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Fuga al consumo: argentinos ya no piensan en verde y optan por autos, ropa y LCD

Las cifras marcan una caí­da en la demanda de dólares por parte del público. Con bajos incentivos de los plazos fijos, la gente prefiere consumir
30/04/2010 - 14:06hs
Fuga al consumo: argentinos ya no piensan en verde y optan por autos, ropa y LCD

La demanda de dólares por parte del público ha caí­do a niveles tan bajos que, en el balance neto, la Argentina no sólo dejó atrás la fuga de capitales sino que ahora registra un ingreso de divisas.

Tal escenario no hace más que confirmar el comportamiento del ahorrista: si percibe que no hay un elevado ruido polí­tico, entonces deja de mirar al dólar. Por el contrario, si siente que la incertidumbre se acrecienta, recurre inmediatamente a él, tal como sucedió en febrero, mes en el cual la salida de capitales alcanzó los u$s800 millones.

El panorama actual es otro. La menor demanda de los particulares, sumado a la mayor oferta de billete verde -producto de las ventas al mundo de soja- hace que sobren dólares en el paí­s y esto obliga al Banco Central a comprar un promedio de u$s70 M diarios para evitar la caí­da de la cotización.

En tanto, la gente se muestra muy ajena al devenir de la divisa y opta por hacer lo que más le divierte: consumir. ¿Cuánto? Sólo en los shoppings centers, unos u$s200 millones mensuales.

Y así­ es como se delinea el actual contexto: menos dólares y más dinero para autos, ropa, electrodomésticos, y LCD.

"En definitiva, los movimientos de capitales tienen que ver con las expectativas, y en la Argentina las mismas pueden darse vuelta en muy corto tiempo. Ahora la gente ve que es el momento para comprar bienes y actúa en consecuencia", afirma Fernando Marengo, economista jefe del Estudio Arriazu.Salida en cámara lenta

La noticia más relevante, tras haberse registrado una salida neta superior a los u$s800 millones en febrero, no es la reducción de ese nivel sino la reversión de la tendencia.

Según la consultora Econométrica, en marzo la fuga se transformó en ingreso (u$s232 millones) y en abril también se cerrará con saldo neto positivo.

¿Qué factores influyeron en este cambio de ánimo? "La recuperación en los niveles de cosecha, el estí­mulo fiscal -ví­a asignación universal- y el canje de deuda", sostiene Ramiro Castiñeira, analista de Econométrica.

Y destaca que, como lo que compró el Central es mayor que el dinero que ingresó por el comercio exterior, no se trata simplemente de no perder reservas, sino que hasta hubo una pequeña ganancia.

"Que la compra de divisas del BCRA sea de mayor magnitud que el propio saldo comercial en igual perí­odo no sólo da cuenta que la salida de capitales se frenó a cero, sino que incluso se observó cierta entrada de fondos en el tercer mes del año", agrega el informe.

Castiñeira prevé para el año un superávit comercial superior a los u$s14.000 millones, aun a pesar de la pérdida de competitividad causada por la inflación.Cuestión de oportunidad

Los economistas reconocen que el cambio de escenario es abrupto y le encuentran una explicación lógica. Para Gabriel Martini, analista financiero de la consultora Abeceb, "la desaceleración en la salida de capitales está asociada a una mayor propensión de la gente a consumir y, en consecuencia, a demandar menos dólares".

Desde su punto de vista, el paí­s está viviendo un boom de consumo de corto plazo, fomentado desde el Gobierno por una polí­tica monetaria expansiva.

Esta situación, junto con el fuerte ingreso estacional de los dólares de la exportación agrí­cola, crea las condiciones de estabilidad como para que el consumo sea percibido como una buena decisión.

"Hay que agregar otro factor, y es el bajo estí­mulo para el ahorro, ya que las tasas siguen bajas. Es evidente que los bancos, que tienen una liquidez alta, no quieren pagar una mayor tasa para captar pesos. Y entonces, con un dólar quieto y tasas poco atractivas, el consumo se lleva los ahorros", indica el economista.

Castiñeira agrega otro dato clave para el análisis: cambió la expectativa sobre la cotización del dólar a fin de año. "Hoy ya no se espera una divisa tan alta como hace unos meses, y hay una sensación de que el mercado cambiario está bajo control. Una vez que la gente lo entiende así­, la propensión a comprar billete verde baja".

En este sentido, dice que lo esperable es que se vea una correlación inversa entre la salida de capitales y el dinero volcado al consumo. Cuando una de estas variables baja, la otra sube, y viceversa.

El mantenimiento de una elevada tasa de inflación es la otra pata del análisis: "El público adelanta consumo, y no sólo de los productos importados sino en general, porque sabe que guardar dinero implica perder valor. Entonces los pesos vuelven a traccionar la rueda de la economí­a", sostiene el analista de Econométrica.¿Se terminó la fuga de capitales?

Los analistas son optimistas, pero con cautela. Primero, porque la situación actual no necesariamente será la que marque la tónica de todo el año.

Factores de comercio exterior y de polí­tica económica confluyen para predecir que lo que está pasando en este momento pueda resultar difí­cil de sostener a largo plazo.

Marengo recuerda que un fuerte ingreso de divisas, producto de las exportaciones, no es motivo suficiente para traer calma a una plaza dominada por la incertidumbre.

Y en este sentido señala que el año pasado, aun con un saldo positivo de u$s11.500 millones en la cuenta corriente, el Banco Central pudo aumentar poco más de u$s1.000 millones sus reservas. El resto fue la compra que hizo el público, más la asistencia al Gobierno.

Para este año se espera que el flujo de dólares sea mayor, con un probable superávit de u$s9.000 millones, arriesga el economista.

En tanto, la consultora Econviews, que dirige Miguel Kiguel, tiene la expectativa de que en 2010 las reservas se incrementen en u$s5.000 millones, gracias a un ingreso de u$s16.000 millones de la balanza comercial, que no llegarán a ser compensados por la salida de capitales.

Lo cierto es que, con este nuevo escenario, en estas últimas semanas se empezaron a ver correcciones en los pronósticos. El dólar, que la mayorí­a de los economistas veí­an subiendo por encima de 10% en 2010, ahora recibe proyecciones de 8%. Y la previsión sobre la fuga de capitales también está en caí­da libre.

Por ejemplo, los analistas de Abeceb, que a comienzos de año anticipaban una fuga de u$s 6.000 millones, ahora dan cuenta de u$s4.500 milllones para 2010, una cifra relativamente pequeña si se la compara con los años previos.Plazos fijos, con mini rebote

Mientas tanto, en los bancos reina la calma. Los plazos fijos no caen, pero tampoco registran un fuerte incremento, que serí­a lo esperable en un contexto de dólar planchado.

En marzo se volvió a registrar un incremento de $1.800 millones. Y en las primeras dos semanas de abril hubo otra suba de $700 millones.

Una variación que muestra un sendero alcista pero que no tiene comparación con el boom vivido en el segundo semestre del año pasado. Algunos economistas señalan que los inversores más obsesionados con la búsqueda de renta volvieron a mirar al plazo fijo, porque modificaron sus expectativas de devaluación.

Como el tí­pico ahorrista no compara la tasa con la inflación sino con la variación del tipo de cambio, una tasa de dos dí­gitos pasa a ser una renta atractiva, en un momento en el que el mundo paga intereses muy bajos.

"Los depósitos hoy son un 10% del PBI, cuando en el año 2001 representaban un 25%. De manera que, con un sistema bancario tan chico, tiene que haber una gran incertidumbre como para que se vea una caí­da importante", indica el economista.

El consumo como defensa

En contraste con las otras variables, el consumo no deja de mostrar números positivos. Se acaba de difundir el dato de las ventas en shopping centers de marzo, que arrojaron una suba de 37% en términos interanuales.

El dato parece dar la razón a quienes afirman que existe una "fuga hacia el consumo" y que el público ve a los electrodomésticos y otros bienes durables como un refugio de valor. No todos lo ven como una señal positiva, claro.

Un informe de la consultora Ecolatina indica que un consumo privado muy exacerbado puede transformarse en más leña para la hoguera de la suba de precios.

De momento, además de los electrodomésticos vendidos en planes promocionales, los automóviles e inmuebles también están transformándose en beneficiarios de esta baja demanda de dólares y por colocaciones bancarias. ¿Cuánto dura?

La gran pregunta ahora es cuánto tiempo más puede prolongarse este escenario de estabilidad financiera y con condiciones tan favorables para el consumo. Algunos economistas creen que puede darse un punto de inflexión en el Mundial de Sudáfrica.

"Es probable que en el segundo semestre la situación empiece a cambiar, y que el Banco Central tenga menos margen de compra de dólares. Lo que ocurra con el consumo va a depender de si la gente vuelve a tener expectativas devaluatorias", dice Martini, quien considera probable que en una paulatina desaceleración en el nivel de compras venga acompañada por una mayor propensión del público a adquirir dólares, en la medida en que considere que el precio de la divisa está bajo.

"La sensación hoy es que, si no hay un problema importante a nivel polí­tico, el tipo de cambio deberí­a estar tranquilo hasta finales del tercer trimestre", afirma Marengo, cuya hipótesis de trabajo es de un dólar de $4,15. Fernando Gutiérrez(c) iProfesional.com