En lo que va del año, el Banco Central de Uruguay compró u$s1.200 M para sostener el dólar
Un escenario de inflación convergente con el rango oficial, dólar estabilizándose y a la suba, y una política monetaria que no sería más contractiva para no enfriar la economía, fue planteado ayer por el presidente del Banco Central de Uruguay (BCU), Walter Cancela.
Sin duda que los acontecimientos que se registran en Argentina generan inquietud en el vecino país. No obstante, Cancela afirmó que "no estamos previendo una crisis en el sistema financiero argentino, está sólido, ellos también han hecho avances muy fuertes en materia de regulación y solvencia del sistema financiero y no hay ningún indicador de situación parecido a lo ocurrido en 2001".
Tras ello agregó: "No vemos un flujo de capital especulativo desde Argentina. No estamos viendo tampoco una dependencia comercial con Argentina como la tuvimos en el pasado, ni siquiera en el turismo donde bajó fuertemente la incidencia argentina gracia a que creció la de otros países".
Respecto de la evolución del dólar, Cancela sostuvo que su previsión es que su valor a nivel internacional "está entrando en una zona de estabilidad y, probablemente, de recuperación en los próximos años".
Por ello, aseguró que "mantener el régimen actual de un mercado de cambio flexible y abierto sin compromiso oficial por un valor de la moneda, es el mejor seguro para evitar cualquier tipo de vulnerabilidad que provenga de cambios en los valores de la moneda".
De cualquier forma aseguró que en el gobierno "no estamos dispuestos a que por razones especulativas o por razones coyunturales el tipo de cambio fluctúe en forma excesiva".
Para probarlo subrayó que en lo que va del año el gobierno y el BCU han adquirido "hasta el miércoles US$ 1.200 millones en el mercado en el cual a esta altura del año las compras oscilan en el orden de unos US$ 600 millones".
Explicó que todo ese exceso de compra "está en las reservas internacionales del BCU que están rindiendo relativamente buenas rentas a pesar de la baja de las tasas internacionales".
Ante la pregunta de cómo se evitará que la inflación supere la meta fijada, Cancela dijo que "una política más contractiva que la actual podría poner en riesgo aspectos del funcionamiento de la economía real".
Recordó que la presión sobre los precios "proviene fundamentalmente del aumento de precios de las materias primas, en particular del petróleo, y no de una presión todavía de la demanda sobre los precios".
Para probarlo sostuvo que "las últimas cifras volvieron a confirmar lo mismo, el crecimiento del PIB está por delante del crecimiento del gasto interno y eso habla de que hay un equilibrio entre oferta y demanda en términos agregados".
Cancela sostuvo que mediante la combinación de las políticas fiscal y monetaria se ha logrado controlar los shoks inflacionarios provenientes del exterior, ante lo cual un asistente le preguntó cómo se explica entonces la exigencia de los sindicatos de mantener activo el gatillo salarial en períodos más cortos a los propuestos por el gobierno para la próxima ronda de negociación en los Consejos de Salarios.
Si bien el funcionario respondió que se le debería preguntar a los sindicatos, supuso que se debe a que éstos pretenden prevenirse "contra posibles desalineamientos" de la política antiinflacionaria.
No obstante, sostuvo que "mientras se siga manteniendo la coherencia en las políticas y el compromiso que esta administración ha asumido con la estabilidad macroeconómica, las cláusulas gatillo podrán estar en cualquier convenio pero nunca van a estar operativas".
Deudas familiares en orden
El presidente del BCU, Walter Cancela, le bajó el perfil a un posible sobrendeudamiento de las familias. Sostuvo que en relación a su capacidad de pago el endeudamiento con la banca no supera el 8% y que cuando se considera también a los préstamos que otorgan las administradoras de crédito -unos u$s 200 millones en la actualidad- éstos se ubica en torno al 10%.
Cancela admitió que la relación crece cuando se consideran también las deudas con el BHU, pese a lo cual en ese caso es inferior al 25% de los ingresos del núcleo familiar, concluyó