,3%.
Rubén Ramallo
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