Cómo siguen desde el exterior esta nueva "novela argentina" con final incierto
Capitulo I. Fecha: diciembre de 2009. El Gobierno nacional anuncia con pompa la creación de un Fondo del Bicentenario. Un total de u$s6.569 millones serían destinados a garantizar el pago de la deuda con vencimiento en el corriente año. Los recursos provendrían de las reservas excedentes administradas por el Banco Central.
Capitulo II. Los mercados festejan. El anuncio tuvo el impacto esperado. El riesgo país desciende 185 puntos básicos y se abre un nuevo panorama para la Argentina.
Capitulo III. El responsable de administrar esas reservas presenta sus objeciones y no avala la operación.
Capítulo IV. Comienza el fuego cruzado entre los protagonistas: Cristina Kirchner y Martin Redrado. En ese momento hace su aparición una tal "Dra. Sarmiento", desconocida para muchos argentinos, hasta ese entonces.
Capítulo V. Entran en escena reconocidos "actores," de la talla de Aníbal Fernandez, Amado Boudou, Hugo Moyano, Ernesto Sanz, Elisa Carrió, Eduardo Duhalde y Mauricio Macri, entre tantos otros. También una estrella invitada desde Estados Unidos, Thomas Griesa. Y finalmente Julio Cobos, que ya había sido parte de un rodaje anterior.
Capítulo VI. La novela entra en un entuerto judicial con final incierto, difícil de entender para la mayoría de los espectadores.
Lugar de filmación: Argentina.
Por estas horas se está grabando el próximo capítulo. Y posiblemente haya varias secuencias más. El film de por sí resulta atrapante. Los argentinos ya conocen algo de este tipo de películas.
Sin embargo, desde el exterior la miran con bastante asombro. Hablan de la "nueva novela argentina".
Bárbara Anderson, editora responsable de la revista Expansión de México, se pregunta "¿Cuál fue la razón que enarboló el funcionario Martín Redrado para aferrarse a su escritorio?".
"¿Será la de mantener altas las reservas y evitar así que la moneda se devalúe, si es que se produce una fuga importante de capitales?", intenta responderse.
Así como Barbara Anderson, hay infinidad de analistas del exterior que no entienden bien que pasa. O, mejor dicho, sí entienden pero están muy preocupados, siguiendo el día a día de lo que ocurre.
Algo que sí les resulta evidente es que los acontecimientos políticos vividos en las últimas semanas han empeorado notablemente la percepción que tienen los inversores.
Aquellos que, justamente, son los que tienen la capacidad de montar nuevas empresas, generar empleo y ayudar al repunte de la economía local.
Peligroso indicador
Desde que se declaró el default de la deuda externa en 2001, un pesado prontuario acompaña al país, que le impide conseguir financiamiento en el exterior y dificulta la llegada de dinero con fines productivos.
Luego llegó la crisis del campo y la nacionalización de las AFJP. Y ahora este nuevo conflicto.
La pelea de una Presidenta, un Vicepresidente, un ministro de Economía y un presidente del Banco Central no hace más que aumentar el riesgo que perciben en el exterior. Y por cada día que pasa se hace más cuesta arriba la idea de mejorar la imagen ante el mundo.
Varios indicadores, que son los que justamente miran los inversores antes de decidir en dónde colocar su dinero, dan cuenta del conflicto.
En efecto, la actual autocrisis hizo que la Argentina pase a encabezar el ranking de naciones con mayores probabilidades de default, superando incluso a Ucrania y a Venezuela. Y esto se ve reflejado en la evolución de los CDS (Credit Default Swaps).

¿Qué son los CDS? Son un seguro que el inversor compra para cubrirse ante un incumplimiento en el pago de un bono emitido por una empresa o Gobierno. Cuanto más aumenta la probabilidad de que se de este escenario, mayor es la prima que se debe abonar.
Ahora, esa probabilidad de incumplimiento se sitúa en torno del 50%, frente al 44% de Ucrania y al 47% de Venezuela.
Cabe apuntar que al momento del anuncio de la creación del Fondo del Bicentenario, el país ocupaba el tercer lugar, detrás de estos países, cuando el riesgo se cotizaba a 905 puntos básicos. Pero al estallar el conflicto, los CDS se dispararon un 20% para llegar a los actuales 1.016 puntos básicos.

En buen romance, significa que un inversor que busca protegerse de un potencial incumplimiento que pueda ocurrir en el lapso de cinco años, debe pagar una prima de u$s1.016.000 dólares por cada u$s10 millones de deuda pública argentina que compra.
La cifra es muy superior al mínimo de 191 puntos básicos de febrero de 2007, según datos de CMA DataVision.
En diálogo con iProfesional.com, el economista Luis Palma Cané consideró que "a partir de toda esta discusión entre en el BCRA y el Gobierno, la imagen en el exterior de la Argentina empeoró fuertemente".
"En principio porque no había ni necesidad ni urgencia para el decreto. Además, se pone en jaque la autonomía del BCRA. Se discute si el Presidente de la entidad está atornillado y eso, por supuesto, aumenta la incertidumbre dentro y fuera del país", enfatizó Palma Cané.
El analista agregó que "los inversores van a extremar recaudos hasta que esto concluya" y agregó que "se tendrá que resolver políticamente ya que la vía judicial se ha convertido en algo inentendible".
Según Gabriel Holand, de HR Global, "algunos medios financieros globales, como The Economist o The Wall Street Journal, vienen hablando desde hace unos meses en contra de la supuesta injerencia del sector político sobre los bancos centrales".
"En el caso de la Argentina, los medios del exterior mencionan el conflicto actual. Pero también señalan que Redrado acompaña la gestión y políticas de Kirchner desde 2004, es decir, desde hace ya bastante tiempo. Y critican que en los últimos años se ocupó de la estabilidad del peso, pero no de la inflación. El aumento de precios, cuando asumió el actual directorio, era del 4% anual y actualmente es del 15%", agregó Holand.
Malo e inoportuno
Uno de los medios más consultados e influyentes del mundo de las finanzas, the Wall Street Journal, califica a la pelea entre el Gobierno y el Central como "inoportuna".
Bajo ese título, el analista Richard Barley afirmó: "La Argentina ha encontrado un momento particularmente malo. El intento oficial de despedir al presidente del Banco Central se da justamente cuando el país busca reestablecer relaciones con los mercados internacionales de crédito".
Y agregó que el Gobierno "solamente está pensando en utilizar reservas en esta forma debido a su continua falta de acceso a los mercados y a su imposibilidad de llevar la economía a un balance más sustentable".
Barley consignó que "parecía que el país se estaba moviendo en la dirección correcta, hasta la última pelea". Y mencionó el caso de Rusia, que defaulteó en 1998 pero su posterior conducta hizo que tenga pocos problemas para luego pedir prestado.
"El intento inicial de la Presidenta argentina podría terminar fracasando", concluyó Barley.
En España también siguen el nuevo rodaje argentino muy de cerca. Al respecto, en el medio español Cotizalia, hablan de "batalla institucional", al hacer referencia a la pelea por el uso de reservas. Y de "escándalo político", al mencionar el agravamiento del conflicto tras el embargo del juez estadounidense Thomas Griesa.
El País de Madrid consigna que el Gobierno argentino "se ha enfangado" en un conflicto institucional de imprevisibles consecuencias (…) y ahora tiene un doble enfrentamiento: con su autoridad monetaria y con los tribunales de la Justicia. Y "ha conseguido además que su debilidad económica aparezca ante los mercados mundiales con tintes de gravedad extrema".
Anderson, un reconocido analista de ese medio, sostiene que "la mayoría de los economistas argentinos se han enfocado en encontrar las razones de fondo de la búsqueda del dinero del Banco Central (el crecimiento desmedido del gasto público, la poca fortaleza fiscal del sistema, la urgencia de buscar dinero para hacer política)". Sin embargo, el experto sostiene "que hay un tema que va más allá de este árbol y que tiene que ver con el bosque: el poco respeto que hay hacia las instituciones".
La visión de los bancos
Analistas, operadores del mercado local e internacional y aquellos que asesoran en materia de inversiones observan impávidos lo que ocurre en el país y no dejan de asombrarse por un conflicto generado de la nada y que adquiere día a día mayores proporciones, de consecuencias insospechadas.
Y, en base a ello, emiten informes, que no sólo leen los clientes de las entidades sino que luego se desparraman por los mercados financieros globales.
El Citigroup, en un documento dado a conocer en estos días, consideró que "los recientes desarrollos políticos van a ser previsiblemente negativos para el crédito, ya que son precursores de un aumento del conflicto entre el Ejecutivo, el Congreso y la Justicia".
"El enfrentamiento entre el Gobierno y la oposición en el Congreso será probablemente más profundo de lo que habíamos previsto", señaló el informe, que además hizo mención a que toda esta disputa afectará a los activos locales.
"Un clima político más adverso podría dañar directamente a las carteras de inversión y por lo tanto, afectar al crecimiento y al crédito. En este contexto, esperamos que la salida de capitales aumente de nuevo en las próximas semanas", concluyó el informe del Citi.
Por su parte otro banco, el JP Morgan, manifestó que "las repercusiones del embargo causaron más efectos políticos que económicos porque erosionaron el capital del ministro de Economía, Amado Boudou".
En el caso de Goldman Sachs, sus analistas afirmaron que la escalada del conflicto crea una crisis institucional y profundiza las peleas entre el Poder Ejecutivo y la nueva oposición que controlará el Congreso.
Para el Bank of America "el ruido político continuará, más allá de que Redrado continúe en su puesto. Y prevé que el conflicto se definirá en la Justicia".
El Credit Suisse también es contundente. Bajo su óptica, el embargo dispuesto por el juez Griesa "le causó otro dolor de cabeza al Gobierno, que aunque mantenga su intención de crear el Fondo del Bicentenario ahora tendrá una posición mucho más difícil para poder implementarlo".
Las calificadoras también dicen lo suyo
Las principales agencias calificadoras han lanzado una recomendación al Gobierno para que ponga fin a la crisis institucional que se ha desatado en el país.
Fitch y Moody's coinciden en que el enfrentamiento político genera una inestabilidad que, si se prolonga, podría afectar a su calificación de riesgo, otra variable que miran los inversores al decidir donde colocar su dinero.
"La continua erosión de la credibilidad y la intensificación de las tensiones políticas podrían tener implicancias negativas para la calificación de los bonos argentinos en moneda local y potencialmente para la deuda post-default", dijo Casey Reckman, director del grupo de deuda soberana de Fitch.
El analista agregó en un comunicado que "la prolongación del conflicto pone en peligro las políticas fiscales y monetarias y la credibilidad institucional".
En un sentido similar, se pronunció el analista de Moody´s, Gabriel Torres, quien aseguró en un escrito que la "crisis institucional en la Argentina es un indicador más de la debilidad del marco legal, aunque no empeora la calidad crediticia del país, dado que la calificación de la Argentina es "B3", una de las más bajas de todos los estados evaluados", explicó.
"La mayor preocupación es ver si la voluntad de pagar la deuda emitida se desbarata por la actual crisis política, en cuyo caso las opciones de financiación podrían convertirse en algo problemático a lo largo de este año", y alertó que la nueva disputa "podría demorar el canje de deuda del país y generar problemas de crédito en el futuro".
Las advertencias para que este conflicto se solucione rápido provienen desde el ámbito local y desde el exterior. Sin embargo, el ruido político –cada día en aumento- no permite que sean escuchadas. Es así como, con el pasar del tiempo, se engrosa la lista de consecuencias negativas.
En tanto, la sociedad no termina de entender por qué vuelve a quedar presa de una nueva complicación que, de no solucionarse en el corto plazo, terminará afectando sus bolsillos (ver nota: Expertos advierten sobre la nueva etapa en esta crisis con sello made in Argentina).
Es conciente que esta nueva película se escribe cotidianamente. Está filmada en la Argentina. Teme porque cada día que pasa el suspenso se profundiza. Y reza para que finalmente no termine convirtiéndose en un filme de terror.
Rubén Ramallo
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