¿Quién es el "fabuloso Fab" que puso contra las cuerdas a Wall Street?
Fabrice Tourre se presentaba a si mismo como al "fabuloso 'Fab". Con menos de 30 años, este francés de educación sofisticada era a principios de 2007 uno de los brokers de mayor éxito de Goldman Sachs, el líder de la banca de inversión mundial.
Por entonces, vivía en Nueva York en un apartamento del East Village, que costaba 4.000 dólares mensuales, una renta baja dado el buen sueldo que recibía.
Hacía y deshacía con total libertad, al igual que su compatriota Jerome Kerviel, el broker de Société Générale que casi arruina a su banco, dejando un agujero de 5.000 millones de dólares.
En su momento cúspide, y sin darse cuenta de que con esa edad no se sabe casi nada de la vida, tomó una decisión que definiría su futuro: se asoció con el máximo referente de los fondos de cobertura, John Paulson.
A partir de ese momento y sin saberlo, Fab se convertiría con el tiempo en la excusa que le faltaba a Obama, Merkel y Brown para cargar contra los "avariciosos banqueros" de Wall Street.
Esos mismos banqueros que hundieron a instituciones sólidas como Royal Bank of Scotland e IKB.
Fab debió sentir, según narra ABC.com, la misma atracción por Paulson que Buddy Fox – el personaje interpretado por Charlie Sheen - por Gordon Gekko - Michael Douglas - en la impagable Wall Street.
Y los terminaron mal. El lema de Gekko era "o millonario o nada". "No descubrí lo pobre que era, hasta que empecé a ganar dinero", decía el joven aprendiz a su mentor en la película. Pero eran previsores, pues en otro momento le dice: "Vas a tener la carrera de ejecutivo más corta desde aquel papa al que envenenaron". Y así fue.
A esta altura de la historia, con la denuncia en plena investigación, es curioso que no haya una foto suya en la red. Cerró su perfil de Facebook y se hizo socialmente invisible.
De qué se lo acusa
A Fab se lo acusa de ocultar a sus clientes que otro gran inversor del banco, John Paulson, estaba influyendo en la composición de un producto financiero estructurado al que añadía partes de hipotecas basura, al mismo tiempo que tomaba posiciones cortas sobre el mercado inmobiliario apostando a su caída.
Goldman Sachs se defiende diciendo que la SEC supervisó y autorizó la operación. Según la SEC, Tourre conocía la maniobra y lo permitió. Con su accionar, permitió a la firma ganar dinero al tiempo que sus clientes sufrían severas pérdidas.
Los correos electrónicos
Los e-mails con los que la Comisión acompañó la denuncia de fraude contra el banco dejaron al descubierto la vanidad del ejecutivo.
En uno de ellos, enviado a un amigo dijo lleno de jactancia, en una mezcla de francés e inglés, que el sistema financiero iba a "colapsar" y que él sería el "único superviviente".
"Más y más deuda en el sistema. El edificio completo va a derrumbarse en cualquier momento. Sólo uno podría sobrevivir, el fabuloso Fab, de pie en medio de estas complejas, altamente apalancadas y exóticas operaciones que ha creado sin necesariamente entender todas las implicaciones de esas monstruosidades!!!".
El fabuloso Fabrice se ganó así la reputación entre sus compañeros de ser el que iba por delante del resto, que vio la que se venía encima en 2005 y que gracias a que creó una cartera como Abacus, ayudó a proteger a su banco frente a las pérdidas que otras entidades acabarían sufriendo.
Hoy nadie conoce su rostro y menos donde está.