¿Usted sabe qué son las cédulas hipotecarias?
Durante varias décadas las cédulas hipotecarias argentinas se constituyeron en un importante instrumento dentro del mercado de capitales argentino, convirtiéndose en uno de los vehículos preferidos para canalizar el ahorro de mediano y largo plazo y constituyéndose en la principal vía de acceso al crédito para empresas e individuos.
Tal es así que en el acto del lanzamiento, el presidente del Banco Hipotecario, Eduardo Elszatain, ponderó "este instrumento de ahorro y fomento" para la adquisición de la vivienda propia, y destacó que desde 1880, y por más de 60 años, operaron de manera ininterrumpida en el país.
En términos simples se puede resumir que las cédulas hipotecarias son títulos destinados al mercado de capitales que están respaldados por garantías de hipotecas sobre inmuebles y que ofrecen mecanismos predeterminados de devolución e interés por el capital aportado.
En líneas generales, quien las adquiere le presta su dinero al banco a cambio de un determinado rendimiento. La diferencia entre este instrumento, más allá de las garantías, con un plazo fijo, pasa porque es de más largo plazo. A partir de esta definición, se las puede caratular como una mezcla entre un depósito a plazo y un título público. El primer punto se debe a que se le asegura una determinada renta y el segundo a que puede ser negociado en cualquier momento.
Claro está que en este último punto se corre el riesgo de que al momento de venderlas, su cotización sea inferior a la técnica, lo cual puede producir incluso una pérdida.
La seguridad y solidez del título está dada por la calidad y el valor de la cartera de inmuebles que lo respaldan, dependiendo la rentabilidad de las condiciones de actualización e interés, entre otras, previamente determinadas y que sean viables en función del giro de negocios que resulte del capital obtenido.
En esta oportunidad, el Banco Hipotecario emitirá dos series, la IX y la X, cuya colocación comienza el 12 de agosto y se extenderá hasta el 21 de este mes.
La serie IX fue emitida en pesos y otorgará un rendimiento similar a la tasa Badlar, que se otorga para colocaciones por más de un millón de pesos, mas una tasa que en el mercado se estima en un dos por ciento. Para la Serie X en dólares el rendimiento será del dos por ciento anual.
Cabe señalar que entre el 2006 y el 2007, el Hipotecario emitió tres series "con excelente desempeño, pleno cumplimiento y alto porcentajes de sobre subscripción", según el propio banco.
Las cédulas son títulos destinados al mercado local y se estructuran a través de dos fideicomisos organizados y colocado por el Banco de Valores.
El objetivo de la emisión es colocar unos 7.000 préstamos para lo que resta del año. La colocación de los fondos contará con el pleno apoyo de la Anses, que comprará las cédulas con los fondos que tiene depositados en la entidad.
Para el inversor, su tenencia le facilitará la obtención de préstamos hipotecarios o personales. En este último caso, podrán ser utilizadas como garantías de un préstamo personal equivalente a dos veces y media el valor nominal de esos títulos.
Por otra parte, el propio Banco Hipotecario anunció que quienes depositen en la entidad estos instrumentos por un valor nominal no menor al 10% del monto del crédito solicitado, accederán a una bonificación del 50% en los honorarios del escribano interviniente, como así también otros beneficios. También se prevén beneficios para quienes tengan vigentes créditos con vencimientos mayores a los seis años.
Cabe señalar que la agencia de calificaciones Standard & Poor’s ha otorgado una calificación de "raA+" a los valores de deuda fiduciarios y de "raCC" a los certificados de participación de ambas series.
Las repercusiones sobre el mercado inmobiliario
Mario Gómez, de la inmobiliaria Toribio Achával, dijo a Télam que el lanzamiento de las cédulas hipotecarias es "una buena noticia, porque se puede llegar a constituir en una masa de dinero volcada finalmente al mercado inmobiliario. Es una luz al final del túnel", destacó.
Gómez dijo que las cédulas son instrumentos financieros que cuentan como garantía con préstamos del propio banco, es decir que el inversor que las compra se asegura su cobro contra préstamos garantizados por propiedades inmuebles.
"El ahorrista recupera capital y gana intereses. Es una forma alternativa de invertir en inmuebles, sin comprarlos", explicó.
Con la venta de las cédulas, "el banco tiene más liquidez para seguir prestando. Las cédulas son títulos muy antiguos, que comenzaron a ser usados en el siglo XIX con la llegada de inmigrantes europeos al país, con el fin de que los colonos pudieran comprar tierras", recordó Gómez.
Por su parte, el director ejecutivo de la inmobiliaria Bullrich, José Azpiroz Costa, dijo a Télam que "todo lo que sea préstamos, en un mercado en el que los créditos son escasos, es algo positivo".
"Actualmente el 93% de las operaciones se hace al contado, sin recurrir a préstamos, por lo que una medida que tienda a favorecer la concesión de créditos es positiva, es una pequeña inyección al mercado", reflexionó.
Similares fueron los conceptos de Eduardo Gutiérrez, miembro de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU) y titular del Grupo Farallón. Gutiérrez dijo a Télam que "por supuesto que es positivo que el Banco Hipotecario pueda volcar más recursos al otorgamiento de préstamos.
En los últimos 20 años el crédito hipotecario prácticamente no ha existido, sólo se redujo al 10 por ciento de las transacciones", indicó.
Armando Pepe, de la inmobiliaria que lleva su nombre, dijo a Télam que "históricamente, la cédula hipotecaria fue un gran instrumento financiero para sumar fondos al banco, y es bueno que la gente tenga dónde invertir.
Las cédulas tuvieron un pasado de gloria", definió. Remarcó la necesidad de que se puedan otorgar más créditos hipotecarios, y expresó que las últimas líneas lanzadas sirvieron especialmente al sector de la construcción de viviendas del interior del país, o a la compra de terrenos, donde el precio del metro cuadrado es inferior al de la Capital Federal.